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Ficha técnica

Título: Carpas para la Wehrmacht | Autor: Ota Pavel | Traductor: Kepa Uharte | Epílogo:
Mariusz Szczygieł  |  Editorial: Sajalín | Colección: Sajalín, 24  | Páginas: 125  | ISBN:  978-84-942367-7-8 | Precio: 14,00 euros 

Carpas para la Wehrmacht

Ota Pavel

SAJALÍN

Ota Pavel enloqueció en Innsbruck, en 1964, mientras cubría las Olimpiadas de invierno como cronista deportivo. La enfermedad truncó una carrera periodística en la que ya había comenzado a despuntar, pero la gente no se olvidó de él. Los lectores hacían cola en la calle para comprar su primer libro, una selección de reportajes sobre deportistas checos, y los médicos del psiquiátrico se ocuparon de que a Pavel le llegaran fotos del gentío que se agolpaba en las librerías. También le dieron un cuaderno y un bolígrafo, y así nació Carpas para la Wehrmacht, una preciosa colección de relatos autobiográficos con un protagonista indiscutible: Leo Popper, el padre de Ota. El soñador Leo, enamorado de la pesca y de la belleza femenina, supo vivir su vida como una fiesta en la Checoslovaquia de los años treinta. Plusmarquista mundial de la venta puerta a puerta, era capaz de vender atrapamoscas que no atrapaban moscas, o aspiradoras en aldeas sin electricidad. Más tarde, la invasión nazi de Checoslovaquia obligaría a Leo a usar todo su ingenio y audacia para garantizar la supervivencia y el buen ánimo de su familia.

Algo tuvo que ver la guerra con la enfermedad de Pavel. Pero Carpas para la Wehrmacht no es el libro de un enfermo. Tampoco es triste, sino todo lo contrario. Como afirma Mariusz Szczygiel en el epílogo, «solo un prisionero de la depresión podía escribir el libro más antidepresivo del mundo». Un libro que, por su humor y originalidad, emparenta a Pavel con otros clásicos de la literatura checa como Jaroslav Hašek y Bohumil Hrabal.

El humor y la originalidad de Carpas para la Wehrmacht emparentan a Pavel con otros clásicos de la literatura checa como Jaroslav Hašek y Bohumil Hrabal.

«Una lectura físicamente contagiosa que provoca un cosquilleo de euforia bajo la piel.» Erri De Luca

«Es una buena lectura de la primera a la última línea.» Arnošt Lustig

 

Lo más caro de Europa Central

        Mi madre, antes de la guerra, soñaba con ir a Italia. Más que ver las esculturas de Miguel Ángel o los cuadros de Leonardo da Vinci, lo que quería era darse un chapuzón en un mar caliente. Porque mamá venía de Dříň, junto a Kladno, donde no había más que un mísero estanque de patos recubierto por un espeso verdín, así que de pequeña no tuvo muchas oportunidades de bañarse. Cada primavera le preguntaba a mi padre:

        -Leo, querido, ¿iremos este año?

        Mi padre respondía que justo ese año no teníamos suficiente dinero y argumentaba que, en su opinión, era mucho mejor el río Berounka a su paso por Křivoklát. Él tenía preocupaciones muy distintas. Sus intereses prioritarios eran los negocios y los peces. En ambos destacaba de una manera increíble, aunque anteponía los peces, lo cual constituía un eterno perjuicio para nuestra familia y también para la compañía sueca Electrolux, donde hacía de viajante de comercio de neveras y aspiradoras. Muchas veces, en mitad de un viaje de trabajo, se esfumaba y lo encontraban en el Berounka con su mejor amigo, el barquero Karel Prošek, pescando lucios con percas.

        Su amor por los peces culminó con la decisión de comprar para la familia un estanque con carpas. No solo tendríamos  nuestras propias carpas, sino que además, con el vaciamiento, ganaríamos mucho dinero. Mi madre veía toda la empresa con escepticismo, y advirtió a mi padre que no se aventurara, que no era su ramo. Pero no protestó demasiado -mi padre en tales ocasiones gritaba que daba gusto-, y solo al final puntualizó que con ese dinero tal vez podíamos ir a Italia. Mi padre no se dignó a contestar, se limitó a lanzarle una mirada de desaprobación. Estaba convencido de que entendía de negocios más que mi madre y todos sus parientes cristianos juntos. En esa mirada se encerraba la milenaria sabiduría de sus antepasados, así como el hecho indiscutible de que, con el dinero que darían las carpas, podríamos ir a Italia nosotros y todos nuestros parientes. He de añadir que esto era lo que más temía mi madre.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Ota Pavel

Ota Pavel (Praga, 1930-1973), cuyo verdadero nombre era Otto Popper, fue un popular escritor y periodista deportivo checo. Su padre, vendedor puerta a puerta judío,  y sus dos hermanos mayores fueron encerrados en campos de concentración nazis, mientras que el pequeño Otto se quedó con su madre, de origen no judío, en Buštěhrad. Entusiasta jugador de hockey sobre hielo en su juventud,  trabajó como minero en la región de Kladno antes de establecerse como periodista deportivo. En 1964, mientras cubría los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebraban en Innsbruck, mostró los primeros síntomas de la enfermedad mental que pondría fin a su carrera periodística. Aun siendo el periodo más difícil de su vida, también fue el más creativo, en el que escribió sus obras más destacadas y líricas, incluyendo los célebres libros de recuerdos Cómo llegué a conocer a los peces y Carpas para la Wehrmacht. Murió de un ataque al corazón en 1973 y está enterrado, junto a su padre, en el cementerio judío de Praga.

Obras asociadas
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