Iván Thays
Sylvia Plath en la orilla.- Uno ve en la playa a una chica dorada, con un cuerpo hermoso y una sonrisa que quita el aliento y ni se imagina los terribles poemas que es capaz de escribir ni el tormento interior que la conducirá al suicidio. Mi querida Sylvia, tan frágil, tan mal amada (fotos vía @eternacadencia y ph davies).