Ficha técnica
Título: Nihilismo y acción | Autor: Fernando Savater | Editorial: Hermida | Colección: EL jardín de Epicuro – No ficción – | Páginas: 104 | Formato: 14×21,5 cm | ISBN: 9788494664779 | Precio: 13 euros
Nihilismo y acción
Fernando Savater
Nihilismo y acción es uno de los pocos ensayos en español que ahonda en el significado del nihilismo a través de referencias y comentarios de algunos de sus precursores más relevantes, como Sade, Mainländer, Schopenhauer o Kierkegaard, junto con otros más actuales como Cioran.
Cabe destacar las conexiones de la corriente nihilista con la filosofía de Nietzsche y con la Escuela de Fráncfort, donde cobra especial relevancia el anarconihilismo representado por Marcuse.
El libro finaliza con un apéndice titulado Ahab como ejemplo, una interpretación sobre la novela americana Moby Dick que busca desentrañar la intención de Melville desde un enfoque nihilista.
Savater afirma que este libro, el primero que escribió, está dirigido a «la fraterna cohorte de los escépticos y los herejes si es que queda alguno todavía».
Introducción
Decía Brecht que las ideas reinantes son las ideas de los que reinan. El sentido común es una privilegiada forma de justificación mediante la cual los que reinan de hecho ascenderán la justificación de su reinado a idea reinante para reinar también de derecho. La apología del orden coincidirá con la apología de la naturaleza y ambas se sustraerán a la imposible crítica negando su carácter apologético y reclamándose pura descripción de lo real. La naturaleza del Estado es el estado de naturaleza para el hombre, y no necesita defensa, puesto que no puede ser atacada, ya que quien la ataque se atacará a sí mismo, se desnaturará y, al perder su naturalidad, se hará irreal. La condición del filósofo es la más irreal de todas las que acontecen al hombre porque se arriesga a la crítica del sentido común, y el precio de la crítica, de esa pura negatividad de la toma de conciencia, es la pérdida del estado natural y la expulsión del Estado no admitido como natural. Al morder la manzana del saber, el hombre advierte que el jardín que le rodea no es producto suyo y se encuentra por vez primera desnudo: hay otro que le piensa, le controla y le administra. Debe marcharse, salir de la naturaleza, que ya no puede mirar como parte de sí mismo y que por lo tanto para él ya no es natural. El pedazo de fruta prohibida se convierte en ceniza fría que amarga su boca. Sale del paraíso y de este modo adquiere su verdadera naturaleza, la de exilado: una maldición se instituye contra él, todo le será a partir de entonces hostil, la fiera y el árbol, el torrente y los demás, que de ahora en adelante serán para él los otros, los opuestos. Un querubín de flamígera espada le prohibirá el acceso al árbol de la vida eterna, y su propio cuerpo se deshará paulatinamente ante el horror de la mirada vigilante que se sabe mortal. Pero la denuncia por la palabra está ya hecha. Nada será como antes, ni para él ni para Dios.