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Ficha técnica

Título: La evolución de la tecnología | Autor: George Basalla |  Traducción: Jorge Vigil |  Editorial: Crítica | Colección: Drakontos | Género: Ensayo | ISBN: 978-84-9892-186-1 | Páginas: 304 | Código: 10001168| Formato:  15,5 x 23 cm. | Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta |  PVP: 22,90 € | Publicación: 10 de Febrero 2011

La evolución de la tecnología

George Basalla

CRÍTICA

Este libro, que, como ha dicho Ernst Braun, «resulta tan fascinante e instructivo para el especialista en historia de la técnica como para el lector lego en la materia», tiene una engañosa apariencia de sencillez. Basalla combate en él la imagen tópica del gran inventor -del individuo heroico que revoluciona el mundo con sus hallazgos innovadores- y nos propone una nueva manera de entender la historia de la técnica: una visión evolutiva, semejante en cierto modo a la de los seres vivos, que sostiene que en cada momento hay una variedad de opciones diversas para resolver los problemas técnicos que se nos presentan, y que la sociedad escoge unas y margina otras de acuerdo con una serie de criterios, no solo económicos, sino también culturales, en un proceso que se desarrolla gradualmente, partiendo de la vieja tecnología existente.

Esta teoría se ilustra con una serie de apasionantes ejemplos que permiten explicar desde las razones por las cuales los chinos, que idearon el arte de imprimir libros, no acertaron a dar el paso que significaba el uso de tipos móviles, hasta la historia de cómo y por qué se inventó en Norteamérica, hacia 1873, el alambre de espino (que tanto habría de influir en el rumbo de la primera guerra mundial), pasando por los proyectos tecnológicamente factibles pero desechados por su inutilidad social, como el ferrocarril atmosférico o los barcos nucleares, y por las máquinas imposibles con las que muchos soñaron.

Se ha dicho que este es uno de los raros libros científicos que se leen de principio a fin, y con gusto. Pero es también una obra que, por sus revolucionarios planteamientos, ha suscitado grandes controversias y que, como ha dicho Fenton, «obliga a pensar seriamente y abre nuevas líneas de investigación».

 

1. DIVERSIDAD, NECESIDAD Y EVOLUCION

DIVERSIDAD

     Durante siglos ha intrigado a la humanidad la rica y asombrosa diversidad de formas de vida que pueblan la Tierra. ¿Por qué hubieron de surgir seres vivos como los paramecios o los colibríes, las secuoyas y las jirafas? Durante muchos siglos, los creacionistas proporcionaron la respuesta a esta cuestión. Afirmaban estos que la diversidad de la vida era resultado y expresión de la generosa naturaleza de Dios: en la plenitud de su poder y amor, Dios opto por crear la maravillosa variedad de seres vivos que hallamos en el planeta.

     A mediados del siglo XIX, y especialmente tras la publicación de El origen de las especies de Darwin en 1859, la explicación religiosa de la diversidad se vio desafiada por una explicación científica. Según esta nueva interpretación, tanto la diversificacion de la vida en cualquier momento dado como la aparicion de nuevas formas vivas en el tiempo eran resultado de un proceso evolutivo. En apoyo de las teorías de Darwin, los biólogos procedieron a identificar y nombrar más de un millón y medio de especies de flora y fauna, y han explicado esta diversidad por medio de la variabilidad reproductora y de la selección natural.

    Sin embargo, ha solido pasarse por alto o darse como obvio otro ejemplo de diversidad de formas en la Tierra: la diversidad de cosas realizadas por manos humanas. A esta categoría pertenece «el vasto universo de objetos utilizados por la humanidad para hacer frente al mundo físico, para facilitar la relación social, para deleitar la fantasía, y para crear símbolos significativos».1

Como no pueden identificarse con precisión especies diferentes entre los objetos de manufactura humana, resulta difícil obtener un recuento preciso de los diferentes tipos de cosas artificiales. Puede alcanzarse una muy tosca aproximación a esta cifra utilizando el número de patentes concedidas como indicador de la diversidad del mundo de objetos creados. Solo en los Estados Unidos, desde 1790 se han concedido más de 4,7 millones de patentes. Si se considera a cada una de estas patentes como equivalente de una especie orgánica, puede decirse que la diversidad tecnológica es tres veces mayor que la orgánica. Aunque defectuoso en diferentes aspectos, este intento de medir la diversificación comparada sugiere que la diversidad del ámbito tecnológico se aproxima a la del ámbito orgánico.

     La variedad de las cosas hechas resulta tan asombrosa como la de los seres vivos. Considerese la gama que va desde los útiles de piedra a los microchips, de los molinos de agua a las naves espaciales, de las chinchetas a los rascacielos. En 1867, Karl Marx se sorprendio al conocer que, como muy bien puede ser, en Birmingham, Inglaterra, se producían quinientos diferentes tipos de martillos, cada uno de ellos adaptado a una función especifica en la industria 0 la artesanía (fig. 1.1). ¿Qué fuerzas condujeron a la proliferación de tantas variantes de este antiguo y común instrumento? 0, de forma más general, ¿por qué hay tantos tipos diferentes de cosas?

1.      Thomas J. Schlereth, Material culture studies in America, Nashville, 1982, p. 2.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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George Basalla

George Basalla (nació en 1928 en Altoona, Pensilvania) es un historiador estadounidense de la ciencia y profesor emérito de la Universidad de Delaware.

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