Clara Sánchez
Es inevitable hablar del partido de ayer y del triunfo de la selección española. Indudablemente el fútbol supone una proyección espectacular para un país, porque arrastra millones de miradas, de oídos y de pasiones. El fútbol emociona y produce una felicidad o una frustración muy intensas, produce conversaciones y ríos de cerveza. Y parece que el del fútbol hoy por hoy es el único lenguaje común. Los encargados de los bares se estaban frotando las manos antes del partido, y si se las frotaban los de los bares… El fútbol mueve mucho dinero. Genera euforia, hace vivir a la gente y todo eso vale dinero, lo que no tiene nada de malo, todo lo contrario. La gente masivamente avala este deporte, luego no hay nada que decir en contra. Conviene hacerse de un equipo para poder vibrar. Y además me gusta mucho ver tantas mujeres dentro de la afición con sus rayas pintadas en la mejilla. A ver cuándo pasan al campo. ¿Lograrían crear la misma tensión?