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Escrito por

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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Margo Glantz, premio FIL Guadalajara

margo glantz ¡¡¡¡Bravo!!!!! Para todos los que adoramos a Margo Glantz no solo como la gran escritora que es, sino como la persona genial que nunca deja de sorprendernos, esta noticia es de las mejores que podemos leer: Margo acaba de ganar el premio FIL Guadalajara, antes llamado Juan Rulfo, a su trayectoria literaria.  Así dice la noticia en El Universal:

La escritora mexicana y académica de la Lengua Margo Glantz ganó hoy la vigésima edición del Premio de Literatura en Lenguas Romances 2010 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, informaron hoy los miembros del jurado. El fallo destacó la ?extensa trayectoria literaria? de Margarita (Margo) Glantz, así como ?su trabajo por la renovación del ensayo y la narrativa? . Ganadora de premios como el Xavier Villaurrutia y el Sor Juan Inés de la Cruz, que también otorga la FIL, Glantz realiza en su obra un ?acopio de discursos provenientes de diversas disciplinas? impresas en su obra, como música, artes visuales y medios de comunicación, según el jurado. Sus integrantes valoraron además la ?obra brillante y activa? de la autora de ?Síndrome de naufragios? y ?El rastro? , entre muchos otros libros, ?que actúa como referente indispensable para nuevas generaciones de escritores? . ?Sus propuestas en torno a la crisis y frontera de los géneros mediante poéticas fundadas en la fragmentación? también fueron tenidas en cuenta para otorgarle este galardón. El jurado estuvo integrado por Juan Cruz Ruiz (España) , Diamela Eltit (Chile) , Cecilia García Huidobro (Chile) , Ana María González Luna Corvera (México/Italia) , Darío Jaramillo Agudelo (Colombia) , Pedro Meira Monteiro (Brasil/Estados Unidos) y Sara Poot Herrera (México/Estados Unidos) . Los jurados consideraron que ?Margo Glantz ha puesto en evidencia la identidad latinoamericana como un viaje acabado e inacabable de múltiples realidades sociales? . Glantz, nacida en Ciudad de México el 28 de mayo de 1930, es autora, entre otros libros, de ?Las mil y una calorías? ; ?Doscientas ballenas azules? ; ?Las genealogías? , y ?Síndrome de naufragios? , con el que obtuvo en 1984 el Premio Xavier Villaurrutia. En 2003 obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela ?El rastro? . Además de ser miembro de la Academia mexicana de la Lengua, Glantz ha trabajado como periodista y desde 1958 imparte clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Margo Glantz también ha recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes y en enero de este año, al cumplir ochenta años, obtuvo la Medalla Oro de Bellas Artes. Según el jurado, la obra de Glantz ?configura espacios mezclados en donde emerge el sujeto femenino ya regido por las normativas del saber, o bien por los impulsos del cuerpo y sus eróticas? . En el fallo se destaca por último que el ?yo? en la escritura de Glantz ?muta velozmente? y da lugar a una ?obra brillante y activa, que actúa como referente indispensable para nuevas generaciones de escritores? . El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2010 está dotado con 150 mil dólares y se entregará durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el próximo 27 de noviembre.

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30 de agosto de 2010
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"si fuera uruguayo, no se dudaría de calificarlo de raro"

Steven Millhauser La frase de la semana: ?Si fuera uruguayo, no se dudaría en calificarlo de ?raro?. Aparece en el suplemento Radar Libros sobre el escritor norteamericano Steven Millhauser que acaba de publicar Risas peligrosas (Circe). Me parece genial la frase, aplicable a decenas de escritores latinoamericanos (bueno, malos y mediocres) que no consiguen espacio ni atención en sus países y solo les queda nacionalizarse de Levreros.  Dice la nota de Fernando Krapp sobre Millhauser:

Hay una larga tradición de relatos fantásticos que al final se explican bajo los preceptos de la lógica. A estos relatos Todorov, famoso teórico y pensador estructuralista, los denominó extraños. El subgénero abarca las novelas de Anne Radcliff en el siglo XIX, pasando por la antología de Rodolfo Walsh, hasta las perspicaces explicaciones que Vilma Dinkley le da a Shaggy Rogers y a su perro parlante Scooby Doo cuando se asustan con una sábana colgada. Muchos de los relatos de Risas peligrosas de Steven Millhauser se leen desde esa clave, aunque invertida; una explicación fantástica a un hecho real, como si lo fantástico se diera por sentado y lo real fuera apenas la proyección de una posibilidad. (?) Da gusto volver a la prosa de Steven Millhauser, de quien casi no teníamos noticias desde que ganó el Pulitzer allá por 1997. El galardón tuvo como consecuencia la traducción de algunos libros que fueron directo a las mesas de saldo. Más de diez años después volvemos a encontrarnos con su obra. Tan acostumbrados que estamos a cierto tipo de narrativa norteamericana, donde la preocupación estética se encuentra ligada a reflejar la vida sucia cotidiana, Steven Millhauser se aparta de esa línea, y con el foco puesto en una tradición más europea, sobre todo inglesa, construye una estética divergente, y por esa razón mucho más personal. Parafraseando a J. G. Ballard, Millhauser ha sabido capturar el poder de la imaginación para rediseñar el mundo.

Por cierto, un cuento de Millhauser fue llevado al cine para la película ?El ilusionista? de Neil Burger.

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29 de agosto de 2010
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Algunos nombres que suenen para "Granta" en Español

en octubre llegará el número esperado Se acabó en abril la convocatoria y ya el jurado, compuesto por Edgardo Cozarinsky, Francisco Goldman, Mercedes Monmany, Valerie Miles y Aurelio Major está decidiendo, entre los centenares de autores propuestos, quiénes pueden ser los autores en castellano nacidos luego de 1975 para ser editados por la revista Granta. El volumen con los seleccionados se publicará en simultáneamente en traducción inglesa (Reino Unido y Estados Unidos) y en castellano (España) en octubre de 2010.  Javier Calvo comenta en su blog el tema: Yo imagino que la sección de esa generación que pase el corte de edad estará bien representada (de acuerdo con Major, ?Quizá no estén todos los que son, pero sí que son todos los que están?). Dice la otra editora de la publicación que el número especial ?pretende ser una celebración del idioma en un sentido muy amplio. Beneficiará a los autores seleccionados, es obvio, pero no solamente a ellos. También beneficiará a muchos otros editores y agentes y potenciará la importancia y la curiosidad por saber más sobre este idioma y sus escritores en general, no solamente los de la lista. Esa es la idea. Elevar la visibilidad de la literatura en español ya desde la base. Si conseguimos eso, todo el mundo gana?. Yo personalmente me confieso excitado por el evento, incluyendo su vertiente puramente deportiva, de ver quién pasa y ver quién se queda. (Los propios editores de Granta en español han potenciado este aspecto imponiendo un aura un poco teatral de secretismo en torno a la selección, que incluye hacer firmar cláusulas de confidencialidad a los traductores). Obviamente, no sé cómo de importante va a ser el nuevo número de Granta para la literatura en español en general, que en mi opinión tiene muy buena salud. Pero sí confío y espero que sea un impulso crucial para los autores seleccionados y también para la propia publicación Granta en español, que lo merece. (Aprovecho para desear suerte competidora a mis amigos Patricio Pron, Gabriela Wiener y Pola Oloixarac, que merecen ser seleccionados, por supuesto).

Por otra parte, también Sergi Belliver ha comentado el tema en una nota de Facebook:

Desde mi punto de vista, y siendo honesto (es decir, reconociendo que no abarco el espectro americano de autores jóvenes como debiera, por falta de lecturas, sobre todo de editoriales latinoamericanas, y que lo poco que conozco es lo que llega a mis manos en España -Sergio Galarza, Claudia Apablaza, Patricio Pron?-), me voy a centrar en los nombres de los jóvenes narradores españoles que considero deberían gozar de una oportunidad en toda esta iniciativa. No digo ni que sean los mejores (de alguno sí lo pienso), sólo que espero que no se les cierren las puertas por no ser amigos de o no trabajar en. También he de confesar que la frontera de los 35 años se me antoja literariamente tan endeble como cualquier otra4, porque deja fuera por los pelos a escritores muy, muy interesantes, que se perderán los lectores de Granta en muchos países, pero supongo que debía tomarse alguna decisión al respecto para hablar de ?jóvenes? (yo, al menos, hubiera ampliado hasta los 40 años, hasta 1970). No diré que le deseo suerte a todos los candidatos, porque esto no es (o no debiera ser) una lotería. Deseo, simplemente, que sus textos (y no sus apellidos, agendas ni habilidades sociales) estén donde se merecen: en manos de más lectores si son de calidad, y en las cajas de devoluciones si publicaron por razones extraliterarias. Autores españoles nacidos a partir de 1975 con al menos un libro de narrativa publicado antes del 30 de abril de 2010 y que me parecen interesantes (no cabrán todos, pero espero que -si se han o les han postulado- les lean con atención en Granta):

Guillermo Aguirre Andrés Barba Matías Candeira Robert Juan Cantavella Fernando Cañero Jordi Carrión Aixa de la Cruz Carlos Frühbeck Nuria Labari Paula Lapido Sara Mesa Lara Moreno Elvira Navarro Alberto Olmos Cristof Polo Eider Rodríguez Miguel Serrano Larraz María Zaragoza

(Incluyo a Andrés Barba y a Robert Juan Cantavella, que no me entusiasman, porque sé que saldrán en todas las quinielas. Incluiría a Iván Humanes y a Rebeca Le Rumeur, pero sus libros de narrativa son posteriores a abril de 2010 -Humanes tiene otros anteriores, pero se ?licencia? con su novela en Inéditor-).?

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29 de agosto de 2010
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Tao Lin, el escritor-internet

Tao Lin Tao Lin, autor de las novelas Shoplifting From American Apparel y Richard Yates, se ha convertido en el paradigma de los escritores -internet. No solo venden por su página web decenas de cosas que tienen que ver con sus escritura (como libretas moleskine con notas y hasta dibujitos en páginas), con lo que llega a ganar casi 700 dólares mensuales, sino que además cada una de sus actividades es replicada por internet y sus seguidores. Salon.com cuenta la historia de esta nueva forma de tener visibilidad en literatura. Dice:

What fame Lin has already achieved is a testament to his ability to master viral and unconventional publicity techniques. In July 2008, Lin sold six shares of ?Richard Yates? online. The winning bidders gave him $2,000 each in exchange for 10 percent of the domestic profits that come from ?Yates.? As he says with a laugh, ?If it doesn?t make very much, that?s their loss.? Inevitably, Stephen Elliott?s Lin-adoring online outlet the Rumpus named ?Richard Yates? the August selection for its newly launched book club, four months before the book?s publication. James Frey has endorsed ?Yates,? and the New York Observer recently published a profile of Lin written in his own distinctive style. In early November 2009, Lin held an ?experimental contest? on his blog that invited users to bid a certain amount of money via Paypal ? any amount they chose ? on a prize package of Tao Lin goodies. The catch: Lin?s prizes would go to the highest bidder, but entrants would not get their money back if their bid lost. Lin posted a video that showed off the prizes: A ?unique drawing of a Sasquatch holding a hamburger,? which he notes has the ?crying hamster stamp of authenticity? (a small doodle Lin puts on all his artwork and also signs books with); a Tao Lin T-shirt; an unpublished draft of a short story; an error-filled galley copy of ?Shoplifting From American Apparel?; and a small Moleskine journal filled with Lin?s notes. ?You can find out exactly what I do by getting this and looking at my to-do list,? he declares in the video. One finds all of this thoroughly ridiculous until learning that the last Moleskine notebook he sold on eBay went for $80. He is making real money off of this shwag. Lin says, ?I probably make $700 a month from selling stupid things on my blog.? Beyond raising funds and buzz for his antics ? and unlike the majority of successful novelists ? Lin is also willing to use the Web as a tool for engaging with his readers directly. In a recent HTMLGIANT comment thread, someone under the user name ?Attractive skinny girl? asked Lin for his phone number. He posted it, no hesitation. The average fiction lover can?t just shoot John Irving an e-mail, or friend request Martin Amis on Facebook. They can, however, contact Tao Lin quite easily, and in most cases he?ll respond  (?) The loneliness could be attributed to the Internet. Lin and his literary peers spend hours and hours online, and although doing so fosters a sense of connectedness, it is equally isolating. No matter how many fans or fellow writers Lin ?meets? online, at the end of the day it?s still him, sitting at his laptop alone. Any moments of delight or engagement that the Internet prompts are separated by longer stretches of boredom, as implied by the title of a short story by Brandon Scott Gorrell, a member of Lin?s online literary gang. The story is called ?Minimizing and Maximizing Mozilla Firefox Repeatedly.?

Even an angry Amazon.com reviewer ?Visa Dimo Kogan,? in a review of ?Shoplifting,? admits: ?He?s accurate in his portrayal of the apathetic, technological, and depressing generation that I?m sadly a part of,? though the review continues, ?If this is the literature of our generation, then I?d rather die in a car crash.? This is met with a single, symbolic response from another reviewer, Jesse Vaughan: ?Better buckle up, bro.? Vaughan?s tersely funny defense is representative of the Tao Lin faithful. Lin?s readers come to his aid on message boards and blogs all over the Web because they feel that for better or worse, his books represent the moment. They share his loneliness. Time spent on the Web remains a solitary act. And while New York City cannot be credited with the invention of young angst, it does serve as a city metaphor for the Internet. It?s urban loneliness, and Lin has captured it for his readers. On the night before last Halloween, Lin read at the Center for Performance Research on New York?s Lower East Side. Out in the lobby after the event, he leaned against a wall with a bottle of Brooklyn Lager, drinking in the scene around him. It was brief, awkward respite from the realm in which he?s most comfortable: sitting at his computer. One could imagine what happened next. Shortly after the reading, he left the event without fanfare, then hurried home to connect with those readers who hunger for his presence and voice.

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29 de agosto de 2010
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Lowry inconcluso

carátula de la novela Piedra infernal es un libro inconcluso, dentro del inconcluso proyecto de Malcolm Lowry de hacer una Divina Comedia contemporánea donde el Infierno era Bajo el volcán y el Purgatorio Piedra Infernal. La novela ha sido reeditada en Tusquets y aunque no ha sido terminada, algunos temas resaltan y se relacionan con esa obra cumbre que es Bajo el volcán. Dice la revista Ñ:

Como todos los protagonistas de la obra narrativa de Lowry, Bill Plantagenet, la figura principal de Piedra infernal, se encuentra al filo de su propio abismo. Es un dipsómano pianista de jazz que ha llegado de Inglaterra al puerto de Nueva York. Ignoramos casi todo de su pasado, incluso él mismo acarrea enormes lagunas de su historia reciente. Apenas conocemos un puñado de pasajes donde desdichas y separaciones imperan: la disolución de su banda de jazz, la pérdida de Ruth, su compañera. Tras deambular en completo estado de ebriedad por las calles de Nueva York, ingresa a un manicomio municipal, mezcla de hospital y cárcel, donde conoce a quienes serán sus compañeros: Garry, un chico que vive en un mundo de leyendas e invenciones, siempre ajeno a la realidad de su miseria y de su crimen; el viejo marinero Kalowsky, víctima de un hermano que lo ha internado para sacárselo de encima, suerte de padre sustituto que jamás dejó de buscar en vida el propio Malcolm Lowry; y Battle, un negro mitad ingenuo mitad peligroso, un chiflado en estado de pureza casi angélica. En ese hospicio Plantagenet vivirá las miserias propias de un psiquiátrico de la primera mitad del siglo XX: entorno insalubre, incomprensión médica, enfermeras impiadosas, pacientes en lamentables estados físicos y psíquicos. Pero también advertirá cómo el amor y la compasión afloran: ?Muchos de los que aquí se consideran locos dice  son simplemente personas que quizás un día intuyeron, si bien de un modo confuso, la necesidad de cambiar, de renacer?. En ese ?modo confuso? está la clave de la piedad y la grandeza del protagonista. Algo en el mecanismo de implementación de esa necesidad de cambio falla en estos hombres desahuciados y se produce un deslizamiento, un matiz que para la ciencia de entonces es una patología. Plantagenet se enfrenta al doctor Claggart, encarnación del orden a través de la psiquiatría, y se revela ante la condición de normalidad con la que la sociedad adocena a los individuos para construirse a sí misma. Plantagent es una más de las transposiciones que Malcolm Lowry hizo de su propia persona. De hecho, el libro está parcialmente basado en la experiencia de su paso por el legendario Bellevue Hospital de Nueva York. Al igual que Geoffrey Firmin de Bajo el volcán o que Sigbjørn Wilderness de Oscuro como la tumba donde yace mi amigo, Plantagenet es un alcohólico auto-condenado, cínico consigo mismo, convencido de que ?el camino del exceso conduce al Palacio de la Sabiduría?. Un palacio que (él lo sabe y hacia allá se dirige a toda prisa) también es una tumba. La prosa de Lowry brilla por su lirismo magnético, casi religioso y por su alucinatoria manera de representar la realidad perceptiva de un hombre atormentado. De la misma manera que el ex cónsul de Bajo el volcán, Plantagenet compone su realidad de una manera escalofriante y casi psicodélica. A él acudirán visiones esperpénticas como cristalización de un poderoso sentimiento de culpa, del que no puede escapar; caleidoscópicos paisajes donde se mezclan el pasado y las pesadillas en un collage de intensidad casi insoportable. 

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28 de agosto de 2010
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Eco vuelve a la novela

Umberto Eco vuelve a la novela Freud, Garibaldi y el Capitán Dreyfus son algunos de los invitados de honor a la cena que significa la nueva novela de Umberto Eco. El autor que hace casi dos décadas saltó a la celebridad inmediata con El nombre de la rosa, y nunca más pudo repetir la fórmula mágica por la cual un discurso semiótico se convierte en un best-seller, dice que esta novela nueva será impactante. Se titula El cementerio de Praga.  Dice la reseña en revista Ñ:

Pasaron siete años y cinco libros desde la última novela de Umberto Eco. Ahora se termina la espera. El cementerio de Praga (Lumen) narra la historia del capitán Simonini, un piamontés radicado en París que se gana la vida falsificando documentos. Simonini no recuerda bien quién es, pero siguiendo los consejos del propio Sigmund Freud, con quién solía compartir la mesa en el restaurante diez años antes, decide poner por escrito su vida. Eco narra, a través del protagonista de la novela, su propia y particular visión de la historia europea del siglo XIX .El gestor de la unificación italiana Giuseppe Garibaldi, el capitán del ejército francés Alfred Dreyfus y el mismísimo padre del psicoanálisis confluyen en el relato de Eco, que vuelve a repetir algunas estrategias narrativas de sus ficciones anteriores. Se trata, de hecho, de una novela anclada en el pasado, pero con reminiscencias al presente. En su anterior novela La misteriosa llama de la Reina Loana , el protagonista, Yambo, debía como Simonini en El cementerio de Praga  recuperar y preservar su identidad. La flamante novela de Eco incluye, además, ilustraciones, como las que solían vestir los folletines decimonónicos. ?Es una novela folletinesca donde todos los personajes, excepto el protagonista, existieron realmente?, señaló el autor en un comunicado difundido por la editorial. 

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25 de agosto de 2010
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ABRAHAM ENTRE BANDIDOS por Tomás González

RESEÑAS SIN PLUMAS Por: Iván Thays EL SINDROME ESTOCOLMO Leer la contratapa de la nueva novela de Tomás González, Abraham entre bandidos,  es como escuchar, en plena función de magia, que un mago advierte que va a sacar un conejo del sombrero. Sabemos que no pueden haber demasiadas variaciones en el truco, a lo más un conejo más grande o de otro color o dos seguidos, así que lo único que nos mantiene en vilo es el propio mago y su técnica. ?Una mirada sobre la tragedia colombiana íntima y certera? anuncia la contratapa. ¿Una más?  ?Desdibuja con maestría los lugares comunes de un tema que creíamos conocer bien? promete también. ¿Y eso es cierto? No, no lo es. La verdad es que leer la novela en el contexto de la narrativa colombiana última (tan ocupada de la violencia por el narcotráfico, secuestros y sicarios), así los hechos narrados ocurran en 1954, es leer más de lo mismo.  Al final, un conejo es siempre un conejo. El dueño de una finca y del café del pueblo, Abraham, es secuestrado junto a su compañero de juergas, Saúl, por un bandido llamado Enrique Medina, conocido como Pavor. Con ellos dos a cuestas, y uno más que es asesinado apenas empezada la novela, acusado de soplón, se internan en el bosque y empiezan a hacer sus fechorías. Los secuestrados están al cuidado de un niño bandolero, más salvaje que cualquiera, pero más sensible y cuidadoso también, al que apodan el Piojo. Resulta obvio que Pavor siente afecto por el niño bandolero (el imaginario de los niños sicarios se activa de inmediato), así como también que Abraham y Saúl poco a poco se van identificando con él, estimándolo y admirándolo. Lo que no resulta obvio, ni para el lector ni para los protagonistas, es por qué Pavor los ha secuestrado. Descartada la hipótesis del rescate y del asesinato, a Abraham y Saúl solo les queda ser testigos del horror de los bandoleros dando vueltas en círculo por el intrincado bosque, matándose entre ellos, robando a las poblaciones vecinas y enfrentándose contra los militares.  ?Testigos? es la palabra precisa porque, además, más de un bandido se acerca a ellos para contarles sus verdades, historias a veces tristes, a veces épicas y otras tan fantasiosas que podrían calificarse como macondianas. También hay momentos de baja defensa entre los más bravos. El bandido más feroz de todos escribe una carta a su madre, donde dice que no la olvida y le comenta que aun está vivo. Por otra parte, no puede faltar  la referencia a políticos que están a favor de los bandoleros, a cambio de generosas cantidades de dinero. Se describen crímenes a balazos y machetazos. Se comentan violaciones a las mujeres de los poblaciones saqueadas. Pero sobre todo, se come mal y se bebe mucho aguardiente, mientras Saúl tiene los pies hinchados y está casi inválido, y Abraham tiene una diarrea que no cede durante toda la novela. Pero queda flotando la pregunta: ?¿para qué nos han secuestrado?? La respuesta que da Saúl es ambigua pero parece la única correcta: ?Porque le dio la real gana. Es decir porque sí, porque puede. Lo que pasa es que le caemos bien y nos sacó a pasear el hijoeputa? (p.108) Los capítulos sobre la captura y las hazañas se alternan con otros donde se ve a la familia de Abraham y Saúl buscándolos, donde los militares los acusan de ?liberales? y casi se niegan a ir a buscarlos, donde nombres laterales como Susana, José, Milena, Julián y otros del pasado y del presente evocan una saga familiar que se contrapone con el presente inmediato. Las idas y venidas de los bandoleros y el relato del pasado deberían formar un calado muy fino que, solo a veces (muy pocas veces, lamentablemente) se logra, y pronto terminamos esperando con ansiedad que se nos deje de contar la novela familiar y pueblerina y seguir con la historia de bandidos agazapados. Imposible no recordar ahora otras novelas de bandidos idealizados y románticos, como Hombres de Caminos de Miguel Gutiérrez, aunque a favor de Tomás González hay que decir que en su obra la idealización de la imagen del bandolero no conduce a ninguna conclusión ideológica, como en el caso de Gutiérrez. La simpatía que el lector puede llegar a sentir por Pavor y por el Piojo no es una postura ética sino un reflejo del Síndrome de Estocolmo que ataca a Saúl y Abraham. Es decir, no se trata de la justificación dialéctica de la violencia sino un proceso de empatía e identificación entre capturados y captores. El hecho que nunca se explique por qué se los han llevado presos ayuda a darle verosimilitud a esa identificación, y el lector podría terminar (como algunos del pueblo) inclinándose a pensar que esos días de penurias y de experiencia directa con el horror, la violencia y la muerte, no han sido sino unos días en que los compadres  ?se habían largado a beber al monte con Enrique Medina y sus bandidos?.   (p. 205) Hasta aquí hemos mostrado el conejo que salió de la chistera. Pero aún no hemos hablado del mago. Tomás González es un prosista maravilloso que en esta novela tiene momentos tan altos como Primero estaba el mar y La historia de Horacio. Lo atractivo de su prosa es que siempre descifra una poesía que nace del contacto y a observación de la naturaleza. El color, el sonido, el olor de animales y plantas, y en especial el agua que rige todas sus novelas (a manera de río o de mar), aparece en los momentos justos para hacernos recordarla. La presencia de la naturaleza es la mano del autor (del mago) que nos advierte que no estamos leyendo un atestado policial ni oyendo una aventura en un café, sino participando de la experiencia estética de una obra literaria llena de detalles notables, como el perfil de sus personajes, el oído para transcribir parlamentos, las poderosa capacidad de observar y describir el mundo que rodea a sus protagonistas. Fiel al concepto que unifica todas sus obras, Tomás González cuenta historias de hombres y mujeres que aceptan el pacto tácito de vivir rodeados de la naturaleza, sabiendo que es ella quien gobierna y decide el destino de esos personajes. La Naturaleza ?ahora la escribo así, con mayúscula- no representa la barbarie ni el contrario de la civilización, como en una novela regionalista, sino una realidad continua, superior, cuya existencia transcurre ajena a la voluntad de los fugaces humanos.  Por eso, no es de extrañar que luego de la escena más violenta y triste de la novela, y después de una caminata sin compasión que los deja devastados física y espiritualmente, el narrador concluya: ?Se tendieron como fardos los mejor que pudieron y casi de inmediato todos dormían, a pesar del frío y de la niebla que poco después, compasiva, los borró por un tiempo de la Tierra?. (p. 174) Esa Naturaleza, a veces compasiva, a veces indiferente, a veces realmente feroz y destructiva, es la mayor creación de Tomás González desde su primer libro hasta Abraham entre bandidos. Y es ahí, y no en los conejos que saca del sombrero, donde reconocemos el auténtico y renovado talento del mago. 

Abraham entre bandidos Tomás González Alfaguara, Bogotá. 2010

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25 de agosto de 2010
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La partida de Fogwill

Fogwilll se despide. Fotografía: El Malpensante. La imprevista partida de Fogwill ha obligado a los medios culturales a hacer necrológicas apresuradas, en las que se destaca sobre todo su rol provocador y la calidad de su novela Los Pichiciegos, además de algunos de sus cuentos. Algunos medios que han comentado su partida: el blog ?Puente Aéreo? de Gustavo Faverón, Pablo Gianera para La Nación, Silvina Friera para Página12, y un homenaje muy especial de la Revista Ñ que ha preferido transcribir una conferencia titulada ?Fogwill versus Fogwill?. Aquí algunos ítems:

Discípulos: hace muchos años que tengo un solo alumno. Casi nunca falta, siempre paga y parece ir envejeciendo a la par mía. Soy yo, su manager, mi preceptor, su personal trainer, mi mentor secretísimo. Le enseño y él aprende y olvida a la par. Le digo que mi maestro anterior estableció que escribir es filmar directamente contra la pantalla. Y tratando de que filme directamente contra su pantalla le repito que, de ahora en más, escribir, para él, será conseguir que cualquier cosa que se le vaya ocurriendo pase directamente al texto sin romper su ilusión de continuidad. He tratado por todos lo medios que aprenda a oír a la gente haciéndose escuchar. Creo que ya casi aprendió a poner títulos a sus sonetos y sus letras de rock. No es nada fácil.  Cómo titular¿Cuál será mi mejor título? En general se me conoce por Muchacha Punk, Los Pichiciegos, Vivir Afuera, Restos Diurnos y con Partes del Todo que no casualmente son cinco títulos pentasílabos. También se me vincula a tres libros a los que deliberadamente impuse un título heptasílabo: La experiencia sensible, En otro orden de cosas y Los libros de la guerra. Este último también me pertenece, pero al libro no lo escribí yo: lo compuso Francisco Garamona, de editorial Mansalva, a partir de varias resmas de fotocopias de diarios y revistas que circularon con mi firma y en cuyo rescate y agrupamiento contribuyeron la doctora María Pía López ?gran atesoradora de cosas? y los infatigables Mica, Gustavo, Alejo y Sebastián. ?Infatigable? también es un pentasílabo y, a la hora de titular libritos vale la pena detenerse a medir el número de sílabas y la ubicación de los acentos.  AlcancíasHay libros alcancía. Suele suceder con las novelas. El autor no sabe hacia dónde ir y cada día vuelve a depositar en él sus pequeños ahorros de energía procurando continuar y agrandar lo escrito en la víspera. Otro día, cuando encontré a Bizzio contar que ya estaba a punto de terminar el cuarto capítulo de su quinta o sexta novela, se me revelaron las virtudes del Gran Método de las Moneditas, que es eficaz a condición de que el que escribe sepa borrar las huellas de las ilusiones mezquinas y el espíritu de ahorro y consumo diferido que lo animó. Obvio: si el pequeño ahorrista es capaz de ocultar las huellas de su tesón es un verdadero escritor, tan verdadero como si pudiese sobreponerse a cualquier otra vulgaridad que lo asalte en su lucha diaria por la subsistencia y la fama. Yo compuse tres o cuatro novelas-alcancía y no son las peores de mi obra. Mamá hundió un barco Yo vivía en una pocilga vecina al departamento de mi mamá. Cada día, volviendo de trabajar, pasaba por su casa a saludar y a surtirme de comida antes de irme a engordar mi Memoria Romana y revisar las novedades de su enfermedad. Ella estaba enferma y yo trabajaba en una agencia de publicidad donde se daban cita comodoros y generales a repartirse las ganancias de las cuentas publicitarias de las empresas intervenidas por el Banco Central: las marcas Noel, Resero, Ferrum, el grupo Greco, el Grupo Catena y otras. Era una mina de oro y allí participaba en conversaciones en las que un brigadier retirado Cabrera, por entonces vicepresidente del Central y un general activo Saá se jactaban de la victoria inminente de las tropas argentinas. Como yo imaginaba miles de muertos, la escena no daba risa, sino pánico. Esa tarde, creo que fue el primer martes de mayo del 82, al llegar a la casa encontré a mamá y a la empleada que la cuidaba pegadas al televisor y mamá me recibió gritando entusiasmada:?¡Hundimos un barco?!Ni la imagen de decenas de ingleses violetas flotando congelados, que de alguna manera me alegraba, pudo atenuar el horror que me producía el veneno mediático inoculado a mi familia.Entonces volví a mi pocilga, escribí la frase ?mamá hoy hundió un barco? con la que di por terminada para siempre mi fallida novela romana, cargué otra hoja de papel en la IBM y doce horas después había completado la mitad del relato de Los Pichiciegos: cien mil caracteres que, sin hacer mal a nadie, siguen tan vigentes como Giancarlo Elia, que ahora es un rico empresario y mecenas de la Fundación Valori que subvenciona los premios de la academia francesa de ciencias y diversos premios a servicios humanitarios. En el currículum del mecenas se destacan lauros de Unesco ?Gran Cruz al Merito?, Francia ?la Légion d´Honneur?, y la Orden de Isabel la Católica de España y la del Libertador, concedida por la Argentina en 1973. Vinculado por amistad y negocios con los más altos dirigentes de China, Libia, y, hasta su muerte con el rumano Ceausescu, fue reconocido como benefactor del estado de Israel por el primer ministro Simon Peres por su aporte a los vínculos entre Tel Aviv y la elite dirigente de Pekín. Entre las metas de la fundación Valori figura la conservación de las lenguas y las canciones tradicionales. Justo él que tanto contribuyó a la conservación de la marchita peronista que ahora suena en la Secretaría de Cultura de la Nación.

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22 de agosto de 2010
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