Clara Sánchez
Las organizaciones feministas contra la violencia machista convocaron este jueves pasado una manifestación en la Puerta del Sol, que reunió, según datos de este diario, a unas trescientas personas. Se protestaba contra la oleada asesina del día 26 de febrero en que murieron a manos de sus novios y exmaridos: Laura M.I. (boliviana de 22 años) en Madrid; Mª Victoria M.I. (49 años) en Puerto de Santa María; M.G.S.U (45 años) en Cullera y Mª José M.C. (54 años) en Valladolid. En un solo día. Mujeres de diferentes edades y distintas procedencias. Tampoco el machismo entiende de edades, parece incomprensible que un chico de 20 haya podido llegar a sentirse tan miserable y maldito como para matar a su novia.
Dentro de la violencia a escala general que rige nuestras vidas, dentro de las cosas que no entendemos, que son muchas y para las que acabamos inventando alguna explicación, hay una que deja la mente helada: esta matanza de esposas, novias, compañeras sentimentales por parte de hombres de lo más variopinto. Pones la televisión y de pronto ves a otra mujer anónima, como las demás, asesinada por un hombre como los demás, sin nada especial salvo que ha empuñado una escopeta de cañones recortados o un cuchillo para cargarse a su compañera, o que la ha lanzado con un empujón por la ventana.