Ficha técnica
Patologías de la razón
Axel Honneth
Más allá de la disparidad de métodos y objetos, lo que aúna a los diversos autores de la Escuela de Frankfurt es la idea de que las condiciones de vida de las sociedades modernas, capitalistas, generan prácticas sociales, posturas o estructuras de personalidad que se reflejan en ‘una deformación patológica de nuestras facultades racionales’. Es este tema el que conforma la unidad de la Teoría Crítica en la pluralidad de sus voces: por heterogéneos que sean los trabajos enmarcados en ella, siempre apuntan al objetivo de indagar las causas sociales de una ‘patología de la racionalidad humana’. Hoy, cuando por el imperativo de una profesionalización sin objeto, el lazo entre la filosofía y el análisis de la sociedad amenaza romperse definitivamente, la Teoría Crítica -escribe Axel Honneth- «representa un desafío saludable: seguir desarrollándola significaría investigar otra vez, tomando en cuenta las innovaciones teóricas, si la organización específica de nuestras prácticas e instituciones sociales no conlleva un menoscabo del potencial de la razón humana».
Nota preliminar
He compilado los artículos reunidos en este volumen con la intención de poner de relieve, además de la disparidad fáctica, la posible actualidad de la Teoría Crítica. Por lo que respecta al primero de los dos objetivos que acabo de nombrar, la necesidad parece estar hoy bastante cubierta; una serie de estudios brillantes sobre la historia de la «Escuela de Frankfurt», sumada a las monografías sobre algunos de sus representantes, ha mostrado con claridad en las últimas décadas lo variados que eran efectivamente los enfoques que atribuimos a esta tradición teórica surgida en la década de 1920. Por eso a esta altura la verdadera dificultad seguramente estará más bien en poder identificar todavía la unidad de la Teoría Crítica en la pluralidad de sus figuras teóricas. La solución que encontré en mis propias investigaciones para el problema que acabo de esbozar está contenida en el título del presente volumen: más allá de la disparidad de métodos y objetos, lo que aúna a los diversos autores de la Escuela de Frankfurt es la idea de que las condiciones de vida de las sociedades modernas, capitalistas, generan prácticas sociales, posturas o estructuras de personalidad que se reflejan en una deformación patológica de nuestras facultades racionales. Es este tema el que conforma la unidad de la Teoría Crítica en la pluralidad de sus voces; por heterogéneos que sean los trabajos enmarcados en ella, siempre apuntan al objetivo de indagar las causas sociales de una patología de la racionalidad humana.
Pero con el motivo que consiste en considerar las condiciones de vida de nuestras sociedades como causa de una posible deformación de la razón, queda insinuado al mismo tiempo dónde sigue estando para mí la actualidad de la Teoría Crítica. Hoy, principalmente por el imperativo de una profesionalización sin objeto, el lazo entre la filosofía y el análisis de la sociedad amenaza romperse definitivamente; pero con eso comienza a desaparecer como posibilidad del pensamiento un legado central del idealismo alemán: concebir las chances de la racionalidad como sujetas a los procesos histórico-sociales. En esta situación, y por anticuados que resulten algunos de sus enfoques, la Teoría Crítica representa un desafío saludable: seguir desarrollándola significaría investigar otra vez, tomando en cuenta las innovaciones teóricas, si la organización específica de nuestras prácticas e instituciones sociales no conlleva un menoscabo del potencial de la razón humana. En el segundo de los artículos reunidos aquí he intentado esbozar las tareas específicas que estarían vinculadas hoy con esa reactualización de la Teoría Crítica; en el camino que se inicia allí también quedará claro por qué consideré que tiene sentido incluir en este volumen los artículos sobre la filosofía de la historia en Kant y el concepto de libertad en Freud.
Además de Gunhild Mewes, cuya ayuda para la preparación técnica de este manuscrito fue inestimable, quisiera agradecer también a Eva Gilmer y a Bernd Stiegler, de la editorial Suhrkamp, quienes me asesoraron amablemente desde que comencé a planificar el libro.
Axel Honneth
Frankfurt del Main, febrero de 2007