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Ficha técnica

Tíiulo: Julia Aguilar, Always. Rebelde y artista | Autores: Antonio Abarca Anoro y Antonio Buil Sillés | Editorial: Liberalitas Iulia | Mail de contacto: liberiulia@gmail.com | Formato: rústica con solapas | Tamaño:  17 x 21 | Precio: 25 euros

Julia Aguilar, Always. Rebelde y artista

Antonio Buil Sillés

Liberalitas Iulia

Sin la obstinada intervención del azar, o quién sabe de qué desconocidas fuerzas, nada hubiera podido rescatarse de la vida y de la obra de esta excepcional mujer.

Julia Aguilar o Julieta «Always» (Barbastro, 1899-1979). Muy bella, rebelde, enigmática, excéntrica. Fue bailarina de cabaré. Vivió los años locos de París, el Madrid monárquico y republicano. Desafió a la vida. Amante de personajes poderosos, políticos, toreros, artistas…Por alguna razón que desconocemos volvió a su ciudad natal pasados los cuarenta años. A partir de ahí su vida no logró sortear la penuria; pero a la vez, según ella guiada por espíritus, alumbró unas extraordinarias pinturas. Su personalidad y sus obras asombraron e inspiraron a Modest Cuixart para crear un cuadro que tituló La bruja Barbastro. Ese sería el comienzo de una historia tal vez inacabada.

Un día de San Julián

Hacía solo dos días que la festividad de los Reyes Magos había puesto el punto final a las celebraciones navideñas. Aquellas fiestas del año 1898 tuvieron un sabor inusualmente amargo. España se había sumido en una profunda crisis moral, social y política desencadenada por la pérdida de Cuba y Filipinas. Había pasado solo un mes desde la firma del Tratado de París, que ponía fin a las últimas posesiones españolas de ultramar, y todavía continuaba la vuelta de soldados y oficiales españoles. La brusca desaparición del espejismo colonial dejó a la vista los graves problemas de España e hizo emerger movimientos políticos y culturales que trataron de dar respuesta a todo aquel descalabro. Como si de un símbolo se tratara, el presidente del Gobierno, Sagasta, acababa de salir de una enfermedad que le mantuvo veintitrés días postrado en su domicilio. Todo el mundo había deseado acabar con aquel año y esperaba con moderada ilusión el entrante, que iba a culminar un siglo convulso, de grandes expectativas y de tremendas decepciones.

Juliana Mariana Juana Aguilar Coscuyuela nació en Barbastro el lunes 9 de enero de 1899, día de San Julián. Ninguno de los tres nombres que se le asignaron en su partida de nacimiento nos sirve para identificar a la que conocemos como Julieta. Además del santo del día, llevaba el nombre de su madre y también el de su padre feminizado, como si la presencia y el amparo de los padres hubieran necesitado hacerse explícitos también de esa manera. Fue en el número 23 (actual 25) de la entonces calle de Monzón y ahora de Joaquín Costa donde Juana Coscuyuela dio a luz, a las tres de la tarde, a una más que hermosa niña de seis kilos. La misma casa era a la vez vivienda y lugar donde Mariano, su padre, tenía la fonda que desde hacía ya unos años era su medio de vida. Cuesta poco imaginar el jaleo, las idas y venidas y el alborozo que produciría este parto entre los fogones de una pequeña fonda en plena hora de la comida. Paradojas de la vida, algunos de los vecinos que acompañaron alegres el nacimiento de la niña habían asistido dos días antes al funeral del dueño del inmueble, Julián Arcarazo Legarburu, acaudalado propietario de orígenes vizcaínos.

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Antonio Buil Sillés

(Barbastro 1965). AnticuarioPor azar descubrió a Julia Aguirre, o Julieta, como artista, como personaje y sobre todo como pregunta.

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