Javier Rioyo
Estar en Julio en Madrid no es la mejor de las ideas. Estoy porque vendrá Patti Smith. Estoy por esos cursos de El Escorial. Estoy porque no me ido, pero me estoy fugando. Hoy es 19 de Julio, el día después del 18. Casi nadie, ni lo más fantoches de los nostálgicos, hacen ya ruido en esa fecha de tanto odio. Aquello que fue impuesto ya es impostura hace mucho. Mejor así. Pero tampoco olvidar.
Ayer, 18 de Julio, al lado de la plaza de Lavapiés, cerca de una taberna de gambas y boquerones que me gusta, un viejo me pidió el periódico. Quería comprobar que era el día ese. El día aquél. Y comenzó a contar cosas de su vida. De niño de pueblo que escuchó la guerra. De joven huyendo de miserias, trabajando en la posguerra como camarero en uno de esos cafés que de la Gran Vía en los que los vencedores quisieron olvidar sus miserias. Un hombre que creció en el franquismo y que todavía no olvida esos días de Julio. Se siente un poco raro frente a sus compañeros, a sus vecinos, a él le gusta pasar el tiempo en los museos. Le hubiese gustado leer más historia, más novelas, más poesía. Me voy a mis cañas. Le dejo con sus recuerdos.
Hoy, el día después, vuelvo al libro rescatado de Blas de Otero: "Hojas de Madrid con La Galerna". Un libro rescatado, mitificado, mal conocido, parcialmente inédito y muy cercano a las cosas que pasaban, que le pasaban y que pasaron por nuestra historia. También un libro enamorado. El poeta vive un nuevo amor, se nota en sus labios, en sus versos.
Yo hoy, 19 de Julio, día en que muchos madrileños se armaron para defenderse de los sublevados, de los fascistas armados en el Cuartel de la Montaña, no quiero olvidar esos días de Julio en una ciudad llena de vida que peleó contra los negros heraldos de la muerte, de los cobardes amparados en las armas de algunos cuarteles. Blas de Otero sacó sus palabras, su memoria a pleno sol y dejó escrito un poema para éste día:
"No olvides Madrid el día
….Madrid se encuentra en peligro,
Madrid defenderse quiere,
sobre sus rojos tejados,
sus fachadas indelebles,
y un dos de mayo interior
que ataca y canta y sostiene
una bandera encarnada
que el aire rosa estremece…
Fachadas rosas. Madrid,
Madrid de bravas mujeres
y niños que irrumpen hacia
un porvenir que se mueve
en las entrañas de un hoy
oscuro pero imponente.
No olvides, Madrid, el día
en que asaltaste de frente
el cuartel de la Montaña
con un cuchillo en los dientes"
Pues eso. Hoy me he levantado republicano. Casi de la "roja" de aquellos años. De aquellos que se levantaron contra los sublevados de aquél cuartel. Después perderíamos. Pero esos días de dignidad y combate no los borrará nadie. Mañana, posiblemente, volveremos a ser los escépticos que solemos. Todavía no toca ser reaccionario. ¿O sí?