Iván Thays
Natalia Porta bajo la lluvia. Foto: Iván Thays
Noche de lluvia en el Festival de la Palabra. Después de una mesa redonda sobre el cuerpo y la literatura pomposamente titulada ?El cuerpo como campo de batalla? y que trajo más ruido que nueces -demasiados lugares comunes, demasiadas posturas políticamente correctas para ser una mesa de multiplicidad sexual, y que incluyó un breve lance de esgrima (tema absolutamente zanjado, además, en libros como La verdad de las mentiras de Mario Vargas Llosa) sobre la verosimilitud y la realidad en literatura-, la lluvia se desató en el viejo San Juan. Una lluvia fresca, una lluvia sana, una lluvia inteligente, que parecía querer participar del debate diciendo que en Puerto Rico, la tierra de los dioses Orishas, el sexo no es una cuestión de camas ni de piel, y menos aun de ideologías, sino de mirar al cielo y dejar que las cosas fluyan simplemente como fluyen los aguaceros en medio del calor.
Esta vez, la lección literaria vino del cielo.
(Participaron de la mesa Gioconda Belli, Mara Negrón, Larry La Fountain, Abniel Marat, Carmen Yáñez, Lauren Mendinueta, Achy Obejas, Liliana Ramos Collado y Daniel Torres)