
Ficha técnica
Título: ¿Qué pequeña bici de manubrio cromado al fondo del patio? | Autor: Georges Perec | Traducción: Pablo Fante | Editorial: Tres Puntos | Páginas: 108 | Medidas: 137 X 210 cm.| Fecha: enero 2021 | ISBN: 9788417348298 | Precio: 15,95 euros
¿Qué pequeña bici de manubrio cromado al fondo del patio?
Georges Perec
Alegato antibelicista del Perec más experimentador con el lenguaje y la comicidad. Remite a la larga y fecunda tradición literaria de la risa, la parodia y la carcajada.
Los miembros de una divertida banda quieren evitar que uno de ellos sea destinado a la guerra en Argelia y, para ello, imaginan la solución más disparatada para imposibilitarlo físicamente. Cuando llega la hora de la ejecución material del plan, tras abundantes libaciones, la situación se vuelve desternillante. Novela argumental y estilísticamente ágil, ya desde las primeras frases su comicidad salta a la vista, así como también son visibles el profundo alegato antibelicista de Perec y la manera en que juega con las palabras y las frases: las escribe, las huele, les saca o agrega algunas letras, les da vueltas y ahí las deja. ¿Qué pequeña bici de manubrio cromado al fondo del patio? (1966) fue su segunda novela y auguraba la experimentación en el lenguaje que caracteriza su obra.
«Perec tiene el propósito de poner en ridículo toda forma de solemnidad, especialmente la solemnidad militar, y de huir, por medio de un lenguaje chirriante, punzante y descodificador, de toda posible tentación trascendente. La novela quiere ser, y de alguna manera lo es, un “modo de empleo”, o mejor: un manual sobre cómo librarse de la guerra y cómo evadirse de las oleadas de muerte que toda guerra genera.
La acción transcurre en París durante los días que antecedieron a la guerra de Argelia, pero su atmósfera recuerda la época que precedió a la Primera Guerra Mundial, como si Perec le hubiese querido dar a su historia un cierto aire retro, a medio camino entre el dadaísmo y el existencialismo más delirante. El narrador es un auténtico “cómico de la lengua” al que le encantaría contarnos una historia tan discontinua como demencial pero […]: “¡ah! ¡Literatura! ¡Qué tormentos, cuántas torturas nos impone tu sacrosanto amor a la continuidad!…”». Jesús Ferrero