Javier Rioyo
Me llegan unos libros que compré en México, tardan pero llegan. Uno de ellos está publicado por un grupo mexicano llamado "Círculo Ezra Pound". Es la edición de sus Cantos prohibidos. Los poemas, como los cantos de Pound, son excelentes, extraños, valientes y muy repudiables desde algunos puntos de vista. Al menos muy repudiables desde la democracia. Son los poemas de un fascista. De un perdedor, y encerrado por su pensamiento fascista, que ni se arrepiente, ni disimula. Hubiera muerto en el manicomio si no hubiera sido por la intervención de Robert Frost, Hemingway, Eliot, W. Carlos Willians, Zufofky y Allen Ginsberg, al menos eso dicen los simpatizantes ideológicos que han editado este libro. Y que hacen una alabanza, no sólo de los poemas, sino también de la ideología de Pound. Le vemos en una foto en Italia, años 50 y levantando el brazo a la manera de sus compañeros fascistas.
A Mussolini, tan admirado por el poeta, le llamaba the boss y a los demócratas se refiere como "totalitaristas democráticos" y se congratula de haber permanecido, en compañía de pocos intelectuales, en "pie en un mundo en ruinas".
Se habla de sus compañeros de viaje: Celine, Drieu la Rochelle, Knut Hamsum. Sin duda esos fascistas eran tres grandes, son grandes por su literatura. No viene mal que sepamos que como personas, como seres que opinan, votan, van a las guerras y otras actuaciones no estén en nuestro lado. Reconozco que me gustan éstos y otros muchos -la lista española es grande- escritores fascistas. De Hamsun, se dice que "es uno de los pocos premio nobel que vale la pena- se nota que estos fascistas son muy sectarios- y que fuera decisiva influencia en Juan Rulfo". ¿Juan Rulfo, influenciado por el fascista Knut Hamrun? ¿Y por qué no? Aunque, la verdad, nunca se me hubiera ocurrido. Da igual. Seguiremos leyendo a algunos fascistas.