Jean-François Fogel
Es el evento literario del verano. Empieza mañana, nueve de agosto, en la plataforma de blogs WordPress, con el primer post del blog de George Orwell. Más de cincuenta años después de su muerte (en 1950), el autor de 1984 volverá de la manera menos esperada: en una bitácora electrónica, completa con RSS para la necesaria suscripción. Cada día, hasta el 2012, se publicará la entrada diaria de los cuadernos escritos por el autor desde el 9 de agosto de 1938 hasta el año 1942. Es una primicia pues el texto íntegro nunca se publicó.
Se trata también de una utilización inteligente del medio electrónico con una recuperación del ritmo inicial del artista, setenta años después, día a día. Tengo mucha ilusión, pues Orwell es un comentarista o más bien autor de apuntes de primer orden; se ve en sus artículos o en sus notas personales como Sin blanca en París y Londres (editorial Destino en España). La idea de encender mi ordenador cada día y de tener una nota de Orwell hasta el 2012 es francamente una oferta de lujo. Además, no es algo anacrónico. Todo el contrario. Se puede imaginar un autor que escribe diariamente, a mano, en un papel, notas publicadas después tal cual en un blog. De hecho: se pone en venta un nuevo bolígrafo que hace el milagro de recoger la escritura manuscrita para reproducirla en seguida en un documento electrónico. Graba el sonido también en el momento de la escritura y si se trata de una voz transcribe las palabras en caracteres de impresión. Para los estudiantes, es el futuro: tener una transcripción inmediata de lo que dice el profesor y tener también sus notas en un fichero. Es lo que le faltó a Eric Blair (verdadera identidad de Orwell). Hoy, tendríamos cada día, a la vez, sus notas y los ruidos de su vida diaria, la taza de café en el plato, las voces que interrumpen su trabajo, etc.