Jean-François Fogel
Más allá del cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV) y de la ola de protestas y declaraciones a lo largo del continente (el presidente Correa de Ecuador está a favor, Lula, en Brasil, está en contra), ocurre algo muy importante en Venezuela. Aún más, creo que ocurre algo muy importante para el mundo entero: Venezuela se transforma en un laboratorio de nuevas comunicaciones. Experimenta la web como alternativa a las canales de información de la televisión.
Una amiga, cuyo nombre no puedo revelar, pues hay listas de opositores listos para castizos en la tierra del caudillo Chávez y de las reinas de belleza, me mando una muestra de enlaces utilizados por la audiencia frustrada de RCTV. Hay de todo, claro, pero vemos dentro de un desorden obvio la emergencia de un periodismo medio ciudadano /medio profesional.
El sitio Venezolanos en línea es una buena muestra de la recopilación espontánea y continua de datos. Lo normal sería incluir el Noticiero digital en la misma categoría, pero cobra de día en día, y aún más, de hora en hora, un tono profesional que me hace sospechar la presencia de periodistas con formación y carné de periodista.
Por su parte, Globovisión ya no es un canal cerrado en Internet. Las noticias de Venezuela son de acceso libre y se ofrece también la posibilidad de recuperar videos de manera continua. Esta última oferta se parece mucho, para el internauta, al noticiero del canal RCTV, El Observador, que se carga de manera continua en YouTube.
Por fin hay resúmenes disponibles y también un canal de radio.
Mi impresión como usuario:
1. La tecnología es terrible. Todo cae de vez en cuando por el número de personas conectadas.
2. Es un nuevo tiempo político: sentimiento permanente de recuperar algo que se escapa pues el directo, continuo, es difícil.
3. Carga emocional: un contenido amenazado tiene más credibilidad.
4. Chávez se enfrenta con algo nuevo: un medio que, por ser clandestino e internacional, da a su audiencia la sensación de que se involucra en un movimiento de resistencia.
Por primera vez, Aló presidente, el programa de Chávez, tiene una verdadera competencia.