Javier Rioyo
LO PEOR
en este instante
está sucediendo,
realmente lo peor
está sucediendo ahora,
la vida continúa.
Ese es uno de los poemas-grabado de John Giorno. Uno de los mitos vivos de la Escuela de Nueva York. Uno de los tipos más singulares y extravagantes del posmodernismo. Un tipo que merece la pena. Hace años el pintor, y otras cosas, Oscar Mariné me viene insistiendo en la personalidad y la originalidad de este poco común creador neoyorquino. Al fin han traducido uno de sus libros, la primera vez que un libro de Giorno se traduce completo al español. Gracias a DVD ediciones podemos acercarnos al muy despierto J. Giorno.
Algunos, no muchos, lo podrán recordar por una de las más aburridas películas de la historia del cine, Sleep de Warhol, era el personaje que durante seis horas dormía ante la cámara.
Después hizo muchas cosas. Incluso muy buenos negocios poéticos. Se inventó comentarios poéticos por teléfono, "Dial a poem" (Marque un poema) y sacó una pasta de las llamadas. Sabía como su amigo Warhol que el arte era, es, un negocio y supo agitar su talento. Tiempos de ruptura, de underground, de diversiones de aquellos que se querían escapar, al menos un poco, del pope poético llamado Allen Ginsberg.
Me gustan mucho esos poetas que colaboraron con músicos, que utilizaron su voz, que jugaron con las palabras y que supieron encontrar la energía en las ciudades, lejos de campestres lirismos y de hipismos utópicos.
Pasa el tiempo, las energías se transforman. Giorno ya no es aquél. Ni tiene que tomar LSD para ver a Buda. A Buda se le puede ver por los canales temáticos, pero es un placer leer en español a éste poeta con cáncer en un testículo. Un tipo que sabe aferrarse a la nada y que todavía no está dispuesto a que le quemen para brillar.
Un poeta que nos sigue recomendando las peores costumbres. Que comienza por aconsejarnos que "simplemente di no a los valores familiares."
En fin. Gracias por nada.