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Sergio Vila-Sanjuán: Periodista cultural “par excellence”

En la colección Periodismo Activo de la editorial de la Universidad de Barcelona acabamos de publicar una joyita: “Una crónica del periodismo cultural”, del infatigable Sergio Vila-Sanjuán. Estas son algunas de las razones por las que creo que la presencia de la cultura en los medios sería más pobre sin su talento para crear medios y suplementos, y los debates serían más pálidos sin su tono pausado e irónico. Así lo expliqué en el prólogo de su Crónica.

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Decir periodismo cultural en España es hablar de la larga, fructífera, coherente carrera de Sergio Vila-Sanjuán, siempre y en todas sus facetas aunando calidad, rigor y pasión.

De sus casi cuatro décadas dedicado con pasión y rigor al ancho mundo de la cultura (comenzando en El Correo Catalán y El Noticiero Universal y desde 1987 en La Vanguardia, donde dirige el prestigioso suplemento Cultura/s), Vila-Sanjuan ha sido cronista, entrevistador, ensayista, viajero a sitios lejanos y embajador de su Barcelona. También fue exitoso editor de libros, revistas y suplementos, curador de exposiciones, y comisario del Año del Libro y la Lectura en 2005.

Pero este repaso por sus trabajos y sus días y logros no empieza a pintarnos al personaje. Es en sus libros donde se encuentra la profundidad y la ambición por contar la cultura que siempre lo caracterizó.

Por ejemplo, la exquisita antología Crónicas culturales (Debolsillo, 2004), que incluye la inmersión juvenil en el universo oscuro de Salvador Dalí (“Estoy mejorando mucho: dibujo y escribo una obra de teatro”), entrevistas con titanes como Milan Kundera (“El drama de Europa es Europa Central”), junto con crónicas de la gauche divine, la época en que Barcelona era una pequeña fiesta de la libertad creativa, la cobertura del congreso que en 1987 recordó el mítico encuentro de intelectuales por la república en Valencia cincuenta años antes. El único que repitió, el mítico poeta y ensayista mexicano Octavio Paz, tan entrevistado, brilla certero y memorioso en el espléndido texto del joven periodista.

De este libro, una mina de oro para jóvenes que quieren dedicarse al periodismo cultural, me gustan especialmente el relato del viaje de Sergio con su hija adolescente al Londres de Harry Potter, para un encuentro de J. K. Rowling con sus lectores, una entrevista dramática con Salman Rushdie y un retrato agudo e inspirador del pintor Miquel Barceló.

El arte, las letras, los acontecimientos culturales, la vida de las ciudades en una relación intensa y profunda con sus creadores. Ese es el mundo de estos relatos. ¡Ojalá el mundo de las noticias fuera siempre así!

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Mientras creaba revistas culturales y suplementos y escribía sobre la cultura que importa, Vila-Sanjuán va convirtiendo sus obsesiones en libros. En 2005, a propósito del Año del Libro, publica un imprescindible tomo ilustrado, colectivo, editado a cuatro manos con Sergi Doria, donde periodistas y escritores actuales recorren los sitios de su ciudad por los que pasearon los grandes autores, los rincones que los inspiraron, las casas donde vivieron y las calles que aparecen en sus obras.

Estos Paseos por la Barcelona literaria comienzan, por supuesto, con Cervantes. Por algo Barcelona es la única ciudad real, que aparece con su nombre, en la que entra el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Sigue las huellas de Jacint Verdaguer, de Josep Pla, de George Orwell, de Juan Marsé, de Manuel Vázquez Montalbán, de Mercè Rodoreda y de Carlos Ruiz Zafón.  

Dos años más tarde, cuando Cataluña es el país invitado a la Feria del Libro de Frankfurt, la editorial catalana La Magrana pide al visitante que mejor conoce y más entiende de la meca de los editores, escritores y libreros que explique en casa este mundo sorprendente, donde se cocinan las corrientes y tendencias literarias y se dan a conocer los autores del futuro. Guia de la Fira de Frankfurt per a catalans no del tot informats es un paseo a la vez profundo y ameno, y es una lección para periodistas: cómo dominar un universo complejo y misterioso y exponerlo como si fuera fácil.

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La enorme curiosidad de Vila-Sanjuán lo llevó a completar su obra más ambiciosa: las más de 700 páginas de Pasando página, un pormenorizado y muy ameno recorrido por la edición de libros desde la transición en los setenta hasta comienzos del nuevo siglo. La enorme erudición del autor, su carácter de escritor, periodista, editor y observador del gran mundo de los cambios sociales y el mundillo que se mueve alrededor de los libros lo hizo particularmente idóneo para esta tarea.

En Pasando página se combina una historia de los libros que se publican, los que se venden, los que se leen y los que se discuten a lo largo de las décadas, con los grandes cambios de la sociedad española. Desfilan por el libro cientos de personajes: editores míticos como Jorge Herralde, agentes revolucionarios como Carme Balcells, escritores geniales como García Márquez y Vargas Llosa, críticos, entrevistadores, dueños y directores de diarios y revistas, organizadores de ferias, fiestas, festivales y saraos, premiados y castigados, exitosos y perdedores.

Es fascinante seguir el rico camino que hace entender por qué ciertos autores triunfan en determinadas épocas, y cómo los temas y los tratamientos a la vez son el resultado de cambios culturales, sociales y económicos y también contribuyen a dichos cambios. Nadie había intentado resumir este aspecto esencial de la historia cultural española con tanto conocimiento de causa y capacidad de análisis.

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Y llegamos a Una crónica del periodismo cultural. Ahora Sergio Vila-Sanjuan se interna en su propio oficio, ese que él tanto prestigió. Por estas páginas discurren los afanes divulgadores y polémicos de los grandes ensayistas, desde el Vasari del Renacimiento hasta el Renaissance Man Borges; la forma en que grandes revistas como The New Yorker o prestigiosos diarios como La Vanguardia informan, entretienen y también forman a sus lectores. Caminan por sus anchas alamedas los afrancesados de la España de hace cien años y los exaltados latinoamericanos del boom de hace cincuenta.

En este libro se juntan todos los Sergios Vila-Sanjuán de sus encarnaciones: aquí está el contador de historias, el entrevistador y cronista, el editor y curador, el lector impenitente. Algunos de sus compañeros en este recorrido por su propio oficio fueron sus maestros, otros sus colegas, y otros más han trabajado para él, les ha encargado textos, los ha corregido, y ahora les agradece públicamente su colaboración a que este sea un mundo menos árido, más comprendido, mejor sentido.

Vila-Sanjuán, ciudadano ilustre del país de la cultura, demuestra una vez más que se le aplica ese concepto que suena tan hermoso en catalán: es un auténtico llegraferit. Está herido – o sea: tocado y conmovido – por las letras, por la literatura y las artes y la cultura. Un letraherido que contagia, que mancha: esta crónica es un deleite condensado.

Por todo esto lo honraron este año con el ingreso en la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Este texto es una versión de su discurso de ingreso. Pero en la sensibilidad y las bibliotecas de los lletraferits de Barcelona y del mundo, ya había ingresado hacía mucho tiempo.

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21 de abril de 2015
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Dos vaqueros dodecafónicos: Brokeback Mountain (the opera) se estrena en Madrid

Una historia impactante (dos rudos vaqueros de Wyoming se enamoran y la tragedia los envuelve) migra del cuento a la pantalla y finalmente a la ópera. ¿Qué le aporta, qué le quita, a qué la obliga cada medio y cada género? El martes 28 se estrena en Madrid una Brokeback Mountain lírica. Allí estaré, lo contaré en Opera News y después les diré qué me pareció. Por ahora, quiero compartir este ensayo que publiqué ayer en La Vanguardia.

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Primero fue un cuento publicado en 1997 en la revista The New Yorker. Annie Proulx, ganadora del Pulitzer por su novela The Shipping News, contaba en 24 páginas y con un estilo naturalista la historia de dos vaqueros pobres de Wyoming, lacónicos y sin estudios, obligados a compartir la desolación de una montaña de impactante belleza, Brokeback Mountain, pastando ovejas y protegiéndolas de los coyotes. En 1963, en ese aislamiento y sin las armas verbales para expresar sus sentimientos, Ennis del Mar y Jack Twist caen perdidamente enamorados. En los 20 años siguientes, ambos se casan y tienen hijos, pero salen cuando pueden en excursiones “de pesca”, hasta que uno de ellos muere en extrañas circunstancias.

En las páginas de Proulx el relato fluye natural, con el peso de lo inevitable. Su maestría en la recreación de la forma de hablar y de callar de estos personajes rudos y sensibles hizo que el cuento fuera muy elogiado. No es una reivindicación de los derechos o el orgullo de los gays: es la tragedia callada de dos personas para quienes vivir separadas es un martirio.

La mayoría de los lectores conocerá la historia por su siguiente reencarnación: Larry McMurty y Dianna Ossana escribieron un guion cinematográfico precioso, que daba al cuento alas de novela. Los personajes menores crecen: las esposas de Jack y de Ennis se convierten en nuevas víctimas del drama. Todo lo que se sugiere o se menciona en las breves páginas del cuento se hace escena en el guion.

Pero los estudios de Hollywood dudaban: los cowboys del Oeste son el último reducto de la vieja masculinidad. Finalmente, Ang Lee filma Brokeback Mountain en 2005, y los jóvenes actores Heath Ledger y Jake Gyllenhaal dan vida a estos trabajadores abrumados por su pasión. La película ganó tres Oscars y fue un éxito perdurable.

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¿Por qué una ópera sobre esta historia a primera vista tan ajena a los salones y oropeles del mundo lírico? Esto tiene que ver con el creciente diálogo de los compositores y los teatros norteamericanos a su propio acervo cultural y la cultura popular. Hace unos años John Adams estrenó Doctor Atomic, sobre el dilema moral del creador de la bomba atómica Robert Oppenheimer. Después entró  la ópera como un huracán deslenguado un personaje salido de los reality shows: Anna Nicole Smith (Anna Nicole, de Mark-Anthony Turnage). En el siglo XXI se han estrenado óperas sobre Moby Dick (Jake Heggie) y Un tranvía llamado deseo (André Previn). Y está creciendo la “moda” de usar como material original guiones de película, como hará Thomas Adès con El ángel exterminador de Luis Buñuel. Su ópera se verá en el Metropolitan de Nueva York en 2017.       

No se puede decir que Brokeback Mountain sea una ópera basada en una película. Hay una línea directa del cuento al libreto operístico, porque éste es obra de la misma autora del relato original, Annie Proulx. A primera vista su texto no tiene nada que ver con los tradicionales libretos de ópera: muchos de los diálogos vienen directamente del cuento, y conservan la brusquedad y los sobreentendidos del habla popular de su paisaje rural primigenio.

Pero en una ópera los sentimientos no pueden ser descritos ni puede confiarse en movimientos de cámara y primeros planos para expresar sentimientos: es otra gramática. Por eso, curiosamente, el libreto de la propia autora se aleja más de la primacía de lo “no dicho” que el guion del film. Los cowboys monologan consigo mismos y se cantan “te amo”. Estas cosas no suceden en las dos encarnaciones anteriores de la historia, donde todo es más callado, más para adentro.   

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Cuando nombraron a Gerard Mortier director artístico de la New York City Opera en 2007, encargó varios proyectos para hacer al teatro dialogar con la cultura de su tiempo. No llegó a tomar posesión del cargo por oponerse al recorte de fondos, y cuando en 2010 el Teatro Real lo fichó, trajo algunos de esos proyectos a Madrid. El año pasado el coliseo de la capital estrenó The Perfect American, sobre la vida de Walt  Disney, de Philip Glass.

Brokeback Mountain la ópera es obra de un compositor neoyorquino poco conocido en Europa pero de larga trayectoria en su país: Charles Wuorinen. Se lo considera un dodecafónico estricto, más en la línea de la música académica y abstracta de Arnold Schönberg e Igor Stravinsky que en el el diálogo con la música popular norteamericana. De sus 350 obras, la mayoría son de cámara o para pequeños grupos orquestales. Su única ópera anterior, Haroun y el mar de historias, basado en la novela de Salman Rushdie, se vió en la New York City Opera en 2004.  

Este estreno madrileño estará a cargo del director musical Titus Engel y el director de escena Ivo van Hove, con una importante contribución en video para recrear el paisaje montañoso y agreste que late en el cuento y se come la pantalla de cine.

Y así, en su tercera reencarnación, Jack Twist y Ennis del Mar (un barítono y un tenor) se volverán personajes de ópera y se alternarán en el escenario del Real con otra pareja de sufridores de un amor imposible: el Tristan y la Isolda de Richard Wagner.  

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23 de enero de 2014
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