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Ficha técnica

Título: El tiempo es el que es | Autores: Anaïs Schaff y Javier Pascual | Prólogo: Javier Olivares | Editorial: Plaza y Janés | Colección: Éxitos  | Formato: tapa blanda con solapa | Páginas: 320 | Medidas: 152 X 229 mm | ISBN: 9788401016974 | Fecha: 04/2016 | Precio: 16.90 euros | Ebook:  9,99 euros

 

El tiempo es el que es

Artur Laperla & Marcos Prior

PLAZA Y JANÉS

En la biblioteca de un convento, alguien fotografía un códice del siglo VIII. Pasando páginas, llega a una en la que con caligrafía moderna se lee: «Me llamo Elías Sotoca y estoy atrapado en el año 780». Cuando la noticia llega al Ministerio del Tiempo, la sorpresa es total. Sotoca es un agente de alto nivel al que se dio por desaparecido hace años. Amelia, Alonso y Julián parten de inmediato hacia 780 para rescatar al compañero perdido.

Tras la misión en el medievo, la patrulla acaba por error en Cartagena de Indias, uno de los puertos más importantes de la época colonial, en el año 1603. Allí deben convencer al capitán de uno de los galeones de que les permita embarcar, como paso previo para regresar a 2016. Pero entonces conocerán a un personaje histórico que sobrevive en el anonimato y que deberán salvar para que la historia no cambie.

Cuando parece que todo ha terminado, se produce una emergencia que requiere la inmediata participación de los agentes; con apenas 20 años, Lola Mendieta que aún no ha ingresado en el Ministerio es detenida por los nazis en Canfranc. ¿El motivo? Ser espía de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. Lo que en principio parece una sencilla misión de rescate se complicará hasta el punto de que la victoria final de los aliados sobre los nazis se ponga en peligro.

Tres misiones. Tres épocas. Y un sinfín de aventuras con el personaje de Lola Mendieta como leitmotiv entre ellas. Bienvenidos a la primera novela de El Ministerio del Tiempo titulada, como no podía ser de otra manera, El tiempo es el que es.

El Ministerio del Tiempo es una serie creada por Pablo y Javier Olivares, producida por Onza Entertainment y Cliffhanger para Televisión Española. Aventuras, comedia e ironía se mezclan con sentimientos y emociones para narrar el día a día de un Ministerio creado para que la Historia no sufra digresiones temporales que cambien el presente.

Ha sido merecedora de múltiples galardones: el Permio Ondas y el Premio Fotogramas a la mejor serie, el Premio Paramount, el premio de la crítica en el Festival de Vitoria y el ALMA al mejor guión otorgado por el sindicato de los guionistas. También fue finalista en los Premios Prix Europa 2015, el mayor festival europeo de televisión, radio y medios interactivos. Estos premios se suman al mejor de todos ellos: la pasión, la implicación y la interacción de los millones de seguidores de la serie que han convertido esta ficción en la gran sorpresa del año en la historia de la televisión y en un fenómeno transmedia que abarca diferentes tipos de formatos.

Prólogo

I

Cuando mi hermano Pablo y yo empezamos a desarrollar El Ministerio del Tiempo, jamás pensamos que se acabaría convirtiendo en algo que moviera una legión de (maravillosos) fans. Que se convirtiera en un fenómeno transmedia. Que acabara transformándose, más allá de lo que es la propia serie, en realidad virtual y protagonista de las redes sociales.

Sólo queríamos hacer una serie que nos gustara ver. Aunque no la vendiéramos. Deseábamos contar nuestros sentimientos. Pasear por la Historia viviendo momentos que habíamos leído y estudiado. Disfrutar de aventuras como aquellas que tanto nos gustaban leer o ver en películas y series.

Sólo queríamos recordarnos a nosotros mismos algo tan sencillo como que éramos guionistas. Ese oficio tan ninguneado en este país. Ese oficio que te permite vivir otras vidas porque con la nuestra no nos basta.

-Tenemos que hacer algo diferente -dije yo.

Silencio.

-Y ¿por qué no una serie de viajes por el tiempo? -respondió él.

Sonrisa (mía). Nuevo silencio (de los dos). Unos ojos, los de Pablo, que pese a que me miraban, estaban buscando en no sé qué lugar una idea. Y la encontró. Como siempre. Convirtiendo lo complejo en sencillo sin que dejara de ser complejo. Brillante. Como nunca.

-Un ministerio. Un ministerio del tiempo… Con funcionarios. Algo de género fantástico por el tema, pero que sea cotidiano. Como el cine de Berlanga.

Recuerdo aquel momento, ya hace catorce años, como si fuera ayer mismo. Últimamente más, porque la serie vive conmigo cada día. Y porque Pablo no vive con nosotros desde hace un tiempo. Pero, sobre todo, porque la serie me hace recordarle cada día como si ya no lo hiciera por el hecho de ser mi hermano, mi compañero y mi amigo.

Hubo que esperar. Había que seguir peleando el día a día. Hasta que llegó el momento en que crear la serie fue urgente, porque mi hermano no quería irse sin hacer una serie diferente. Como las que nos gustaba ver. Aunque no la vendiéramos.

Los conceptos estaban claros: aventura, género fantástico e Historia. Referencias pop. Y mucho sentimiento. Porque si en la serie se viaja por el tiempo a través de puertas, en la vida real se hace a través de los recuerdos. Una trama (la de la aventura) llevaría a una época en cada capítulo. Como rezaba el eslogan que creó Pablo: «¿Por qué hacer una serie de época, pudiendo hacer una serie con TODAS las épocas?».

Pero, en paralelo, siempre otra gran trama: la de las emociones de nuestros protagonistas. El choque cultural de tres personajes de distintas épocas. Y, sobre todo, la posibilidad de viajar por el tiempo no ya para salvar la Historia, sino para revivir sus historias. Las personales e intransferibles.

Durante el tiempo que creamos la serie hasta que nos dijimos adiós, yo estructuraba y ordenaba el aluvión de ideas (con Anaïs Schaaff). Pablo iba más lejos. Como los personajes de la serie, revisaba su vida. Lograba que su propia vida se encarnara en Julián, en Alonso, en Amelia. Porque, en realidad, estaba viajando por el tiempo. Apasionadamente. Sin tapujos ni barreras. Porque era precisamente poco el tiempo que le quedaba.

Cuando se fue, el que empezó a viajar por el tiempo fui yo. Recordándole. Aún sigo haciéndolo.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Artur Laperla & Marcos Prior

Laperla y Kosinski son Artur Díaz -más conocido como Artur Laperla- y Marcos Prior, dos artistas intercontinentales nacidos en 1975 que debutaron en los años noventa con el fanzine rAu, bajo el auspicio de Producciones Peligrosas. Pronto desembarcaron en las páginas de El Víbora con títulos como Raymond Camille, y de ahí en adelante, juntos o por separado, irían desarrollando una carrera profesional llena de curvas y cambios de rasante. Laperla, con formación de filósofo, ha trabajado como ilustrador para infinidad de editoriales y tiene en su haber personajes infantiles de éxito como Superpatata, que se publica en varios países, mientras Prior ha entregado obras como Fallos de raccord, El año de los 4 emperadores, Fagocitosis o Potlatch, las dos últimas con dibujo de Danide.

Obras asociadas
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