Jean-François Fogel
No siempre los lectores de traducciones son los últimos en tener acceso a una obra. Las tres puertas del mediterráneo del escritor francés Daniel Rondeau (editorial Almed en España) ofrece a los hispanohablantes algo que no se puede conseguir en Francia: un libro inédito de más de 500 páginas. Están disponibles en francés tres libros de Rondeau sobre Tánger, Alejandría y Estambul. Pero no existe reunidos así, en un solo volumen, el texto de los tres libros, más otros textos sobre Marruecos, lo que provoca la sensación física de encontrarse frente a un intento de geografía cultural.
Rondeau es un novelista (que se enfrenta con la historia contemporánea), un crítico literario (muy preocupado por Camus, Malraux, Soljenitsin, por los escritores que escriben con la conciencia continua de vivir en una civilización) y un ensayista (sobre Líbano, sobre la política francesa en la época de Mitterrand, sobre el cantante Johnny Halliday). Rondeau tiene más de 50 años, ha hecho un montón de viajes que le dan una visión amplia, mundial de las tragedias, pero mira al mundo desde el mar Mediterráneo. Lleva en el corazón algo extraño: "una extraña inclinación, dice, me empuja desde la infancia hacia los países que siempre parecen vacilar con el viento de la historia, entre Oriente y Occidente, como si yo mismo hubiese tenido el corazón dividido". De manera obvia, se comprometió con los que pasó en los Balcanes, dedicó mucho tiempo a Sarajevo, lo que le ha dado un estatuto extraño de intelectual comprometido con causas aunque nunca entró en la población de los eternos invitados de tertulias mediáticas. Rondeau vive aparte, y cerca del mar mediterráneo.
Como es un autor, no se puede negar una dimensión de su interés: mira al mundo que creó el libro (la Odisea como la Biblia) y a la biblioteca (Alejandría). Su aporte a este mundo es el testimonio culto de un paseante preocupado por la eternidad. Rondeau sabe que no quedará nada de sus pasos, y sabe también que algo se queda siempre. Cita a René Char en el prólogo de su libro "español": "la eternidad no es apenas más duradera que la vida". De esto se trata en lo que es un gran libro sobre la civilización: ¿qué es lo que tiene el Mediterráneo para producir tanta cultura y arte de vivir?
La pregunta queda pendiente, pero Rondeau sigue buscando la respuesta: acaba de publicar en francés un ensayo/recorrido sobre Cartago, en Tunisia, y ya se puede adivinar lo que será su próximo libro pues, en uno de estos movimientos extraños del ‘sarkozismo’, este hombre que nada tiene que ver con la derecha y el mundo de la diplomacia acaba -tremenda sorpresa suya- de ser nombrado embajador de Francia en Malta. Habrá más puertas en el Mediterráneo.