
Ficha técnica
Título: Incertidumbre | Autor: Paco Inclán | Editorial: Jekyll & Jill | Formato: 14 x 20,5 cm. | Presentación: Tapa dura, acabado en guáflex con impresión de tipografía en oro | Año de publicación: septiembre 2016 | ISBN: 978-84-945940-1-4 | Páginas: 256 | Código IBIC: WTL – BT | Precio: 21,00 euros
Incertidumbre
Paco Inclán
El autor de Tantas mentiras se sumerge en nuevos escenarios para ahondar en las contradicciones de la condición humana, especialmente en las suyas propias. Es así como sufre el conflicto norirlandés en sus carnes, se integra en un grupo de cruising de visita en Formentera, sale en atropellada búsqueda del brazo derecho de san Vicente Mártir, se cita con el ganador del concurso de letras para el himno de España o pone en riesgo su vida, amenazada por la generosidad ancestral que le brindan los habitantes de una isla del Pacífico. Situaciones que generan un estado de incertidumbre: ¿esto está pasando? Y si es que sí, ¿por qué demonios?
DAR LA CARA POR IRLANDA
Armagh
LOS HISTORIADORES DISCREPAN sobre el origen del conflicto de Irlanda del Norte o el norte de Irlanda. Algunas fuentes lo fechan en 1969, otras en 1921, otras en el siglo XII y otras incluso en la escisión de dos pueblos celtas -los britanos y los gaélicos- en la noche de los tiempos. Su imaginario cartográfico se resquebraja en dos hasta el esperpento: en los bares de Belfast, su capital, está prohibido cantar himnos y se reserva el derecho de admisión a los que vistieren equipajes, gorras y bufandas de clubes de fútbol, convertidos en símbolos políticos, ideológicos, también religiosos [Celtic, católico; Rangers, protestante]. En Belfast hay pubs para protestantes y pubs para católicos -se diferencian porque en la entrada de los primeros hay una alfombra con la corona británica estampada-. En Belfast hay taxis que viajan exclusivamente a barrios protestantes y otros que lo hacen solo a barrios católicos. En Belfast, las zonas católicas y protestantes están divididas por muros decorados con grafitis de guerra, principal atracción turística de la ciudad, junto al astillero donde se construyó el Titanic, el más afamado transatlántico de la historia de los barcos.
Los protestantes frecuentan McDonald’s y los católicos, Burger King. «Los protestantes prefieren kétchup y los católicos, mostaza», me cuenta Sarah. «Es broma, pero sería posible aquí», me dice ante mi gesto de incredulidad.
Sarah es una rara avis en el contexto del conflicto, una especie autóctona a proteger. Nació en Bangor, la ciudad más grande del condado de Down, cuya población respalda mayoritariamente la anexión del territorio norirlandés a Gran Bretaña. Aunque no reniega de su origen británico, Sarah sueña con una Irlanda en la que ambas partes enfrentadas puedan convivir en paz, lo cual la convierte paradójicamente en un ser conflictivo; en Irlanda del Norte, en el norte de Irlanda, mantenerse ecuánime es una postura minoritaria que no está bien considerada. La poliédrica Sarah -céltica, británica, irlandesa, protestante- vive con sonriente penitencia su identidad camaleónica, su rol de agente social doblemente vilipendiado.