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Escrito por

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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"Mi novela es del orden de lo privado, de lo íntimo"

Guillermo Martínez Estoy a punto de leer la última novela de Guillermo Martínez, Yo también tuve una novia bisexual (Planeta) y me cae a pelo esta estupenda entrevista, realizada a principios de agosto para Página12, por Silvina Friera. Me da varias claves para poder disfrutar más de la lectura y me deja la intriga sobre la presencia escondida de José Emilio Pacheco en la novela. Por otra parte, hace unas semanas Juan Pablo Bertazza hizo una reseña en Radar Libros en la que dejó algunos peros, pero también bastantes halagos. Vamos a ver.  Por lo pronto, les dejo algunas respuestas:

Martínez confiesa a Página/12 que está ?cansado? de los escritores que subrayan los ?supuestos experimentos con el lenguaje?, aunque para él fue un desafío narrar el acto sexual. ?La primera dificultad que tuve fue lidiar con las palabras, con un lenguaje que siempre parece insuficiente o desplazado, que se vuelve anatómico o infantil y uno nunca tiene la palabra que necesita. Cortázar decía que muchas veces necesitó la palabra ?concha? más que un atado de cigarrillos. Justamente se reprimía de usarla porque depende de la atmósfera del texto; hay palabras que resultan naturales para cierto tono y palabras que directamente no van.? ?Hay una reflexión sobre la construcción de la novela que remite a la idea de que no se puede recordar el pasado tal como fue. ¿En toda novela donde hay evocación de un pasado se lucha contra algo que se escapa? ?Esa es una de las líneas más importantes, aunque no aparezca en un primer plano. Esa sensación de que hay un esfuerzo en la narración por recuperar algo que se escapa. Una de las intenciones ?oculta para los lectores, pero para mí muy clara? era recuperar el nombre de (José Emilio) Pacheco. Yo tenía muy buena memoria y cuando estaba dando la novela de Pacheco, Las batallas en el desierto, en una universidad similar a la que describo en la novela, el nombre de Pacheco se me escapaba. Quería decirlo y aun cuando estaba hablando de su novela desaparecía permanentemente. La novela de Pacheco tiene que ver con la cuestión del recuerdo, de cómo hay algo de ensoñación, algo que se desdibuja y se vuelve impreciso. Uno cree recordar muy bien, pero cuando toca esos recuerdos, se deshacen.

?Sólo se puede recordar con ayuda de la imaginación, recordar también es inventar, ¿no?

?Hay distintas estrategias para lograr recobrar parte de lo que fue el pasado. Por un lado está la estrategia de Las batallas en el desierto: el armado de listas de cantantes, películas y series de televisión, que como escaleritas ayudan a recuperar el momento histórico. La otra es la de Proust: dejar que en algún momento irrumpa algo del orden de lo sensorial; entonces el narrador de mi novela, mientras están ocurriendo los hechos en presente, trata de rescatar las impresiones sensoriales a través de la escritura de un diario. Ese es el sentido del diario: un segundo ahondamiento en el nivel de la escritura, es decir que es una novela que tiene dos tiempos o dos modos de escritura.

?¿Qué sucede con las tensiones entre lo íntimo y lo político en Yo también tuve una novia bisexual?

?Mi novela es del orden de lo privado, de lo íntimo, incluso lleva un diario íntimo en sí misma, pero en un momento irrumpe lo político y la toca. Si bien no se convierte en ningún momento en una novela política ?no me interesaba eso?, tampoco se puede decir que no sea una novela estrictamente política. Queda en esa especie de ?tierra de nadie? y quizá se necesite otra clase de categorías para definirla.

?Lo paradójico es que el diario preserva parte de la vida pública previa al atentado a las Torres Gemelas. El narrador se pregunta si no tendrá que darles la razón a quienes dicen que toda escritura tuerce su propósito. ¿Le pasó algo parecido mientras escribía esta novela?

?Parte del asunto de la tensión de escribir es no dejarse desviar. A Patricia Highsmith le preguntaron si alguna vez se le rebelaron los personajes. Y ella dijo: ?Cada tanto lo intentan, pero también yo tengo que saber decirles quién es el jefe? (risas). Se suele decir que los personajes cobran vida y hacen lo que quieren, un cliché romántico; por eso me gusta la respuesta de Highsmith. Cuando uno empieza a escribir, no sabe el potencial que tiene cada personaje o situación. Naturalmente algunas son más interesantes para desarrollar y uno también elige caminos, se desembaraza de algunas cuestiones y sacrifica otras. Esta novela iba a ser un cuento, el último cuento de un libro sobre sexo y muerte que estoy escribiendo hace tiempo, Los reinos de la posición horizontal, una historia de no más de 40 páginas. Pero cuando llegué al capítulo en el que empieza el diario íntimo, decidí escribir ese diario porque necesitaba ahondar en lo carnal y sexual. Y al escribir el diario aparecieron otras dimensiones de la novela; entonces algo que fue un recurso estructural se convirtió en una parte importante de la historia y transformó lo que era un cuento en una novela. Así que hay algo de la escritura que se torció. De mis cinco novelas, cuatro surgieron de cuentos; son cuentos que se fueron expandiendo. (?) ?¿Cómo concibió esta idea de la ?preferencia fundada?? ?Hacía tiempo que estaba pensando en un proyecto como el de Wittgenstein en Observaciones filosóficas, donde vuelve a la cuestión del lenguaje de un modo que llamo de ?ingenuidad vigilada?: cómo se transmite el sentido a través del lenguaje, cómo aprende un niño. Quería hacer algo así para tratar de estudiar por qué a uno le gustó tal texto y no tal otro, que quizá está escrito en la misma época histórica y con las mismas técnicas narrativas; qué es lo que hay del talento de un escritor que a un lector le impresiona de una forma estética particular y a otro lo deja indiferente. La ?preferencia fundada? es volver a un texto y tratar de dar las razones y los argumentos, que ya sería un gran aporte porque lo más difícil de la impresión estética es comunicar el porqué. A veces es más fácil entender lo que no gusta, pero es mucho más difícil lograr transmitir por qué algo parece excelente o admirable.

?¿Pero qué espacio ocupa el gusto?

?Yo no planteo que haya que dejar de lado el gusto, me parece que es imposible de extirpar. Lo que propone la teoría es que el gusto personal tiene que ser algo así como axiomas transitorios que uno asume al inicio de la vida de lector. Me gusta esta clase de novelas, pero a continuación leo una que se opone a ese sistema y sin embargo me gusta. La primera vez que leí La montaña mágica me pareció pesada, no entendía por qué se la consideraba una obra maestra. La releí 15 años después y empecé a entender de qué estaba hablando y cómo estaba vertebrada. Uno tiene que mantener las opciones abiertas para cotejar con las obras que desafían las preferencias. De esta manera cada lector genera un sistema de apropiación y rechazo de obras, pero también de modificación de criterios, si es honesto intelectualmente. Es un juego que se juega a solas y no habría motivos para no revisar cuáles son los conceptos que finalmente uno elige para apropiarse o rechazar obras.

?Hablando de juegos, el título de la novela, Yo también tuve una novia bisexual, juega con una fantasía muy generalizada entre los hombres.

?Como dice Marcelo Birmajer: ?Una novia bisexual es la última utopía posible? (risas). En realidad, el ?también? del título refiere a otra cuestión. Hasta finales del siglo XIX, el sexo era un tema tabú: todo era antesalas, suspenso previo, prolegómenos y finalmente una puerta cerrada que dejaba al lector afuera. En el siglo XX hubo una super explosión del sexo a través de Lolita, Henry Miller, Bukowski y el realismo sucio, pero se pasó a otra clase de cliché: el sexo gay o travesti o el sexo asociado a lo sórdido, a la violencia, como si lo literario entrara para rarificar lo sexual, en el sentido más bien de lo violento del poder. Yo quería rescatar una relación sexual intensa con sus escalamientos, pero que tuviera cierta naturalidad. Y que además mostrara todas las dimensiones que se integran a lo sexual. El ?yo también? es como decir que se puede contar la relación sexual de otra manera. Lo que traté de evitar fue que en la novela apareciera un trío, para no caer en el lugar común. Conseguí evitar el trío en la ficción, estoy muy orgulloso por eso (risas).

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11 de agosto de 2011
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Stevenson releído

Estampilla con R.L. Stevenson El sacerdote y crítico literario chileno Ignacio Valente no le gustan las ?laboriosas? novelas contemporáneas. Ni de Julian Barnes ni de Philippe Claudel. Lo que le gusta es la economía del lenguaje que encuentra en autores como Truman Capote y, en especial, Robert Louis Stevenson. Invitado como columnista en la ?Revista de Letras? de El Mercurio comenta la reedición de los Cuentos Completos (Mondadori) del autor escocés. Dice la nota:

Como era de prever, la lectura -y aun más la relectura- de los Cuentos completos de Robert Louis Stevenson (1850-1894) nos depara en sus mil páginas un gozo grande, que hallamos pocas veces en la narrativa actual. Leo a Julian Barnes, leo a Philippe Claudel, leo a éste y aquél y? me dejan gusto a poco. ¿Dónde están hoy el poder de síntesis, la fuerza, el lenguaje que fluye, la sensación de vida, la hondura, el dibujo de los caracteres que encontramos tan seguido en nuestro autor? (?) Obviamente, estos muchos relatos, la mayoría nouvelles, no tienen una calidad pareja. Digamos que un tercio del libro es de excelencia: ¿se puede pedir más? El resto es un contexto necesario, que por largos trechos no defraudará al lector. Los primeros cuentos o capítulos incluidos en ?El club de los suicidas? y en ?El diamante del rajá?, así como los tres o cuatro que siguen, son interesantes pero un tanto ingenuos o excéntricos, y entre ellos y nosotros se nota el tiempo transcurrido. Así, hasta que llegamos a esa obra maestra que es ?El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde?. He leído varias veces esta novela corta, desde mis años escolares hasta hoy, pero el placer que me ha producido ahora es todavía mayor. Y, cosa notable, la ausencia de aquel suspenso original de la primera lectura, que es un resorte clave de esta intriga, no sólo no disminuye su atractivo sino que casi diría que lo aumenta, porque nos permite apreciar mejor -analíticamente- cómo el autor entra en materia, cómo dosifica la información, sugiere unos hechos y vela otros con suma habilidad, hasta llegar al terrorífico remate que lo esclarece todo. Dos elementos dan forma a esta obra: una idea brillante, la doble personalidad inducida por la química, y su desarrollo narrativo ejecutado con mano segurísima. El primer elemento -el fantástico- posee dos valores añadidos: su dimensión preternatural no consiste en los trillados fantasmas ni demás parafernalia de ultratumba, sino que es interior a la psique y al soma del protagonista; y además contiene una honda revelación psicológica y fisionómica del mal moral en el corazón del hombre, con centro en Hyde y en el aura maligna que él irradia espantosamente. En ambos sentidos -fantástico y moral-, me parece superior a Poe. La extensa confesión final del Dr. Jekyll corría el riesgo de parecer un deus ex machina , una mera explicación ulterior del misterio precedente; pero a poco andar, cobra substancia propia, se adentra en las honduras abismales del bien y el mal -sobre todo del mal- en la naturaleza humana, llega a ser una parte integrante del relato mismo, incluso la más interesante, y le otorga su coherencia global. (?) No había notado yo, antes de esta lectura completa, lo recurrente de la dimensión fantástica en Stevenson (que vuelve a aparecer en ?El ladrón de cadáveres?). Más bien se lo considera, y con razón, una de las cumbres de otro género, el relato de aventuras. De las narraciones de ese tipo recomiendo aquí ?La playa de Falesá?, una nouvelle de los mares del sur, que no va muy a la zaga de ?La isla del tesoro? (y es harto decir). De ella daré tan sólo, para no alargarme más, el siguiente testimonio personal: es uno de los textos más hermosos y amenos que he leído dentro del doble género del relato de aventuras y la novela de amor, protagonizado en una isla del Pacífico por tres personajes de perfil consumado como caracteres: el comerciante inglés decente, la indígena polinesia y el comerciante inglés desalmado.

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11 de agosto de 2011
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Escritores chilenos contra funcionaria

Momentos difíciles en Chile Las cosas están muy movidas entre los estudiantes y el Gobierno en Chile, y es obligación de los funcionarios el poner paños fríos en momentos tan delicados. No ha sido esa la actitud de la funcionaria del Consejo del Libro y la Lectura, Tatiana Acuña. 180 escritores y artistas chilenos, entre ellos Diamela Eltit, Raúl Zurita, Alejandra Costamagna, Andrea Jeftanovic, Alejandro Zambra, Carlos Labbé, etc. han firmado un comunicado donde repudian la lamentable actitud de la funcionaria. Dice la nota:

Más de 180 escritores, poetas, fotógrafos, académicos, artistas visuales y críticos hicieron pública una carta dirigida al ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, en la que manifiestan su ?más profundo repudio? a la secretaria ejecutiva del Consejo del Libro y la Lectura, Tatiana Acuña. En medio de los incidentes que se producían el pasado 4 de agosto, la funcionaria escribió ?Matando a la perra se acaba la leva? en su cuenta de Twitter. Según la misiva, el mensaje es ?una abierta instigación al asesinato de la dirigenta universitaria Camila Vallejo?, presidenta de la FECH, quien ha recibido amenazas luego que sus datos personales fueran divulgados en la misma red social. ?Tiene el agravio adicional de usar una expresión obscena que se inscribe en una alarmante misoginia. Su juicio aniquilador fue emitido justo en las horas que se cursaba una de las peores represiones policíacas a la protesta estudiantil extendida a lo largo de todo el territorio nacional?, señala la carta, firmada por Poli Délano, Raúl Zurita, Kemy Oyarzún, Diamela Eltit, Patricio Manns y Paz Errázuriz, entre otros. Los 172 firmantes, además de una decena de escritores desde Argentina, Uruguay y España, señalan al ministro Cruz-Coke que ?usted entenderá que las palabras emitidas masivamente por una funcionaria pública de alto nivel de su institución son completamente inaceptables para el ámbito literario que debe ser entendido como un espacio que busca crear las bases para una sociedad crítica, justa y tolerante?.

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11 de agosto de 2011
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La generación "Genbaku bungaku"

Fat Man, la bomba que cayó en Nagasaki El 6 de agosto cayó la primera bomba atómica en Hiroshima. El 9 de agosto otra bomba cayó en Nagasaki. Después de 66 años, las resonancias de esas bombas aun se escuchan fuerte en las obras literarias de la llamada Literatura de la Bomba Atómica o Genbaku bungaku. Raquel Andrés escribe en La Vanguardia un artículo respecto a esa generación de escritores japoneses. Dice la nota:

Las bombas atómicas no silenciaron absolutamente el rechazo de muchos escritores a la crueldad de la guerra. A partir de las tragedias de Hiroshima y Nagasaki, surgió una corriente literaria conocida como ?genbaku bungaku? (literatura de la bomba atómica) a las puertas del renacimiento de un Japón pacifista con el polémico artículo 9 de la Constitución de 1947 impuesta por su verdugo. La literatura de esta época está escrita básicamente por los ?hibakusha?, que es como se conoce a los supervivientes de las bombas atómicas que decidieron narran sus propias experiencias de la tragedia. ?Me salvé porque estaba en el lavabo??. Así comenzaba Flores de verano (Impedimenta), un relato de apenas veinte páginas de la escritora Hara Tamiki, publicado en 1947 y donde expresaba el desastre de Hiroshima con crudeza. Ôta Yôko escribió las novelas Ciudad de cadáveres (1948), Harapos humanos (1951) y Medio humano (1954), también testimonio de Hiroshima. La literatura del ataque nuclear también abarca la poesía de Tôge Sankichi en su recopilatorioPoemas de la bomba atómica y los Huevos negros de Kurihara Sadako. La literatura ha servido como catalizador del dolor en una sociedad considerablemente hermética a la hora de manifestar públicamente los sentimientos. Más allá de las publicaciones que vieron la luz inmediatamente después del desastre, autores que no fueron testimonios directos, escribieron obras posteriores a modo de reflexión. Es el caso del premio Nobel de Literatura japonés en 1994, Kenzaburô Ôe, que publicóApuntes de Hiroshima en 1965 invitando a la reflexión sobre el uso de la energía nuclear como base del desarrollo económico. También Ibuse Masuji escribió Lluvia negra (Libros del Asteroide, 1966) en recuerdo a la explosión atómica de Hiroshima. Por otro lado, Oda Makoto, un escritor relacionado con la izquierda política nipona, escribióHiroshima (1981), donde criticaba el papel victimista que adoptó su país tras la catástrofe y su sumisión a los norteamericanos. Dos bombas atómicas que demostraron lo que el ser humano era capaz de hacer. Se filtró el temor entre la población mundial dando origen al conflicto de la Guerra Fría, bajo la sombra de una gran amenaza nuclear. Tras el desastre de Fukushima, el terror resurge de nuevo y los japoneses se replantean, por enésima vez, si la energía nuclear es una buena opción. Con motivo del reciente 66 aniversario de la bomba atómica de Hiroshima, el Asahi Shimbun resumió la inquietud de gran parte de la sociedad japonesa en una pregunta: ?¿Qué tipo de efectos a largo plazo tiene la exposición a la radiactividad sobre la salud humana??.

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10 de agosto de 2011
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"El perro de los Baskerville" de Pierre Bayard

carátula de la novela Pierre Bayard, autor del provocador Cómo hablar de los libros que no se han leído, ofrece en su nuevo libro, El caso del perro de los Baskerville, una novela policial escondida bajo la apariencia de un ensayo sobre Sherlock Holmes y su método de análisis criminal. Pero Bayard, al mejor estilo de Jorge Luis Borges, en vez de escribir una novela prefiere comentar un libro homónimo ya escrito (y publicado en 1901). Uno de los más célebres, además, de Arthur Conan Doyle. Leer la reseña completa en ?Basta de carátula?

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10 de agosto de 2011
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El "rentrée" español

Jonathan Franzen, la estrella del ?reentrée? español A fines de agosto se acaban las vacaciones de verano en España, y con ello empieza el ?reentrée? español: las novedades inundan con fuerza las librerías durante el otoño. Javier Rodríguez Marcos comenta en El País los títulos más llamativos entre estas novedades -encabezados por Freedom de Jonathan Franzen, traducido literalmente como Libertad y un ambicioso panorama literario latinoamericano escrito por Carlos Fuentes y editado por Alfaguara- que tendrán a los afortunados españoles (a los no afectados por la crisis, se entiende) yendo a las librerías cada fin de semana para ver qué pescan. Dice la nota:

Si la literatura fuera como el fútbol Libertad (Salamandra), de Jonathan Franzen, sería uno de esos partidos del siglo que se juegan cada cierto tiempo. Cuando esta novela de 600 páginas se publicó en Estados Unidos hace un año la revista Time le dedicó la portada a su autor, algo que solo habían conseguido escritores como Joyce, Nabokov o Salinger. En su caso, además, el titular era rotundo: ?El gran novelista americano?. El hecho de que Obama se interesara por el libro antes de su aparición ya había puesto bajo los focos a un narrador que atesoraba dos medallas: el National Book Award por su novela anterior, Las correcciones (Seix Barral), y haber rechazado la invitación para salir en el programa de televisión de Oprah Winfrey. Para algunos Libertad es la primera novela del siglo XXI. Para otros, la última del XIX. Los primeros se basan en su contenido: la historia de una familia de Minnesota que con el cambio de milenio pasa de acercarse al ideal para convertirse en una fábrica de sospechas. Los segundos, entretanto, subrayan un modo de narrar ese contenido que acerca a Franzen a autores como Tolstoi, Dickens o Balzac. Para ambos, la novela como género sigue siendo la historia privada de las naciones. En este caso, la más poderosa del planeta. Un lugar en ocasiones ideal, sospechoso en otras. (?) Uno de los jóvenes autores españoles que mejor ha sabido armonizar la ambición en la forma y la contundencia en los temas, la historia de la vida privada y la de la vida pública, es Isaac Rosa, autor en 2004 de El vano ayer, una de las grandes obras sobre el antifranquismo. En septiembre, Rosa publicará su cuarta novela, La mano invisible (Seix Barral), una aproximación desde la ficción al mundo laboral que podría tener su cara testimonial en El muelle de Ouistreham (Anagrama), de Florence Aubenas. En su reportaje, la periodista francesa narra su experiencia durante los días de 2007 en que, tras estallar la crisis, se inscribió en el paro poder contar desde dentro el cruce de explotaciones y humillaciones a las que son sometidos muchos trabajadores. Los de la limpieza, por ejemplo. Como ella. Hay, no obstante, otra Francia y casi toda estará en Anagrama, que desembarca apostando por nuestros vecinos (Beigbeder, Roudinesco). La estrella más rutilante es Michel Houellebecq con El mapa y el territorio, novela ganadora del último premio Goncourt después de que el autor de Las partículas elementales despotricara durante años contra el galardón. Al final se lo llevó con su ácido retrato del mundo del arte contemporáneo en el que él aparece como personaje: ?Un autor agradable de leer?, escribe de sí mismo. (?) La primera revolución democrática del mundo árabe, la acontecida en Túnez, ya tiene quien la explique: Sami Naïr, que publica simultáneamente en árabe, francés y español La lección tunecina (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores), un libro tejido con entrevistas a los que encendieron una llama que todavía sigue encendida. De algo más al este llegan los relatos de un clásico vivo, el cairota Alaa Al Aswany, opositor a Mubarak y autor del celebérrimo El edificio Yacobián. Su libro Deseo de ser egipcio (Mondadori) reúne una serie de cuentos que las autoridades de su país rechazaron con el argumento de que contienen ?opiniones subversivas al tiempo que se burlan de los valores de la sociedad egipcia, el Estado y la Patria?. La actualidad, la historia y la memoria mandan en el otoño casi tanto como eso que llaman ?los mercados?. De las tres cosas hay en Esperanza (Roca), la crónica biográfica en la que Jesús María Santos retrata a Esperanza Pérez, una española de Cuba que terminó viendo cómo su hijo engrosaba la lista de los desaparecidos en la Argentina en la dictadura militar. Por lo demás, una de las mesas de novedades más poblada será la de los ensayos literarios con Juan Benet (Lumen), Umberto Eco (Debate), Zadie Smith (Salamandra), Orhan Pamuk (Mondadori) o T. S. Eliot (Lumen). Además, un inédito inesperado: el Diario anónimo escrito por José Ángel Valente entre 1959 y 2000 (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores). Por el lado de la imaginación, el otoño verá llegar a las librerías los cuentos completos de Antonio Muñoz Molina (Seix Barral), Manuel Rivas (Alfaguara) y, en 2.500 páginas y tres tomos, los de Pirandello (Nórdica). También relatos -Carolina Grau- publicará Carlos Fuentes, que hace doblete con el monumental volumen La gran novela latinoamericana (Alfaguara), un panorama que va de los tiempos de la conquista a Juan Gabriel Vásquez. Sin olvidarse, por supuesto, del boom de los años 60. ?Nosotros queríamos contar lo que la historia no había contado?, dice el escritor mexicano refiriéndose a su generación. ?Los autores que vinieron luego ya no tenían esa pretensión?. Algunos, no obstante, todavía la conservan. Y llegan en septiembre.

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9 de agosto de 2011
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NH_485: mi nuevo libro en Anagrama

Un sueño fugaz, mi nuevo libro Le doy gracias al blog ?Casa de libros perdidos? por considerarme como un ?peso pesado? (espero que no lo diga por el peso, que he perdido en estos meses de rehabilitación) en la oferta editorial de Anagrama para el mes de marzo, junto a Ian McEwan, Amelie Nothomb y Alessandro Baricco.  Lo que ocurre es que mi nuevo libro, una novela dividida en cuentos, Un sueño fugaz, acaba de aparecer en Anagrama. Hoy me llegó la caja con mis ejemplares de autor. La carátula de Eduardo Tokeshi se ve fantástica. Aun no estoy seguro si Océano imprimirá el libro para el Perú o tendrá que esperarse la importación. La distribuidora no se ha comunicado conmigo aun. Apensa sepa algo, les diré cómo es la cosa. Espero que no tengan que pagar, en Perú, 100 soles por mi libro. Solo espero eso. Les dejo aquí la página de novedades de Anagrama para este mes, Y aquí la contratapa de mi libro.  Dice la contratapa:

Hace una década, Iván Thays publicó La disciplina de la vanidad donde un grupo de escritores se angustiaban por saber quienes eran los llamados al éxito literario. Pero dentro de esa novela había otra novela. La de un escritor que tuvo su cuarto de hora de fama, que luego vivió la frustración y el fracaso en la vida y en la obra, va reencontrándose con viejos amigos de un taller literario para adolescentes llamado Centeno, y aceptando en cada encuentro su vida extinguida. Un sueño fugaz es esa novela. Se trata de una road movie literaria que se mueve no a través del espacio sino del tiempo. Un viaje que empieza con un escritor cuarentón que vive en Venecia con una mujer a quien no ama y el fantasma de un hijo fallecido, y termina en Lima, cuando es ya anciano y es visitado por una groupie literaria que lo considera un autor «de culto» y que parece no haberse enterado de que ese hombre vive según la máxima de Rudyard Kipling: «debes encontrarte con el éxito y el fracaso, y tratar a esos dos impostores de la misma manera». Al fin y al cabo, ¿qué es el éxito o el fracaso para aquel que ha descubierto que la vida es tan sólo un sueño fugaz del que estamos condenados a despertar? Con este nuevo libro, el peruano Thays hace ciertas las palabras de Mario Vargas Llosa, quien escribió en su día: «Iván Thays es uno de los más interesantes escritores que han aparecido en América Latina en años recientes.»

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2 de marzo de 2011
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las hermosas brisas rojas continuaron soplando en armonía

rojo, marrón y blanco. marc rothko VI. Ideas  A la larga Gerión aprendió a escribir. María, la amiga de su madre, le regaló un hermoso cuaderno japonés con portada fluorescente. En la portada Gerión escribió Autobiografía. Adentro anotó los hechos. Totalidad de hechos que se conocen acerca de Gerión. Gerión era un monstruo todo en él era rojo. Gerión vivía en una isla del Atlántico llamada el Lugar Rojo. La madre de Gerión era un río que desemboca en el mar el Río de la Dicha Roja el padre de Gerión era oro. Algunos dicen que Gerión tenía seis manos seis pies algunos dicen que alas. Gerión era rojo también lo era su extraño ganado rojo. Heracles llegó un día mató a Gerión se llevó el ganado. Después de los Hechos puso Preguntas y Respuestas.  PREGUNTAS  ¿Por qué mató Heracles a Gerión?    1. Por violento   2. Lo tuvo que hacer era uno de Sus Trabajos (10°)    3. Se le metió la idea de que Gerión era la Muerte de otro modo podría vivir para siempre.   FINALMENTE Gerión tenía un perrito rojo Heracles también lo mató. De dónde saca sus ideas, dijo la maestra. Era día de Padres y Maestros en la escuela. Estaban sentados codo a codo en los escritorios diminutos. Gerión vio cómo su madre se quitaba una brizna de tabaco de la lengua antes de decir: ¿Alguna vez escribe algo que tenga un final feliz? Gerión se quedó pensativo. Luego se estiró y con cuidado retiró la hoja escrita de la mano de la maestra. Se encaminó a la parte posterior del aula, se sentó frente a su escritorio de siempre y sacó un lápiz.    Nuevo Final.    Por todo el mundo, las hermosas brisas rojas continuaron soplando en armonía.  ANNE CARSON  Traducción de Tedi López Mills Letras Libres

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26 de febrero de 2011
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Enhorabuena, John Banville

John Banville Siguen las reseñas positivas de Los infinitos de John Banville, editada por Anagrama en noviembre del 2011. Parece imposible que la novela aun no llegue a Lima. Qué diferencia con Colombia, donde los libros de Anagrama llegan casi al instante gracias a que consiguieron una distribuidora estupenda. Acá los libros no llegan, y si llegan no están en todas las librerías. Una lástima. Por lo pronto, podemos leer las reseñas. ¿Qué más nos queda? Dice la reseña de Nadal Suau en El Cultural:

Los infinitos resulta, por temática, una novela existencialista: habla de la muerte o la otredad como límites del individuo, y del amor como superación, quizás falsa pero consoladora. Más existencialismo: un kierkegaardiano ?temblor? recorre a los personajes. Más: Banville escribe sobre el tiempo y la materia con enorme profundidad.El irlandés es tan inteligente que a ratos nos preguntamos si se apiadará de sus criaturas o se conformará con someterlas a su juguetona ironía. A fin de cuentas, el dios-narrador Hermes dice: ?no pretendemos ser benignos, sólo somos festivos?. Obtenemos la respuesta en esta obra cuya emocionante belleza demuestra que, aunque parezca absurdo conceder importancia a la vida de un individuo, sigue siendo imposible desprenderse de ficciones tan hermosas como el amor o el sentido del dolor. Adam Godley, centro de Los infinitos, contuvo el tiempo en un concepto físico: el cronotrón. Paralelamente, Banville nos ofrece una narración metafísica con el ropaje de su prosa más física: junto a metáforas y símiles poéticos recurrentes en él, nos explica gráficamente cada movimiento, gesto y acción, como si una contracción abdominal pudiera iluminar el sentido del mundo. Esta prosa es apabullante. También lo es su asombroso uso del narrador y la focalización. ¿Basta todo lo dicho para sentenciar? Pues lo siento, no. Ya advertí que me serviría de un truco barato para remachar mi reseña: al autor lo ha atravesado el rayo de Júpiter y, tocado por la gracia, ha escrito su mejor libro. Aunque claro, ya dijo Kierkegaard que ?cuando falta lo humano, lo grande deja de serlo?. Así que: enhorabuena, John Banville. 

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26 de febrero de 2011
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10 libros odiados (por los snobs)

snob En una nota de El Mercurio de Chile encuentro una mención al libro Diccionario de literatura para los snobs (editado en el 2007), de Fabrice Gaiginault y publicada en España por Impedimenta. En el artículo de Constanza Rojas se transcribe los 10 libros que deben ser odiados por todo aquel que se considere un snob. Aquí les dejo la lista. ¿Podríamos hacer una con libros latinoamericanos y españoles? Bella del señor (Albert Cohen) El extranjero (Albert Camus) El amante (Marguerite Duras) El Principito (Antoine de Saint Exupery) La condición humana (André Malraux) Las uvas de la ira (John Steinbeck) El viejo y el mar (Ernest Hemingway) La náusea (Jean Paul Sartre) La espuma de los días (Boris Vian) En el camino (Jack Kerouac)

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21 de febrero de 2011
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