Skip to main content
Blogs de autor

Una mente perversa que creó personajes ponzoñosos

Por 8 de enero de 2011 Sin comentarios

Iván Thays

Patricia Highsmith
Una biografía definitiva de Patricia Highsmith resulta poco convencional y no teme decir cosas terribles de la autora. La autora es Joan Schenkar, ha sido traducida por Circe y Germán Gullón hace la reseña del libro para El Cultural:

Este tratamiento biográfico de Patricia Highsmith (Fort Worth, Texas, 1921-Locarno, Suiza, 1995) ofrece una novedad importante: la escritora norteamericana, maestra indiscutible de la novela de crimen, aparece tal y como fue, una mente perversa que creó personajes ponzoñosos. Joan Schenkar no la aprisiona en una biografía convencional, donde la cronología y el sentido común actúan de fronteras o de cárcel, y en que las convenciones convierten al autor en un raro, si bien una persona merecedora de llevar una corona de laurel sobre las sienes. Al contrario, las circunstancias personales reveladas en estas páginas, conocidas por cuantos hayan leído sus novelas, indican que la escritora alimentaba sentimientos divergentes, que revelan un cuadro emocional de estridente visceralidad, escasamente recomendable. La escritora tejana vivió obsesionada con su madre, Mary Coates, una artista e ilustradora de nota, poseída por el deseo de agradarla, de estar con ella, y manejaba mal su lesbianismo, marcado por las ciento y una aventuras, que casi siempre terminan en la humillación del otro. Un continuo cambio de identidad, presente también en los personajes de sus ficciones, sumado a los vaivénes emocionales, del amor que se convierte en odio, incluso llegando al deseo de estrangular a la pareja, sobrecargaban su sistema nervioso, desquiciando el equilibrio de su conducta. A la vez, una frialdad emocional congénita inspiró numerosos momentos de ficción y dieron vida a personajes que enardecieron la pasión de muchos lectores, despertando el ardor del hombre civilizado por conocer los lados ásperos de la existencia. La escritura de la biografía supuso una travesía infernal para Joan Schenkar, quizás la mejor autora de teatro norteamericano contemporáneo y una biógrafa consumada (Dolly Wilde, 2000), pues no sólo la perversidad del carácter de Pat Highsmith rallaba sus entrañas, sino también su patente antisemitismo. Disfrutaba mandando cartas contra los judios a los periódicos, firmadas con seudónimo, que ofendían la sensibilidad de la judía Schenkar. Durante los ocho años de investigación para el libro, que contó con el privilegio de leer los archivos suizos de la escritora, realizar las entrevistas con gentes que la conocieron, y la redacción del texto, hubo momentos en que casi abandonó la tarea. El acceso a cuadernos de notas y apuntes autobiográficos que ofrecen una visión directa del espíritu atormentado, difícil, contradictorio, perverso, constituía en verdad una bendición envenenada. La originalidad con que Schenkar aborda la figura de Highsmith resulta digna de encomio. Orilla la uniformidad impuesta por el universalismo ilustrado, y devuelve al individuo el derecho a ser diferente, incluso cuando le resulta repugnante. Además, rechazó el redactar una biografía cronológica en favor de la presentación de una sucesión de los grandes momentos y temas de la vida de Highsmith, la madre, el alter ego, los estudios sociales, y demás. La principal razón fue el hecho de que la tejana siempre estaba cambiando de papel, de identidad personal, en un momento era de una manera y en el siguiente una emoción trasnochada, del pasado, del ayer lejano, de la infancia o de la juventud, irrumpía en su mente y le cambiaba el humor. Los conocimientos elementales de psicología del lector común apenas llegan a explicar tal conducta, si bien gracias a la pluma rica en matices de Schenkar podemos constatar su existencia. 
(?)Vivió encerrada en sí misma, aprisionada por un carácter imposible, que nadie supo explicar ni menos justificar. El único hilo que se puede encontrar para hilvanar el progreso de su existencia fue el deseo de poner en papel, en sus cuadernos y diarios, en las novelas, el perenne malestar, los cambios de humor, las contradicciones, la capacidad para trasformar los momentos amenos, como el placer de la intimidad sexual, en instantes cuando surge la traición, el mal. La sorpresa es que los deseos confesados en el secreto de sus cuadernos coinciden con los representados por sus personajes en los textos de ficción. Fue una persona que vivió encerrada en su miseria, no por voluntad propia, sino por la incapacidad de actuar de manera diferente. El ayer, sus padres, los recuerdos de la infancia, los supuestos idilios de juventud en vez de aliviar su mente, la reafirman en su desgracia. Parece como si su cerebro fuera habitado por una multitud de voces, que sólo se calmaban cuando la necesidad de escribir la concentraba en una historia, al trasvasar sus frutraciones al papel. 

profile avatar

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

Obras asociadas
Close Menu