
Ficha técnica
Título: Historia de la mujer convertida en mono. Siete cuentos japoneses | Autor: Junichiro Tanizaki | Revisión de la traducción y prólogo: Ednodio Quintero | Traducción: Ryukichi Terao | Editorial: Bid & Co (Caracas, Venezuela) | Páginas: 192 | Año de publicación: 2007 (mayo) | Formato: 11’5 x 21 | Género: Cuentos | ISBN: 980 – 6741 – 46 – 1
Historia de la mujer convertida en mono
Junichiro Tanizaki
Reconocido como un clásico en vida, y conocido en su país y en el extranjero como el máximo exponente de la novela moderna japonesa, Tanizaki fue también un extraordinario cuentista. Desde su famoso Shisei [El tatuador], de 1910, hasta algunas producciones de la década del 50, Tanizaki nos legó un centenar de relatos recogidos recientemente en el Japón en una edición de quince volúmenes, dentro de una serie titulada simbólicamente: Junichiro Labyrinth. De ese profuso laberinto hemos seleccionado los siete cuentos que integran esta primera traducción directa desde su idioma original al español; el lector encontrará en ellos una visión representativa del mundo de Tanizaki, caracterizado por la vitalidad y el goce de vivir, expresado en la búsqueda de la belleza y en el disfrute de un erotismo refinado, que no excluye algunas perversiones: masoquismo, voyerismo, fetichismo e incluso un audaz acercamiento al mito de la bella y la bestia, como se verá en el genial y conmovedor relato «Historia de la mujer convertida en mono», que da título a esta colección. La prosa de Tanizaki continúa seduciendo a los lectores en el siglo XXI.
I. Espejos y espadas
La introducción de la escritura en la cultura japonesaes relativamente tardía y coincide con la unificación política y territorial del país en un gobierno centralizado bajo la fi gura del Emperador, a finales del siglo III y comienzos del IV de nuestra era. Espejos y espadas ofrecen los vestigios iniciales de escritura japonesa, alrededor del siglo V. Sin embargo, los primeros documentos escritos que se conocen son muy posteriores. El Kojiki [Anales de hechos antiguos, 712], redactado por O no Yasumaro por iniciativa del emperador Temmu y la emperatriz Gemmei, está concebido como una extensa crónica sobre la era de los dioses, que luego relata la historia del Japón desde su creación mítica hasta el reinado de la emperatriz Suiko (628). El Nihon Shoki [Crónicas del Japón, 720] sigue el modelo establecido por el Kojiki, concediendo menor importancia a los mitos, y termina con el reino del emperador Jito (696). Estas primeras crónicas de carácter histórico fueron escritas en chino y en una mezcla de chino y japonés. Y tenían, como es de suponer, un marcado interés por la fundación de una ideología nacional.
En lo que se refi ere a la literatura propiamente dicha es la poesía la que predomina desde el principio. La primera gran antología poética, Man’yoshu [Colección de las diez mil hojas, 759], compilada por Otomo no Yakamochi (716-785), reúne cerca de cinco mil poemas antiguos. Durante el período Heian (794- 1192), caracterizado por el refi namiento cortesano, la composición de un waka, poema de 31 sílabas, era una actividad prestigiosa en la corte y estaba asociada a la vida cotidiana. Habrá que destacar, entre las varias antologías recopiladas durante ese período, el Kokinshû [Colección de poemas antiguos y modernos, 905], encargada por el emperador Daigo a cuatro eminentes poetas de la época.
La primera obra narrativa que se reconoce como tal es el Taketori-monogatari [El cuento del cortador de bambúes], de autor desconocido y probablemente de la primera mitad del siglo X. En ese mismo siglo aparece el Ise monogatari [Cuentos de Ise], atribuido a Ariwara no Narihira, que reúne 125 cuentos breves combinados con poemas, que narran aventuras galantes y cortesanas teñidas de humor y desencanto.