Jean-François Fogel
Parece que este año la lista de las apuestas para el Nobel de la firma inglesa Ladbroke es más larga. Y no es sólo una impresión, pues hay una serie de novedades que tiene que ver con continentes. Claramente, se espera un ganador de Europa o de Asia. Pagan ocho por uno si el ganador viene de América Latina, lo que le parece un altísimo desprecio. En la lista de los artistas sólo aparecen tres latinos: Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Ernesto Cardenal; lo que nos dice, de cierta manera, que se detuvo el tiempo en la mirada del resto del mundo hacia los hispanohablantes.
Lo interesante es la lista de los diez primeros favoritos: Claudio Magris, Adonis, Amos Oz, Joyce Carol Oates, Philip Roth, Don DeLillo, Haruki Murakami, Les Murray, Yves Bonnefoy, Arnošt Lustig. Están los eternos poetas de siempre, como Adonis y Bonnefoy; llega Haruki Murakami (que me parece imposible como ganador, demasiado innovador y popular a la vez); hay tres americanos de gran peso (Oates, Roth, DeLillo) pero no tienen posibilidad de ganar según las propias declaraciones reproducidas por The New York Times de Horace Engdahl, el máximo responsable del jurado. A pesar de sus palabras, se puede notar que la mitad de la lista de unos 70 nombres cocinados por la firma de apuestas son autores que publican en inglés, incluyendo el alza significativa de Robert Zimmerman, apodado Bob Dylan: su cotización pasa del 500 por uno al 150 por uno. Pero tampoco puede ganar (demasiado rockero, aunque el italiano Dario Fo consiguió el galardón).
Este pronóstico no es preocupante (el Nobel huye de las profecías y el propio Engdahl puede ser desmentido), pero el conjunto es una buena muestra para entender algo obvio: la generación de autores latinos que viene ahora todavía no se ha quitado a los del boom de los hombros cuando se trata de una visibilidad internacional.