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Ficha técnica

Título: Los países invisibles | Autor: Eduardo Lalo  | Editorial: Fórcola | Colección: Periplos, 22 | Páginas: 152 | Dimensiones: 13 x 21 cm. | ISBN: 978-84-16247-75-2   | Fecha: octubre 2016 | Precio: 16,50 euros

Los países invisibles

Eduardo Lalo

FÓRCOLA

En Los países invisibles, premio Juan Gil-Albert Ciutat de Valencia, Eduardo Lalo afirma categóricamente la inexistencia de Puerto Rico, traducida en su invisibilidad ante la mirada ajena, así como de algunos países de occidente, «que detentan el poder de crear significados». El libro, género híbrido entre el diario de viajes, la crónica y el ensayo filosófico, recoge las experiencias de un escritor que parte de la isla, «el reino de lo invisible», y regresa a ella después de realizar un periplo narrativo y filosófico por España y otros lugares de Europa.

Alejado de la victimización tercermundista, Lalo emprende una contraconquista conceptual del Viejo Mundo: su viaje posibilita el reconocimiento de signos de lo global visible que emparentan la capital de su país con algunas capitales y ciudades europeas. Son aires de familia asociados con el consumo, las sociedades del espectáculo o la desigualdad fomentada por la globalización, que coexisten con otros: los que imponen las insalvables distancias entre los países visibles, portavoces del discurso de Occidente, y los invisibles, intervenidos por ese miope discurso que se afirma en «no-ver, borrar, aniquilar».

Puerto Rico, marcado por la conquista española y diluido por la violencia del neocolonialismo estadounidense que lo reduce al olvido, al ninguneo o la negación, se torna un prototipo: prefigura el destino al que parecen estar sentenciadas las grandes naciones y sus enormes urbes, la «invisibilización programática», la progresiva despersonalización. El escritor, cazador de imágenes, traduce su andar y su mirada en especulaciones de índole filosófica, literaria, ideológica ligadas a una ex-céntrica concepción del mundo y del sentido ético y político del trabajo intelectual, y reflexiona sobre no-ver y ver, encierro y libertad, desierto e isla y ciudad, sorteando la marginalidad a la que ha sido confinada la literatura y la condición «invisible» de su país.

«Escribir desde la invisibilidad significa ampliar el campo miope de lo visible.»

 

EL VIAJE

Londres, 27 de julio de 2005

     El mundo ya no es el mismo porque ya no es diferente. Cuando estuve aquí por primera vez, hace quince años, la calle Oxford no recordaba a un centro comercial de una ciudad insignificante como San Juan, con las mismas cadenas de tiendas, los mismos zapatos en las vitrinas, con idénticos restaurantes de comida rápida y tiendas de discos.

     Los muchachos andaluces, italianos o polacos que se ven por las calles, llevan camisas con textos en inglés (diseñadas en California, Roma o París, y no es casual esta mezcla de una región con capitales, pues estos ámbitos de menor extensión territorial, comienzan a importar más que las naciones), cuyos significados muy coloquiales probablemente desconocen o malinterpretan. Las han comprado en Londres o, quién sabe en qué lugar, pero sin duda han sido fabricadas en algún taller miserable de China o Pakistán. Toda tela comienza a producir la misma, única sensación en la piel y los dedos.

     Viajo, por primera vez en muchos años, para comprobar que casi todo queda ya en mi ciudad; que casi todo (que cada vez es menos: menos objetos, palabras, conceptos) queda en cualquier sitio. El viaje comienza a ser imposible. Lo visible -que es lo que ha sido globalizado- crea un suburbio de dimensiones planetarias. El gueto y la urbanización universales han impuesto su moda, su trend efímero y banalmente catastrófico. El contenido del mundo, la posibilidad de ver algo, queda rezagada. Acaso sólo quede ver a los países invisibles. Es posible que en ellos se pueda encontrar una de las pocas vías a una frontera. O, tristemente, ya no quede nada, sino la copia ruin del original arruinado. 

     Es la primera vez que viajo tan lejos desde que tengo internet. Antes aprovechaba cada oportunidad, cada salida al extranjero para comprar libros con la consciencia de que disponía de muy pocas horas en las ciudades en que la oferta era enorme. Ahora no es igual. Mucho de lo que veo y me interesa ya lo conozco o lo poseo. Si encontrara algo que llamara mi atención, quizá sólo tendría que desplazarme mínimamente en mi ciudad o acceder a un portal de internet para adquirirlo. Sin embargo, la situación no posee simetría, pues se podría decir que no hay absolutamente nada de mi mundo aquí.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Eduardo Lalo

Eduardo Lalo (Cuba, 1960), escritor, ensayista, artista plástico y fotógrafo puertorriqueño. Es autor de las novelas La inutilidad (2004) y Simone (2011), que recibió el premio Rómulo Gallegos 2013 (de próxima publicación en Fórcola/Ficciones). Entre sus ensayos destacan Los países invisibles, que recibió el Premio de ensayo Juan Gil-Albert Ciutat de Valencia 2006, y El deseo del lápiz: castigo, urbanismo, escritura (2010). Ha dirigido dos mediometrajes y su obra visual se ha reunido en múltiples exposiciones. Profesor en el campus de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, colabora como articulista y crítico en diversas revistas literarias.

Obras asociadas
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