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Fuguet despide a Escanlar

Por 14 de noviembre de 2010 Sin comentarios

Iván Thays

Gustavo Escanlar
?Un sicópata y un hermano cósmico menos? ha dicho Alberto Fuguet en su blog Apuntes Autistas a propósito de la muerte de Gustavo Escanlar. ?El primer McOndo en morir? dijo Edmundo Paz Soldán. La muerte de Escanlar ha pasado desapercibida en la mayoría de medios no uruguayos, pero no para aquellos que lo hemos leído.
Así se despide Fuguet:

Nos vimos poco, cara a cara. Tampoco nos escribimos mucho. Nos conocimos antes del mail, cuando un silencio era sólo eso, no un vacío o un refugio. Apareció por correo, a la editorial planeta: Oda al niño prostituto (The Wrong Way Kid). El autor: Gustavo Escanlar. No lo conocía pero yo estaba entre los que me agradecía. ¿Por qué?
En la primer página, una dedicatoria:
PARA UN MAC HERMANO ENCONTRADO CASUALMENTE EN EL MALL (EN LA LIBRERIA DEL MALL).
Nos intercambiamos un par de cartas; lo publicamos en la Zona; inspiró una famosa columna de Bianchi que, tal como un capítulo de Escanlar (¿era un capítulo, qué era ese libro bendito/maldito?) titulado Yo, también, una suerte de credo de los tropiezos generacionales.
Me presentó en Montevideo. O intentó. Ahí lo conocí. El ?chico de prensa? Fernando Estévez pensó que él sería la persona ideal para presentarme en la Feria del Libro de, creo, 1996. Me lo dijo en el aeropuerto de Carrasco. Le dije: genial, Escanlar es mi autor uruguayo favorito. Nos conocimos en un bar, una hora antes de la presentación. A la presentación no llegó nadie. Nos fuimos los tres a una parilla. Luego Fernando se fue antes que uno de los dos, o los dos, bautizaron mi novela Prensa amarilla como Tinta Roja.
-Es un tango, pero la literatura es afanar.
Luego pase un par de días caminando por la rambla, en librerías, alucinado con este genio loco maldito que se autodestruía con humor, a lo Belushi. Escanlar había visto todo lo incorrecto y no distinguía entre malo o bueno sino aquello que lo había echo sentir y ?escapar, ché?. Adicto al VHS, a la tele, a novelas basuras, a los autores malditos, Escanlar era un poeta y siempre lo admiré.
Ya para entonces McOndo estaba por salir y Escanlar fue uno de los primero elegidos (¿acaso el Mac de esa dedicatoria viene de él?) fue uno de sus defensores, quizás el más acérrimo, incluso cuando yo quise huir de ese monstruo. Su cuento ocurría en USA para ser ?aún más Mc?
Cuando sacó NO ES FALTA DE CARIÑO, me pidió un blurb. Se lo faxee feliz. Apareció en la contratapa con un Escanlar post rapado, más joven y más delgado, casi sujetándonse de una Coca ColaGustavo cerró el siglo pasado con Estocolmo, publicado por Reservoir Books con una foto de Stranger Than Paradise. Miro todo lo que subrayé y pienso en cómo más que perderse, Escanlar, que lo dio todo, nunca encontró un lugar literario porque era muy arrabalero, muy border, pero que eso también era parte de su poética -era su poética- y que ahora, como mucho malditos (aunque poca veces he consido un maldito tan dulce, bonachón y curioso, lleno de vida) quizás ahora en que el canon se vino abajo, en que la crítica ya no dictamina, en que un gordo que no se afeita puede ser perfectamente un autor que, mirando sus ultimos escritos, veo que celebró el Nobel a Vargas LlosLuego lo vimos -todos lo vimos- en Madrid, cuando Lengua De Trapo y Casa de Américas lanzó la antología Líneas Aéreas y armó un congreso. Lo vi menos porque él quería demoler hoteles y yo ya quería dormir no más en ellos. Su cuento era uno de los mejores del grueso volumen: Una fiesta popular. Y cuando llego gordo, peludo, sin camisa, a la charla magistral de Mario Benedetti, Escanlar lo encaró. ?Cómo se atreve a aconsejar a los jóvenes si usted nunca lo fue. Usted cree que la vida se divide en blanco y negro, usted escribe puras mentiras?.
Creo que lo sacaron del recinto y se puso la remera y algunos de nosotros nos fuimos con él a un bar a comer tapas y tomar sangría y creo que después no quedamos solo y me contó mil cosas, cosas en extremo personales porque me dijo, como te conozco y no te conozco, como sos mi hermano cósmico, te las cuento.
Después desapareció. Y supe que se volvió el periodista/notero/no-tan-enfant terrible de la tele del Uruguay. Y fue tan amado como odiado.
Apareció en mi vida hace menos de un año, por mail, cuando se topó con Missing. El estaba volviendo a escribir: La alemana. Quedó en enviármela y no me llegó.
me emocionasteme hiciste pensar que para algo sirve esto de escribirvolvi a pensar en nuestra hermandad cosmica mas alla del tiempo y la distancia (no puede ser que nos gusten los mismos libros!!! quiero darle un abrazo a ellroy por mis rincones oscuros!!!)y, sobre todo, te agradezco porque leyendote me dieron ganas de escribir, de cerrar cuentas, de mirar el pasado familiar
luego: llegó el terremoto y uno de los primeros mails era de Escanlar:
hey psicopata!!!como estas???te afecto el terremoto??cualquier cosa, si quieres venirte por aqui un tiempito, sos bienvenidoun abrazo
Cuando vi esa gran cinta que es Gigante, pensé : está cinta es como de Escanlar o tiene algo de Escanlar pero si los excesos, sólo la parte blanda. No digo que fue el mejor de todos pero tuvo algo que hizo que sin duda era en muchos casos el mejor porque no le importaba nada, porque era tan literaria su vida que se atrevió a casi no tener una carrera literario y sin embargo dejó poco pero lo que dejó está vivo, sangre, humea y está con tanto rencor como de alegría.
Hoy lanzo un libro sobre los 90 y los 00 y sólo pienso en Escanlar. Paz Soldán me dice: es el primer McOndo que cae. Leo blogs, notas, del Uruguay. Lo veo en You Tube. Leo notas de él. Leo la última nota de él en Búsqueda y es casi como si lo supiera que la cortina se cerraba, y donde analiza muy a la ?Yo también? los últimos 25 años, los años que donde él no sólo fue testigo sino partícipe.
aqui un ?cuento? o algo así llamado EX (todo en Escanlar era al final no-ficción) aparecido en El Malpensate de COL.
Gustavo sufrió un ataque al corazón ayer; ya había utilizado sus seis bisagras.
Me dan ganas de mandarte un mail; aquí  miro tu dirección. Si te envió uno, ¿ podrás responder?

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Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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