Jean-François Fogel
El centenario del nacimiento de Samuel Beckett corresponde al año 2006. Pero las fiestas para celebrar al escritor se demoraron. Ayer se inauguró la exposición dedicada al premio nobel por el centro Pompidou. (El centro Pompidou es lo que turistas confundidos llaman “Beaubourg” utilizando el nombre del barrio. En Francia, un presidente pone su marca en la cultura. Beaubourg es de Pompidou como la nueva biblioteca es de Mitterrand y el museo de “las primeras artes” corresponde a Chirac.)
Hacer exposiciones sobre autores es una actividad que va creciendo en Francia. Una explicación es la dificultad de encontrar temas para atraer un público amplio. Entonces, se intenta buscar unas soluciones con autores. Pero un artículo de Le Monde recuerda que los escritores no son lo mejor para atraer al público aunque Jean Cocteau, en el centro Pompidou, consiguió 240.000 entradas.
Beckett ofrece la posibilidad de entregar una exposición en cierta forma alegre, o por lo menos distinta. La solución fue elegir unas palabras muy de Beckett y acumular documentos, recuerdos y evocaciones en el entorno de cada una para acercarse a una obra que mantiene su impacto en los teatros. Las palabras clave: voix, restes, scènes, truc, œil, cube, Bram, noir. Una traducción al castellano de las palabras francesas de este irlandés puede ser: voz, lo que queda, escenas, vaina (utilizo una palabra del Caribe, me parece mejor), ojo, cubo, Bram (apellido de un pintor), negro. Beckett es siempre una parafernalia suave.