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Blogs de autor

Benjamín, Dylan, Lowell y Auden

Por 11 de noviembre de 2008 Sin comentarios

Javier Rioyo

Estoy escuchando un disco de Dylan, uno de sus raros, de esos rescatados que no estaban grabados "oficialmente" en los últimos 27 años. Es decir ,cuando ya era una estrella que había grabado sus mejores canciones… y sin embargo, este poeta que canta es lo más duradero de la música de otro siglo, de otro tiempo, otro país y también de ahora, nuestro y de siempre. Me gusta dejarme llevar por su voz, sus acercamientos a los ríos, los sueños, las mujeres, los blues y las carreteras americanas. Desde que soy adolescente le escucho, creo que no dejaré de hacerlo.

/upload/fotos/blogs_entradas/siete_maneras_de_decir_manzana._med.jpgLo escucho y me entretiene de la lectura. No importa la lectura a la que he vuelto esta tarde tiene mucho que ver con él. Estoy con un libro que Benjamín Prado reedita sobre poesía y poetas: Siete maneras de decir manzana. Inteligente y cercano libro de conjeturas poéticas. Cercano porque nos pasea por sus poetas, por sus poemas que son como si estuviera invitándonos a sus manzanas. Siempre es un placer caer en la tentación de las manzanas. "Poemas manzanas" decía Joyce.

Y en el epílogo del libro de Benjamín habla de Robert Lowell, uno de los más grandes poetas americanos. Un poeta que amó, como tantos otros, la poesía de Auden. Agradecido a su poesía, como casi todos los que la hayan leído, porque, dice Lowell siempre supo ser "responsable y ambicioso". Y "supo tratar profundamente los grandes temas, añadiéndoles cada vez algo excéntrico, algo encantador y a sí mismo".

Y termina Benjamín Prado recordando otras palabras de Lowell, pidiendo que los poemas entren en nuestras vidas como lo hacen ciertas cosas "que llegan para quedarse, irrumpen en nosotros", dice Benjamín, y vuelve al final de un poema que una vez escribió Lowell en un tren viajando de Roma a París y que terminaba: "como reyes asesinos en una copa Etrusca". Hermoso y brusco final como a veces la poesía. O la vida. Yo sigo escuchando de fondo a Dylan. Y se mezcla bien con Lowell. Ahora probaré con Auden. Otra buena manera de espantar noviembres y días laborables.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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