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Ficha técnica

Título: Deshielo y ascensión | Autor: Alvaro Cortina |  Editorial: Jekyll & Jill | Formato: 11,5 x 17,3 cm. |  Materia: Narrativa  | Presentación: Rústica  | Año de publicación: edición bolsillo, noviembre 2016 |  ISBN: 978-84-945940-3-8 | Páginas: 360 | Código IBIC: FL | Precio: 12,00 euros

Deshielo y ascensión

Adela Cortina

JEKYLL & JILL

Esta novela irrealista polar ártica, sin localización ni tiempo determinado, se sostiene sobre cuatro narraciones sucesivas en primera persona, entre el deshielo, el verano y el crudo invierno. El cazador Isaac Erikson-Vargas, el  melómano ingeniero de la base Furth-Isoko Lithium-3000 Stefano Lenz, Solange Heddar, su mujer, después asociada a cierto importante pintor religioso, así como «el hombre que destruyó la Abadía de Isenheim» van alternando sus soliloquios en este relato de largo recorrido, desde la tundra hasta la ciudad, y de la ciudad a las estrellas. La trama a cuatro voces de Deshielo y Ascensión, en torno al territorio hostil de la Confederación del ­Norte, juega con diversos géneros como el terror gótico, la ­novela pedagógica, la biografía de artista, la ciencia ficción y la aventura de exploración. Esta ficción se hilvana en torno a lo inhóspito de la Naturaleza y a lo decadente en el Arte.

«Hace tiempo que nada me hacía disfrutar tanto como Deshielo y ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta. Narración a cuatro voces que nace entre los hielos y acaba en otro planeta, pertenece al género fantástico pero no rehúye el terror, la sátira, el debate teológico y el relato de aventuras. En algunos momentos, en su etapa final, me ­recordó Cántico por San Leibowitz, de Walter M. Miller, uno de mis  clásicos preferidos de la ciencia-ficción. Maneja una bien dosificada  erudición tanto literaria como filosófica o musical y juega con un estilo rico y variado que no se atiene a los patrones de prosa meramente funcional habituales en las obras primordialmente narrativas». Fernando Savater

«Este libro es un deseo de ser el piel roja centroeuropeo de un espíritu aún por venir. Una revelación descomunal. Una vez más, las editoriales independientes españolas demuestran que son la garantía de la continuidad de la gran literatura». Enrique Vila-Matas

«Deshielo y ascensión es una obra llena de ideas y alegorías. Me ha recordado no pocas veces a las novelas de Jünger». Luis Antonio de Villena

 

I

CON TODO AQUEL BLANCO MASIVO, uno al respirar debía andarse con cuidado. Si salías y, simplemente, te quedabas de pie, abrigado y tomando el fresco, o silbando y paseando, todo ese blanco de vida aminorada, todo ese rodillo depurador y excesivo te entraba por la nariz y por la boca. Había que pensárselo más de dos veces sólo para dar una fuerte inspiración. Era algo temerario, era como comerse una montaña. Después, en la espiración, el paisaje glaciar arremolinado en el interior de la caja torácica se precipitaba hacia su origen, de vuelta a la calidad de altura de los hielos, ese origen que estaba alrededor en un estado precario, por la estación, y salía el blanco aéreo, y el propio cuerpo se quedaba entonces como agrandado e inmensamente vacío en esa liberación. Vaciado, con inmensas parcelas deforestadas, purísimas en el interior. Como un envidiable e incorrupto cadáver, en el interior. En ese proceso de respiración temeraria, la nariz quedaba hecha diamante. Daban ganas de arrancársela. Y los dientes, también enajenados. Y la lengua, la tráquea, los pulmones. Ahí quedaban ellos, en la comunidad estelar de las nieves perpetuas. Como idea es bonita y nada ridícula, para mí. A mí se me ha pasado más de una vez por la cabeza. El doctor Marr de Furth/Isoko me enseñó (con la medicación pertinente) a ver estos pensamientos, estas distracciones estéticas o esteticistas, como enemigos externos que intentan asediar la ciudadela. La ciudadela no ha sido tomada aún, quiero dar cuenta de ello, aunque mis salvajes cicatrices me pican de vez en cuando, y entonces comprendo el alcance también físico del ataque mental; porque la ciudadela es mental, quiero decir. Pero, he de decir, quiero decir, que aún puedo dejar constancia de mi percepción de los hechos pasados siguiendo la esqueletura causal de eso que decimos que es la cronología. Aún puedo separar lo de fuera de lo de dentro, y relatar uno y otro curso como dos alternativas.

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Adela Cortina

Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, directora del Máster y Programa de Doctorado «Ética y Democracia» y de la Fundación ÉTNOR. Entre sus libros cabe recordar Ética mínima (1986), Ética sin moral (1990), Ética aplicada y democracia radical (1993), Ciudadanos del mundo (1997), Alianza y Contrato (Trotta, 2005), Por una ética del consumo (2002), (2007) y Las fronteras de la persona (2009).

Obras asociadas
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