Jean-François Fogel
Afterpop (editorial Berenice) de Eloy Fernández Porta pide mucho a sus lectores. Caudal de títulos de obras, referencias teóricas, nombres de artistas y choques entre disciplinas, es un ensayo que no satisface a nadie. Subtitulado «La literatura de la implosión mediática», habla de literatura, de teorías, de comunicación, de música (mucho de música) y de artes. Mezcla todo hasta tal punto que si bien no satisface a nadie es también apasionante para todos. O casi todos, pues puedo adivinar las reservas de unos cuantos frente a un intertítulo que dice “Salvación: Televisor en el vientre del unicornio del surrealismo”. Hay que ser aficionado.
El tema del libro, enfocado desde varias perspectivas, es un intento de determinar los criterios de la supuesta respetabilidad de una obra. ¿Cómo se establece la diferencia entre una obra “seria” y un producto “poppy”? Fernández Porta estudia cuatro criterios posibles: referentes, temáticas, registro lingüístico y finalmente la actitud del receptor de la obra, que parece el más válido. Sostiene la existencia de un criterio generacional (nacer en los sesenta o setenta es pasar de una cuña cultural a otra). En un absurdo resumen de lo que dice el autor voy a añadir un solo punto: esta diferencia se ve muy bien en el caso de la nueva “narrativa influenciada por los audiovisuales” (se puede encontrar aquí una entrevista con el autor que habla de su visión).
Una gran parte del libro utiliza como referencia la novela de Ray Loriga El hombre que inventó Manhattan y se apoya en una frase del mismo autor en una entrevista a la revista Ajoblanco “en este país se sigue escribiendo como si no existiera la televisión”. Fernández Porta tiene un talento obvio para pasar de la literatura a la música o a los medios de comunicación y lo utiliza para rechazar cualquier ubicación de su pensamiento en lo “serio” o en lo “poppy”. Tampoco podemos negar que sabe cocinar unos platos clásicos o dar una versión moderna de Flaubert en su estupidario:
“¿Arte? Desde la aparición del arte conceptual, todo es un fraude y una chorrez…”.
“¿Pensamiento? La deconstrucción francesa y sus derivaciones han acabado con él …”.
“¿Feminismo? Una secta de resentidas”.
“¿Teoría cultural? Cuatro friquis parloteando sobre ciencia ficción”.
Afterpop es una implosión suculenta.