Ficha técnica
Título: Las enseñanzas de Don B. | Autor: Donald Barthelme | Traducción: Enrique Maldonado Roldán | Editorial: Automática | Encuadernación: Cosido | Formato: Rústica | Páginas: 288 | ISBN: 978-84-15509-19-6 |Precio: 20 euros
Las enseñanzas de Don B.
Donald Barthelme
Las enseñanzas de Don B. reúne algunos de los mejores relatos de Donald Barthelme. En ellos se abordan, con humor, agudeza y una increíble audacia, muchas de las problemáticas centrales de la sociedad contemporánea. Entre sus páginas encontraremos gigantescos globos que se expanden entre las calles de Manhattan, personajes históricos, conocidos villanos, brujas, ingenieros, amantes versados en tecnología militar, esmeraldas parlantes, conejitas de Playboy e incluso las primeras imágenes del alma humana (en ascensión). Todo ello da forma al singular collage en el que Barthelme ve reflejado nuestro tiempo y que, al igual que el conjunto de su obra, constituye un auténtico alarde de renovación lingüística y literaria, en ocasiones divertido, en otras perturbador, pero siempre desafiante.
LA SEÑORITA MANDIBLE Y YO
13 de septiembre
La señorita Mandible quiere hacerme el amor, pero duda porque soy oficialmente un niño; yo tengo, según los documentos, según el cuaderno de evaluación de su escritorio, según las fichas de la oficina del director, once años. Existe aquí un malentendido, algo que aún no he sido capaz de aclarar. En realidad, tengo treinta y cinco años, he estado en el Ejército, mido un metro y ochenta y cinco centímetros, tengo vello en los lugares apropiados, mi voz es de barítono, sé muy bien qué hacer con la señorita Mandible si alguna vez se decide.
Mientras tanto, estamos estudiando las fracciones. Podría, por supuesto, responder a todas las preguntas, o al menos a la mayoría de ellas (hay cosas que no recuerdo). Sin embargo, prefiero quedarme sentado en este pupitre demasiado pequeño, con el escritorio aprisionándome los muslos, y examinar la vida que me rodea. Somos treinta y dos en la clase, que comienza cada mañana con el juramento de lealtad a la bandera. Mi propia lealtad, en este momento, está dividida entre la señorita Mandible y Sue Ann Brownly, que está sentada todo el día al otro lado del pasillo entre pupitres y es, como la señorita Mandible, enamoradiza. De las dos, yo prefiero, hoy, a Sue Ann, que aunque tenga entre once y once años y medio (se niega a revelar su edad exacta), es claramente una mujer, con la agresividad camuflada de una mujer y las peculiares contradicciones de una mujer.