Clara Sánchez
Volviendo a los talleres literarios de Mollina. Noia, Andrián, Jose, Cristian… me acuerdo de vosotros como si os tuviera delante, quizá por aquel ejercicio que hicisteis en que todos describíais a vuestro compañero de asiento con pelos y señales, la mayoría de las veces sin compasión, y he de reconocer que con bastante gracia. ¿Qué ocurrió al final con aquellos textos, los reunisteis? No creo que acabéis asomando por esta página los 40 de la clase, pero estoy segura de que alguno más se enterará de que aquí, por obra y gracia de la red y el "boomeran", nos hemos vuelto a encontrar. En cuanto a mí, no sé si alguna vez os habréis preguntado qué hacía cuando después de comer desaparecía de vuestras vidas hasta la hora de cenar, y después de cenar hasta el día siguiente. Me metía en mi suite, bastante cómoda por cierto, y me dedicaba a corregir la novela que tenía entre manos y que estará en las librerías el día 13 de febrero. Se llama PRESENTIMIENTOS. Y en Mollina, en aquellas tardes que pasabais en clase de poesía con el magnífico escritor y amigo Juan Cobos Wilkins o correteabais por la piscina, yo le pegaba una buena atacada a aquellas páginas llenas de correcciones en rotulador rojo ante un ventanal que daba a un pequeño jardín. Lograba concentrarme bastante bien y casi logré pasar entera la nueva versión al ordenador. El problema sucedió a mi vuelta a Madrid.
Para no tener que acarrear tanto peso conmigo, no se me ocurrió otra cosa que meter el ordenador en la maleta y facturarla. Fue un acto alocado por supuesto porque en ese momento no se me pasó por la cabeza (o si se me pasó no hice caso, bajé la guardia) que dicha maleta podría perderse, como así sucedió. La maleta con el ordenador y la novela no llegó a Madrid, se quedó en algún lugar del aeropuerto de Málaga. Así que os podéis imaginar lo que sufrí hasta que unos quince días después, tras mil llamadas de teléfono, alguien me la trajo a casa.
Me abalancé sobre ella, la abrí y allí estaba el ordenador. Lo encendí, y allí estaba la novela. Y respiré.