
Ficha técnica
Una edad difícil
Anna Starobinets
Anna Starobinets (1978- ) es la autora más destacada de la nueva generación de escritores rusos de ficción fantástica, alabada por la crítica desde la publicación de su primer libro, Una edad difícil (2005).
Licenciadaa en Filología por la Universidad Estatal de Moscú, Starobinets ha trabajado para algunos de los principales periódicos rusoa como crítica, reportera y editora de cultura. En la actualidad ejerce el periodismo en el prestigioso Russki Reporter. Es autora de varias colecciones de relato corto, novelas y libros para niños. Starobinets también ha desarollado escenarios para el circo, o escrito literatura inspirada en largometrajes manga, con el presente libro, Una edad dificil, la autora resultó finalista del prestigioso premio Natsionalni Bestseller.
‘A menudo se nombra a Stephen King y a Neil Gaiman entre sus influencias, lo que esta joven acepta con entusiasmo de fan, pero sin amputarse de sus raíces patrias: en lo más profundo de estos cuentos laten Gógol, Bulgákov y el mejor cirujano-basurero mundial de la obsesión humana, Fiódor Dostoievski.’ Del prólogo de Ismael Martínez Biurrun.
La agencia
Voy por un camino estrecho y maloliente que pasa entre cobertizos. Curiosamente, todos los cobertizos son verdes; solo de vez en cuando hay alguno marrón oscuro. Intento no tocar las paredes con los hombros, porque están cubiertas de una especie de fango amarillento y de excrementos de ave con plumas de gallina y de paloma pegadas. Aunque ya llevo las botas y los pantalones empapados hasta las rodillas de un barro blanquecino, por inercia sigo mirando al suelo, para no pisar los charcos ni las cacas de perro.
Un chucho pequeño, a manchas, de vientre hinchado y ojos turbios está atravesado en el camino royendo un hueso de gallina. Avanzo un paso. El chucho me enseña los dientes amarillos y gruñe por lo bajo. Me paro. Enfrente solo me quedan cuatro cobertizos y, por fin, la salida del laberinto. Levanto un pie. El perro empieza a aullar y se le eriza el pelo blanco y negro del lomo. Le pego una patada en el morro. Se aleja corriendo un metro, pero regresa y estalla en ladridos agudos. Le doy otra patada y lo piso contra el suelo; gruñe, pero de forma ahogada, y el morro se le chafa contra el hueso de gallina. Lo piso más fuerte. El perro se calla. Se oye un chasquido, pero no miro qué ha sido. Camino aprisa hasta el final del camino y me encuentro en un parque infantil. Me limpio las botas en un charco.