
Ficha técnica
Título: Contra natura | Autor: Philip Ball | Editorial: Turner | Colección: Noema | Encuadernación: Rústica con solapas | Dimensiones: 14 x 22 | Páginas: 476 | ISBN: 978-84-7506-654-7 | Precio: 29,90 euros
Contra natura. Sobre la idea de crear seres humanos
Philip Ball
Si una cena o una reunión languidecen, hay un tema de conversación que nunca falla: la concepción «no natural» de seres humanos. ¿Qué opináis de la congelación de embriones? ¿Conocéis a alguien que haya recurrido a una madre de alquiler? ¿Será ya posible clonar a personas? ¿Y esto de las células madre…?
El asunto despierta opiniones encendidas, no siempre bien informadas pero muy sentidas y viscerales. Opiniones que mezclan sentimientos, prejuicios, mitos, ética e ideología. El asunto de crear seres humanos nos ha fascinado en la literatura desde Frankenstein o el Golem, ha animado miles de relatos de ciencia ficción, ha sido el terror o la esperanza secreta de los científicos y se remonta en la historia hasta la antigüedad.
Contra natura une historia, divulgación, información de primera mano y narración de intriga para analizar de forma seria y amena las implicaciones bioéticas y los sesgos culturales de un tema que habla de la vida, de la creatividad, de la tecnología… y también del alma.
XI
Hágame otro
imprudencia tener hijos mediante concepción
natural.
Gregory Stock (2000)
Tras esquivar numerosas preguntas sobre la
posible clonación de Michael Jackson, la doctora
Brigitte Boisselier, directora de Clonaid, reiteró
hoy que la política de la compañía es respetar
estrictamente la intimidad de sus pacientes. ‘Clonaid
se enorgullece de no revelar la identidad de
los muchos individuos que se han clonado en los
últimos seis años -declaró Boisselier-. Aunque
esta política se ha mantenido a expensas de mi
reputación, para nosotros es importante que los
famosos y otras personas interesadas que contactan
con nosotros sepan que no se les traicionará’.
Nota de prensa de Clonaid, 8 de julio de 2009
b2: Ha dicho ‘cosas’, estas ‘cosas’…
salter: ¿Eso he dicho?
b2: Los ha llamado ‘cosas’. Creo que descubriremos
que son personas.
Caryl Churchill, Un número (2002)
Para fabricar un homúnculo hacía falta como mínimo un poco de semen humano. En la época de los patriarcas, cuando se consideraba que el esperma aportaba el alma y la forma del cuerpo, no era indispensable añadir a la mezcla -a la matriz pasiva del organismo en ciernes- el menstruum femenino. Esta creencia cambió radicalmente a finales del siglo XIX, cuando Jacques Loeb demostró que un óvulo podía dar lugar a un organismo sin necesidad de entrar en contacto con el esperma en ningún momento. De un modo u otro, sin embargo, siempre se ha considerado que lo que podríamos denominar antropopeya biológica (para diferenciarla de la mecánica o la química) exige como mínimo un gameto. Las técnicas contemporáneas, tanto las reales como las supuestas, desde la ectogénesis a la fiv, requieren ambos tipos de células germinales.