Ficha técnica
Título: Todo queda en casa | Autora: Alice Munro | Editorial: LUMEN | Formato: tapa dura con sobrecubierta | Páginas: 1072 | ISBN: 9788426401670 | Precio: 29,90 euros
Todo queda en casa
Alice Munro
La selección de los mejores cuentos de Alice Munro, Nobel de Literatura en 2013, hecha por ella misma.
Cuando, una mañana de octubre de 2013, sonó el nombre de Alice Munro como ganadora del Premio Nobel de Literatura, no eran muchos los lectores que conocían su obra, que habían andado con ella por las ciudades y pueblos canadienses donde se despliega su mundo y habían descubierto el placer y el dolor que se esconden a menudo debajo del mantel de hule de una mesa de cocina cualquiera.
Muchos se preguntaron por dónde empezar a leer, y la respuesta está en Todo queda en casa, una selección de los mejores cuentos de Alice Munro realizada por la misma autora como feliz despedida a la tarea de la escritura, un recorrido que abarca toda su carrera literaria. En estos veinticuatro cuentos se resume el trabajo de una vida entera dedicada a hurgar en las emociones y los sentimientos de una manera que sorprende y entusiasma porque ahí, en esos parajes tan lejanos, encontramos lo mejor y lo peor de nosotros.
A modo de prólogo, esta edición incluye «Alice Munro en sus propias palabras», la entrevista que sirvió como discurso de agradecimiento a la academia sueca el día en que le fue entregado el Premio nobel.
«Quiero que mis cuentos conmuevan a las personas; no me importa si son hombres, mujeres o niños…quisiera que el lector, al terminar un cuento, sintiera que es una persona distinta.» Alice Munro
El amor de una mujer generosa
Desde hace un par de décadas hay un museo en Walley dedicado a conservar fotografías, mantequeras, arreos de montura, una vieja butaca de dentista, un engorroso artilugio para pelar manzanas y demás curiosidades, como aquellos pequeños aisladores de porcelana o vidrio tan bonitos que se ponían en los postes de telégrafo.
Hay también un estuche rojo en el que se lee D. M. Willens, Optometrista en letras impresas, y al lado una nota donde dice: «Este estuche de instrumental óptico tiene un notable valor local, no tanto por su antigüedad como porque perteneció al señor M. D. Willens, que murió ahogado en el río Peregrine en 1951. El estuche se salvó del accidente, y al parecer fue recuperado por el donante anónimo que lo entregó para que formara parte de nuestra colección».
El oftalmoscopio podría hacer pensar en un muñeco de nieve. La parte superior, en concreto, la que está sujeta al mango hueco. Un disco grande, con un disco más pequeño encima. En el disco grande hay un orifi cio por el que se mira mientras se van moviendo las lentes. El mango es pesado, porque todavía lleva las baterías dentro. Si se sacaran las baterías y se colocara la correspondiente varilla, con un disco en cada extremo, se le podría conectar un cable eléctrico. Pero debía de darse la necesidad de utilizar el instrumento en sitios donde no había electricidad.