
Ficha técnica
Título: El atlas de las nubes | Autor: David Mitchell | Traducción: Víctor V. Úbeda | Editorial: Duomo | Colección: Nefelibata | ISBN: 9788492723799 | Encuadernación: Rústica con solapas | Formato: 14 X 21,5 | Páginas: 608 | Precio: 21.00 euros
El atlas de las nubes
David Mitchell
¿Puede el amor, el poder del bien incluso en la adversidad, perdurar más allá de la vida que conocemos y prolongarse a través de siglos y lugares? Seis vidas se entrecruzan aquí de forma inesperada a fin de dibujar un mundo, profético y extraño a la vez, en el que la historia se puede reescribir. Los seis protagonistas de la novela, ajenos a la trascendencia de sus acciones, tienen un papel mucho más relevante en la posteridad de lo que pueden imaginar, en escenarios tan disímiles como un viaje por la Polinesia a bordo de un galeón en el siglo xix, la California de los años sesenta, o una isla en un futuro postapocalíptico. Todos ellos comparten un destino común, el afán de poder que se sucede una civilización tras otra, y la búsqueda del amor como salvación. David Mitchell construye una aventura épica en la que no sólo todo está conectado, sino en la que también los gestos individuales pueden llegar a ser el germen de grandes revoluciones.
«Mitchell es un genio. Escribe como si estuviera al mando de una máquina de sueños perpetuos.»
The new york times
«Posee una exuberante imaginación.»
Aleksandar Hemon
El libro ha sido adaptado al cine por Lana y Andy Wachowski (Matrix) y Tom Tykwer (Corre, Lola, corre).
Una colaboración entre Lana Wachowski, Tom Tykwer, Andy Wachowski y David Mitchell. Con la participación de actores como Tom Hanks, Hale Berry, Hugh Grant, Susan Sarandon, entre otros.
El diario del Pacífico de Adam Ewing
Jueves, 7 de noviembre
Jueves, 7 de noviembre Más allá de la aldea india, en una playa desierta, me he topado con una serie de pisadas recientes. A través de algas podridas, cocos marinos y bambú, las huellas me han llevado hasta su artífice, un blanco con los pantalones recogidos y el chaquetón de marinero arremangado, la barba arreglada y un enorme gorro de castor, tan enfrascado en cavar y tamizar la finísima arena con una cucharilla que sólo ha reparado en mi presencia cuando lo he saludado a unos diez metros de distancia. Es así como he conocido al doctor Henry Goose, cirujano de la aristocracia londinense. Su nacionalidad no me ha sorprendido. No digo que no pueda existir un confín tan remoto o una isla tan lejana como para pasar allí una temporada sin tropezarse con un inglés, pero yo desde luego no los he visto en ningún mapa.
¿Acaso había perdido algo el doctor en aquella orilla desolada? ¿Podía servirle de ayuda? Tras decir que no con la cabeza, desató el nudo de su pañuelo y me mostró el contenido con evidente orgullo. -Los dientes, señor mío, son el esmaltado grial de la búsqueda que me traigo entre manos. Tiempo atrás, esta playa idílica era un salón de banquetes caníbales donde los fuertes se zampaban a los débiles. Los dientes los escupían, como hacemos nosotros con los huesos de las cerezas. Pero estas viles muelas, señor mío, se transmutarán en oro. ¿Y cómo?, se preguntará. Pues verá, un artesano de Piccadilly, especializado en dentaduras postizas para aristócratas, paga una generosa suma por los dientes humanos. ¿Sabe a cuánto está el cuarto de libra, señor?