
Ficha técnica
Todos los perros son azules
Ramón de España
El narrador está recluido en una institución para enfermos mentales. Una explicación es que en un arranque de violencia empezó a destrozar sin motivo aparente la casa de su madre. Otra -de la que él está convencido- es que desde pequeño se tragó un grillo, y posteriormente le implantaron un chip, que lo han hecho ser diferente, vivir como prisionero de su propia mente, asaltado siempre por ideas y pensamientos que le resultan ajenos, y en cambio fascinantes para nosotros los lectores de su locura. Su fiel perro azul de peluche es testigo de todo, al igual que sus amigos imaginarios Rimbaud y Baudelaire, con quienes dialoga y discute pese a estar plenamente consciente de que son una creación de su mente infatigable.
Su trayecto lo conduce a descifrar el lenguaje de todos los seres de la Tierra, por lo que crea una nueva lengua y un movimiento masivo llamados Todog, que al fin hará posible la comunicación entre todas las criaturas: «Todog ministral calipsomburguer veneran do lupsier todog». Lo de menos es si alguien más puede comprenderlo pues, como afirma el narrador, el Todog «Era una forma de amenizar nuestra culpa y nuestro dolor».
Nota del traductor
Dado que una de las grandes virtudes de esta novela es su ritmo, se ha decidido no usar notas al pie de página. El traductor ha preferido esta nota introductoria para señalar algunos aspectos que considera que pueden enriquecer la lectura de quienes no estén familiarizados con la realidad brasileña.
La goiabada es un dulce de guayaba. Puede tener la consistencia de una mermelada –muy parecido al dulce de membrillo mexicano o español– o de una pasta dura con pedazos de guayaba –la denominada goiabada cascão. El brigadeiro es una trufa de chocolate típica de las celebraciones de cumpleaños. Aunque es para los niños, basta ver cómo se abalanzan los adultos sobre ellas para entender su carga emocional, que remite a la infancia. La paçoca de fubá es parecida a un mazapán; se prepara con harina de mandioca mezclada con harina de arroz o maíz. La paçoca de cacahuete es mucho más apreciada.
En el argot brasileño, un grillo, además de un insecto, es una preocupación, algo que incomoda o fastidia.