Ficha técnica
Título: Idea de la ceniza | Autora: María Virginia Jaua | Editorial: Periférica | Páginas: 176 | ISBN: 978-84-16291-22-9 | Precio: 15,50 euros
Idea de la ceniza
María Virginia Jaua
¿Existe acaso algo que guste más a los que aman que hablar del amor? Examinarlo, recordarlo minuciosamente, observarlo y analizarlo. Hacia el pasado: ¿qué dijimos?, ¿qué pensábamos?, ¿qué queríamos?, y hacia el futuro: ¿dónde estaremos?, ¿nos amaremos todavía? Hablar del amor y reconstruirlo, tras la muerte del amado, tras la pérdida, para que no se pierda ningún detalle, para convencernos de haberlo vivido, de estar viviéndolo, para que no se olvide ninguna palabra dicha, y para que toda esa ceremonia lo rescate y salve de entre todos los demás amores del mundo y de entre todas las demás palabras de amor, que son únicas y, aun así, siempre las mismas.
En los correos electrónicos que se envían los amantes de esta arriesgada novela (a veces transmutada en ensayo, y que exige al lector una atención y una complicidad muy especiales), la seducción se mezcla con cierta suerte de telepatía y los hallazgos mutuos revelan un conocimiento antiguo del otro. Los amantes están separados por un océano gigantesco, que salva, a pesar de la grieta profunda que todo exilio abre, la intimidad del género epistolar, en el que dos voces casi inaudibles, dos voces escritas, se entienden por el movimiento de los labios, esa coloreada carne fronteriza no sólo entre el interior y el exterior de nuestro propio cuerpo, sino entre un cuerpo y otro, carne que tiembla de deseo y vocaliza el anhelo del reencuentro.
«Todo en este libro», nos dice su autora, como respondiendo a una de las preguntas esenciales que late bajo el texto, «es epitafio». Una primera novela en la que los silencios significan tanto como los excesos de amor y lenguaje de los amantes que la «protagonizan»
PÁGINAS DEL LIBRO
La ceniza no vive aquí, pero aquí hay ceniza.
Una cierta lógica tendería a determinar que este pequeño libro estuviera dedicado al ser amado. Él es todo aquí. Sin embargo, esta escritura póstuma también podría estar dedicada a otros amantes y a otras muertes de las que guardo y honro su historia, pero hago míos los relatos de sus telepáticos encuentros y guardo su secreto: la colisión en la que estallan sus partículas y emprenden el viaje, su inabarcable pasión por la escritura, su saber ancestral del duelo y la hospitalidad.
Este libro busca honrar ese posible hallazgo.
Lector, detén tu paso…
Respira con un ritmo acompasado. Estás ahora en el umbral de un libro que te ha sido escrito. Cierra los ojos. Encomiéndate a Hécate y hazle una ofrenda. Si con los ojos cerrados te abandonas a la lectura, es probable que consigas entrar por cualquiera de las tres fases visibles de la luna. La cuarta es sólo un espejo negro que te devolverá tu imagen: no es una puerta, no abre hacia ningún lugar, es sólo un astro apagado: un archivo muerto. Si acaso puedes, míralo de reojo y prosigue tu viaje inmóvil. Se abrirá una grieta como una herida incurable: shibboleth, shibboleth, shibboleth. Caminarás al paso de una plegaria. Una vez adentro, es posible que escuches una voz que te llama desde un futuro que aún no alcanzas a ver, pero que está ahí: pues ha sido vivido una y mil veces. Y si al final del viaje no te reconoces, despreocúpate: aquí nada mira hacia atrás, no hay estatuas de sal, ni vistas panorámicas a ciudades en ruina: sólo una postal enviada desde el futuro con un mensaje encriptado y que prosigue su viaje en busca de un destinatario:
Quizás tú.