Jean-François Fogel
Ya hablé de la bloga, un blog colectivo publicado en la frontera entre el castellano y el inglés. Lo producen seis blogueras y blogueros y la verdad es que lo visito cada día con la extraña sensación de encontrarme en un pasillo sucio de Tijuana, buscando el camino hacia San Diego.
Un post reciente "propeedeutic to a chicana chicano canon" (propedéutica de un canon chicana chicano) explica quizás aquella fascinación mía al contar la historia de una expresión literaria incipiente. Leer la bloga es encontrarse frente a un laboratorio del idioma. Un lugar donde se intenta transformar una cultura en palabras o cambiar una cultura al utilizar palabras de otro idioma. Todavía no lo sé. Pero sé que tarde o temprano tiene que aparecer la voluntad de crear un canon para sacar un discurso nuevo.
El idioma francés, lo sabemos, es un doble producto, por una parte la explosión de creatividad y de expresión personal del siglo XVI y de la primera parte del siglo XVII; por otra parte, la voluntad de establecer las normas del idioma en la segunda parte del siglo XVII. Ambas tensiones son necesarias.
Lo importante de la bloga es su utilización del inglés. Nos ofrece una especie de informe desde el otro bando sobre una población hispanohablante que intenta buscar su voz. Un ejemplo: una entrevista con el autor Juvenal Acosta. Fue miembro de los “infrarealistas” con Roberto Bolaño. Dice: “even though I was writing in Spanish I was not writing ‘Mexican’ novels. That I was doing something else. Yes, I’m still a Mexican writer, but these are American novels as well, that happen to be written in a language that is not English.” (“Aunque escribía en español, no escribía novelas mexicanas. Hacía otra cosa. Sí, soy todavía un escritor mexicano, pero mis libros son novelas americanas también; se da la circunstancia que son escritas en un idioma que no es el inglés”).
La bloga está en la frontera del idioma.