
Eder. Óleo de Irene Gracia
Iván Thays
Enrique Vila Matas, André Gabastou (traductor), Eduardo Lago y Claire Julliard. Foto: Ricardo SumalaviaRicardo Sumalavia es un estupendo amigo, un gran escritor, un atento corresponsal desde Burdeos, pero es un pésimo fotógrafo. Eso es un hecho. De todos modos, coloco aquí esta oscura foto tomada por Ricardo para celebrar esta reunión de buenos amigos: Enrique Vila Matas presentando el libro de Eduardo Lago, Llámame Brooklyn, traducido al francés por la delicada editorial Stock (aquella que hace varios años publicó la novela de Mario Bellatin Salón de belleza y la llevó hasta ser finalista del Medicis a mejor novela extranjera). La reunión se llevó a cabo en el contexto de la Escale du Livre de Bordeaux.Por cierto, también a mí me editarán en francés. Un lugar llamado Oreja de perro ha sido contratada por Gallimard. Con eso, esa novela tan triste y que emocionalmente me costó tanto escribir, ha sido cobijada por las dos editoriales más prestigiosas en su respectivo idioma. Nada mal ¿verdad? Ojalá tenga oportunidad de presentarla en Burdeos junto a Ricardo, y también en París por supuesto. Curioso: el año pasado fui a París del brazo de una ex-novia. Al regresar, pensé que difícilmente volvería alguna vez a esa ciudad donde fui tan ilusoriamente feliz. Sin embargo, el destino me ha dado otra oportunidad al enviarme a Francia del brazo de mi novela. La vida nunca es bella ni fea sino original, dijo Italo Svevo. Hace meses jamás iba a imaginarme que terminaría diciendo (definitivamente no como Humphrey Bogart en Casablanca sino como Woody Allen en Hollywood Ending): «Thank God the French exist».