Basilio Baltasar
Durante estas últimas semanas hemos podido leer excelentes artículos sobre el origen del colapso financiero mundial y hemos visto diestramente analizadas las maniobras especulativas que nos han llevado al borde de la quiebra total. Muchos de los textos han sido reveladoras y educativas manifestaciones de sagacidad pero los sentimientos encontrados que esta crítica suscita entre alguna de las víctimas de la especulación son una prueba sorprendente del formidable poder que a pesar de todo conservan las ideologías: no importa cuán evidente sea el robo cometido por los grandes expertos de la economía global, siempre habrá alguien que acuda en su auxilio.
Quizá por ello debemos agradecer al viejo gremio de los cómicos que mantengan imperturbable su talento y se dediquen con denodado esfuerzo a deshacer tan tercos espejismos.