
Ficha técnica
Los días más felices
Rodrigo Hasbún
El amor se escribe con los silencios, la música y las huellas en las superficies de las cosas. Lo esencial, lo presente y oculto día tras día, enreda en la vida de Pablo, de Luisa, de Valeria, de Ladislao y Julián. Arrazábal y sus compañeros de curso están a punto de acabar los estudios y deben enfrentarse a sí mismos, la madurez, a los miedos viejos y a los nuevos caminos que aún no saben que tomarán… todavía son los días felices donde nada parece preocupar demasiado.
Los cuentos que dan cuerpo a esta antología ahondan en la belleza de lo insignificante y sumergen al lector en un universo sensorial, propio e intenso, marcado por el ritmo de la música y los planos cortos del séptimo arte.
PRIMERA PÁGINA
FAMILIA
I
Hay una mujer en medio de la calle, tirada en el suelo, temblando, y a su alrededor se han agrupado cinco peatones, pero solo uno de ellos, de rodillas, agitado, intenta hacerla reaccionar. Quizá es médico, aunque de lejos no lo parece, precisamente por la agitación, por la tensión que revelan los movimientos que a unos pasos todavía del gentío logro entrever. Va de terno, al igual que dos del grupo de mirones, y la mujer, más vieja a medida que me acerco, más demacrada y perdida en la confusión que experimenta, todavía temblando, aunque cada vez menos, porque quizá el corazón siente fatiga y añora detenerse, lleva puesto un grueso vestido que seguramente propicia una vaga sensación de seguridad. Esto sucede en la acera izquierda de una avenida ancha, los conductores no se dan cuenta de nada, pensando en la cena, en algún encuentro previsto, en el partido de fútbol que verán a las ocho, y hay alrededor, envolviéndonos en su espesura, un bullicio habitual de viernes al final de la tarde.