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Blogs de autor

Aguafuerte porteño

Por 7 de mayo de 2008 Sin comentarios

Javier Rioyo

La ciudad es capaz de soportar toda clase de vidas,  miradas, sueños y pesadillas. Me despierto y en la plaza- con su bandera azul y blanca en el centro- pasean con sus cuidadores perros de todas las razas. Perros que llevan una buena vida. Pasean por lugares hermosos, les dejan que se relacionen con otros como ellos, comen cuando quieren y vuelven al acogedor hogar de clase burguesa en un país que soporta las crisis sin dejar de consumir.

Al mediodía los perros han dejado su lugar a tranquilos ancianos que ocupan los bancos. Charlan, miran, leen algún periódico y ven pasar el tiempo. El decorado cambia por la tarde. Se mezclan ejecutivos, parados, mirones, gente de paso que detiene un momento su recorrido ciudadano. Y al caer la tarde la plaza se disfraza de negro. Por todas las esquinas desembarcan jóvenes vestidos de negro. Se hacen grupos, se besan, ríen, beben de litronas y se sienten unidos por su estilo de estar en el mundo. Son los góticos. Disfraces caseros de una película dónde se imaginan que en los castillos de Transilvania todavía existen los vampiros. Curiosa tribu que tiene sucursales en todo el mundo y que aquí, en un lugar del centro de Buenos Aires, ven llegar la noche en compañía de sus colegas.

La noche también tiene sus habitantes en la plaza. Silenciosos los sin techo se hacen con los lugares más cómodos de la plaza. Toman los bancos. Y los bajos de los bancos. Se acercan a la estatua del prócer y la rodean con sus cartones. Y los últimos se conforman con el dudoso amparo de algún árbol.

Al llegar el día, los habitantes sin techo, los pobres de ésta ciudad que fue tan rica, se reparten por las esquinas de una ciudad que para ellos nunca tuvo una fundación mítica. De una ciudad que vive, escribe, lee, negocia, compra y vende sin que ellos formen parte del reparto principal. Ellos, tienen que dejar la plaza porque los perros de los señores están a punto de llegar. Todavía hay clases.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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