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Escrito por

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

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Jean Echenoz en Barcelona

Jean Echenoz El escritor francés Jean Echenoz está en Barcelona, donde hoy presentó su novela Relámpagos (Anagrama), el cierre de su trilogía sobre personajes reales como Ravel (dedicada al músico Maurice Ravel) y Correr (dedicada al deportista Emir Zatopek). En El Cultural, Jacinta Cremades le hace una entrevista. Anuncia ahí que con esta novela se acaba su serie de libros biográficos y volverá a la ficción de las extraordinarias Me voy o Al piano. Dice la nota:

(?) en sus tres últimos libros que forman ya una trilogía y que en España ha publicado Anagrama, Ravel, Correr, y, más recientemente Relámpagos, Echenoz ha dejado el género puramente de ficción para adentrarse en personajes reales: ?Fue un encadenamiento un poco venturoso. -asegura a El Cultural-. Al principio, quería que apareciese el personaje de Maurice Ravel en un proyecto de ficción, y es el que, finalmente, abrió esta aventura entre realidad y fábula. Trabajar sobre su vida, de forma romanesca más que biográfica, reemplazó mi primera tentativa. Dos libros siguieron a este proyecto, Correr y Relámpagos, porque me apeteció explorar un poco este modelo y abordar tres vidas muy diferentes: un artista, un atleta y, luego, un sabio?. Estas tres biografías literarias ponen de relieve al personaje, su carácter particular, su dedicación absoluta al trabajo, de una forma tan novelesca que, a veces, nos olvidamos de que ha existido de verdad. ¿Hay más imaginación o investigación? Para Echenoz ?la investigación ha sido un elemento esencial en la redacción. Antes de empezar a escribir sobre Ravel, por ejemplo, creo que leí, más o menos, todo lo que se había escrito de él en francés, testimonios de sus contemporáneos, sus propios escritos, etc. No existían tantos testimonios sobre Emil Zàtopek, de modo que cuando escribí Correr lo que hice fue investigar en la prensa deportiva de la época. Y para Relámpagos, que es la novela más ?romanesca? de las tres, utilicé varios elementos de la vida de Nikola Tesla?. Echenoz confiesa que la documentación siempre ha sido una parte muy importante en la redacción de sus libros. ?Es un momento que me gusta mucho. No trabajo solamente sobre textos, también con fotografías, películas, sonidos, etc. A partir de todo esto, la imaginación puede hacer su trabajo?. Las novelas se acercan a Maurice Ravel, Emil Zàtopek y Nikola Tesla, tres personajes que, aparentemente, no tienen nada en común, pero que, sin embargo, muestran actitudes similares ante la vida. ?Yo creo, imagino, que su punto en común es la soledad. El hecho de dedicar su vida a una obra y que esta obra les robe la vida?.¿Podemos descubrir aspectos de Jean Echenoz a través de ellos? ?Tuve que identificarme más o menos con los tres al trabajar sobre ellos, aunque también me identifiqué con los personajes de ficción. Si tuviera que escoger a uno por afinidades particulares elegiría a Maurice Ravel por varias razones. Entre otras cosas, conozco su obra musical desde mi infancia y he visitado su casa muchas veces?. Para terminar, le pedimos que nos hable de lo que escribe en estos momentos: ?No me gusta mucho hablar sobre lo que estoy trabajando. Pero sí que es cierto que no quiero seguir escribiendo sobre vidas reales. Prefiero hoy en día volver a la ficción. Fue la ficción la que me condujo a jugar con un modelo más o menos biográfico, y es precisamente este último el que me impulsa ahora a volver a la novela?. 

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24 de enero de 2012
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Se viene el Hay Festival Cartagena 2012

Cristina Fuentes preparando el Hay Festival Cartagena 2012 Esta semana empieza el inolvidable Hay Festival Cartagena 2012. El invitado de honor será Jonathan Franzen, en plena efervescencia, pero seguro habrán muchas más mesas interesantes (también asistirá Carlos Fuentes, por ejemplo). Imposible olvidar Cartagena, una de las mejores experiencias que he tenido jamás (me tocó ir en el 2008) a nivel literario y a nivel personal. Y como siempre lo he dicho, una de las razones principales para que este evento (como todos los Hay Festival) tengan ese toque maravilloso de confraternidad son Cristina e Izara, quienes dirigen los hilos lanzados por Peter Florence. Aquí una entrevista de Semana a Cristina Fuentes, quien en este momento -la conozco bien- debe andar con la cabeza a mil, estando próximo al evento. El domingo volverá a ser la chica zen que siempre es. Dice la entrevista: 

SEMANA: ¿Fue difícil convencer a Carlos Fuentes de que viniera?CRISTINA FUENTES: Fue difícil concretar el año, pero en realidad fue él quien sugirió por primera vez venir a Colombia y fue quien dijo que Cartagena necesitaba un Hay. SEMANA: Para trabajar en cualquier país es necesario entender su realidad. ¿A usted le costó eso con Colombia?C.F.: Esa realidad es muy compleja. Sin embargo, contar historias es universal y eso nos facilitó una labor social importante con los chicos en Cartagena y, de paso, nos ha ayudado mucho a entender lo que pasa en este país. SEMANA: ¿Cuál fue el secreto para lograr un Hay a la colombiana?C.F.: El secreto es el público tan maravilloso. Hay una parte de ustedes que refleja un país que adopta todo, que saborea a su manera.SEMANA: Acá todo el mundo pide boletas regaladas. Eso no pasa en Gales, donde nació el festival. ¿Cómo maneja eso?C.F.: Es muy complicado. Ofrecemos las boletas de estudiantes a un precio asequible y estamos intentando reducir al máximo posible el número de pases VIP. Ojalá la gente entienda que no todo debe ser gratis. SEMANA: ¿Por qué vale la pena comprar una boleta del festival?C.F.: Ampliar la mente es el mejor regalo que nos podemos hacer. Ir al festival es una forma de crear ideas y de tener esperanza. SEMANA: ¿Es malo decir que hay un mal escritor?C.F.: Es bueno ser crítico con todo. Así como hay buenos cocineros, hay unos muy malos. Y existen unos que no son malos, sino que son para públicos específicos.SEMANA: Déme el nombre de un mal escritor.C.F.: ¡A ellos no los invitamos!SEMANA: Para usted, ¿qué es literatura?C.F.: Es jugar con la realidad y la imaginación. Es como una gran mentira pero que dice todas las verdades del mundo.SEMANA: Bajo esa descripción, ¿qué le gusta?C.F.: La literatura de ficción, las novelas. La novela es un género muy completo. Me encantan Vargas Llosa y Jonathan Franzen, un escritor estadounidense que traemos por primera vez. SEMANA: ¿Le ha llamado la atención escribir?C.F.: De pequeña escribía mucho, ¡hasta soñé con ser escritora! La literatura es un arte con el que me siento muy cómoda, pero más como lectora. SEMANA: ¿Qué le deja el Hay a Colombia?C.F.: El festival es un catalizador de iniciativas y nosotros, en particular, dejamos semillas de educación. Proponemos y aplicamos un modelo diferente de consumir la cultura.

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24 de enero de 2012
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"La escritura es una compulsión o una enfermedad"

Paul Auster Amenazado de muerte, resistiendo gracias a sus lectores, el diario español Público sigue dando batalla y mostrando su importancia en el mundo editorial de habla hispana. Por ejemplo, la extensa entrevista que Alex Vicente, desde Nueva York, le hace a Paul Auster a propósito del libro Diario de invierno editado por Anagrama, primero en digital y luego en versión impresa (a partir de febrero) y que aún no ha sido publicado en Estados Unidos. Algunas preguntas:

La meteorología es uno de los temas recurrentes en el libro. ¿Le afectan los cambios de tiempo y de estación? Soy muy sensible al tiempo, como la mayoría de gente. El tiempo es un tema neutro del que habla todo el mundo, en todos los rincones del planeta, porque no requiere una conexión emocional con tu interlocutor. Y, al mismo tiempo, diría que existe algo más profundo al respecto. El tiempo es una de las pocas cosas que el ser humano no puede controlar. Es el universo el que decide si brillará el sol o si caerá una lluvia torrencial. Hablar del tiempo es algo que nos une como especie. Es como decir: ?Yo soy humano y tú eres humano?. Expone su intimidad con una valentía infrecuente para un escritor de su estatus. ¿No era reticente a contar tanto? No me daba ningún miedo ser honesto. Todos somos seres humanos y mis experiencias son como las de cualquiera. Incluso la pérdida de mi virginidad en ese lúgubre burdel neoyorquino que describo en el libro. A mí me parece una historia bastante cómica, con la que seguro que muchos lectores se identificarán. Cuando practicas sexo por primera vez, eres un crío que ni siquiera sabe dónde queda cada cosa. Es algo que cuesta un tiempo aprender [risas]. De lo que estoy hablando es de lo que se siente al estar vivo. No creo que mi historia sea tan diferente. Pues, a ratos, se diría que pretende celebrar una existencia que no acaba de ser tan corriente como las demás. ¿Está de acuerdo? No escribí este libro para vanagloriarme sobre lo que he vivido. No tiene nada que ver con eso. De verdad, mi vida no ha sido excepcional. Lo que ha sido es afortunada. No he conocido la guerra. Mi ciudad nunca ha sido bombardeada o invadida. Nadie ha matado a mis padres con un fusil en medio de la calle. No he sido víctima de una plaga o epidemia. Me he podido ahorrar todas las cosas que son capaces de arruinar una vida. (?) Entonces, ¿no lo considera una autobiografía en sentido estricto? Son fragmentos autobiográficos, pero no se trata de un relato preciso sobre toda mi existencia. ¿Que por qué elegí mi cuerpo como hilo conductor? Supongo que me pareció interesante. Me dije que nunca había leído un libro como este. Sé que eso no lo convierte automáticamente en un buen libro [risas]. Pero me pareció que, por lo menos, sería distinto. Hacía unos diez años que pensaba en escribir algo así, más o menos desde que sufrí un ataque de pánico en la cocina. Me di cuenta de que ese ataque formaba parte de una historia más larga en la que me apetecía indagar. Fue una experiencia muy violenta. Resultó aterrador que mi cuerpo me pudiera hacer algo así sin previo aviso. Cuesta borrarlo algo así de tu memoria. Es una experiencia de la que nunca terminas de desprenderte del todo. (?) ¿Prefirió resolverlo escribiendo? Escribir nunca me ha servido para resolver nada. La escritura no es ninguna terapia. Como mucho es una compulsión o una enfermedad. Nunca he entendido por qué alguien querría dedicarse a esto, excepto si tiene el sentimiento de que resulta absolutamente necesario. Lo único que puedo decir para justificar mi trabajo es que, durante las últimas tres décadas y media, he dado todo lo que tenía. Lo he hecho lo mejor que podía cada día de mi vida. Incluso cuando todo lo que he escrito durante un día ha terminado en la basura, me he podido levantar del escritorio y decirme a mí mismo: ?Por lo menos no has hecho trampas?. Pero se trata de una profesión extraña. Sentarse en una habitación y pasar todo el día solo no es algo que la mayoría de personas quieran hacer con su vida. La gente quiere estar ahí afuera, con los demás, haciendo cosas juntos. Se reprocha sin cesar haber dejado de ser ?un tipo duro?. ¿Por qué le costó aceptarlo? El ataque de pánico fue la primera señal. Siempre he sido un tipo robusto y atlético. He sido una de esas personas que nunca se ponen enfermas y que no se cansan casi nunca. Siempre me he sentido fuerte, física y mentalmente. Pero entonces te haces mayor y empiezan a pasarte cosas que no entiendes. El 3 de febrero cumpliré 65 años. Es como si no fuera posible que me haya hecho tan mayor. En el libro, no deja de describirse como un anciano, cuando en realidad nadie lo ve tan mayor. 65 años no es tanto. Claro, todavía estoy razonablemente bien. Y no voy en silla de ruedas, pero ya veremos cómo termina todo esto. Vuelva dentro de diez o 15 años y entonces a ver si dice lo mismo [risas]. Además, la gente que dice que no aparento 65 años no me conoce. Sólo han visto una fotografía en la solapa del libro, que en muchos casos fue tomada hace un par de décadas También parece torturado por sus errores del pasado. ¿No ha sido capaz de perdonárselos? Me atormentan los momentos en los que no he sido capaz de actuar como esperaba de mí mismo. Esos errores de comportamiento y de apreciación me siguen atormentando. Me hacen pensar que no soy el gran hombre que siempre creí ser. ¿Tiene que ver con el modelo de masculinidad de su generación, que no permite ninguna vulnerabilidad a los hombres? Puede ser. Pero, ¿no queremos todos ser héroes en nuestras vidas? ¿No quiere serlo usted? Siempre he intentado vivir mi vida de manera que pudiera merecer mi propio respeto. Y, en ocasiones, me he fallado. No estoy diciendo que se pueda ir por ahí sin cometer un error, sin fracasar alguna vez. Pero esos son mis errores y me siguen torturando. (?) Debe ser la frustración que implica su oficio. Debe ser eso, porque siempre me he sentido así. Incluso con mis libros más celebrados. Nunca me he sentido exultante al terminarlos. Y la única vez que me pasó, duró poquísimo ¿Cuándo sucedió? Fue al acabar La música del azar, en 1989. Me encontraba en mi casa de Vermont con mi mujer y mi hija Sophie. Al escribir las últimas líneas del libro, salí al porche a fumarme un puro con un enorme sentimiento de satisfacción. Me dije: ?Oh, cielos. Este será un gran libro. Por fin he escrito algo de lo que estoy plenamente orgulloso. Después de todo, puede que sí que sea un genio? [risas]. Sophie, que ahora tiene 24 años y es una mujer bellísima, entonces tenía sólo 2 y se pasaba el verano corriendo desnuda. Mi hija interrumpió mis delirios de grandeza y me dijo: ?Mira, papá, mira lo que hago?. Estaba defecando en medio del porche. Lo primero que tuve que hacer, tras creerme un genio, fue recoger lo que había dejado allí. Así que gracias, Sophie, por ponerme en mi lugar. Siempre he interpretado lo que hizo como una forma de crítica literaria [risas]. ¿Ha mandado Diario de invierno? a las personas de las que habla? Pues no. ¿Cree que se lo tendría que haber mandado a alguien en particular? A su exmujer, por ejemplo, la escritora Lydia Davis. ¿Cree que se molestará cuando lea lo que ha escrito sobre ella? No digo nada malo sobre ella. De verdad que no. Lo único que digo es que no nos tendríamos que haber casado, pero estoy seguro de que ella no se opondrá a esta afirmación [risas]. La verdad es que hoy tenemos una relación bastante buena. Espero que le apetezca leer este libro y estoy bastante convencido de que, cuando lo haga, no se enfadará. Las únicas personas con las que estoy enfadado y que podrían enfadarse son desconocidos o ya están muertos. (?) ¿Por qué se marchó a París durante los setenta? Necesitaba escapar de Nueva York. Estaba harto del clima provocado por la guerra de Vietnam. Estaba muy involucrado en la vida política y no estaba escribiendo demasiado, así que me pareció positivo marcharme a Europa unos meses. Acabaron siendo tres años y medio. Conocer otra cultura me dio una muy buena perspectiva respecto a mi país. Francia no es África, pero los franceses viven la vida de una manera muy distinta. La cultura francesa es muy partidaria del enfrentamiento, de la confrontación. En París conocí a algunas de las personas más malvadas que me he encontrado en la vida, pero también a algunas de las más generosas. A Samuel Beckett, por ejemplo. ¿Es cierto, como escribe en Diario de invierno?, que al despertar se pregunta cuántas mañanas le deben quedar por delante? Claro que es verdad. Hace muchos años que me hago esta pregunta. El reloj avanza sin demora y, matemáticamente, mis posibilidades se reducen. Si dividimos la existencia en cuatro estaciones, he entrado en el invierno de mi vida. Me acerco al final de mi vida. ¿Diría que lo mejor de su vida ya ha pasado? Espero que no. Todo el mundo quiere ser joven, pero en realidad es uno de los momentos más duros de la vida. En cambio, la madurez no está especialmente idealizada, aunque sea el momento en que los maestros se convierten en maestros. ¿Y, por último, diría que ya ha escrito su mejor obra? Espero que no sea así, pero ya lo veremos. Durante muchos años siempre tuve claro cuál sería mi próximo libro. Pero desde hace siete años, desde Brooklyn Follies, trabajo sin saber exactamente lo que haré a continuación. Los cajones están vacíos. Ahora escribo a más velocidad y mi concentración es mayor, pero también estoy más perdido que antes. Tal vez llegará un momento en el que no tenga ninguna idea más.

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24 de enero de 2012
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Más de 1,000 cartas de Cortázar

Aurora Bernárdez y Julio Cortázar En el año 2,000 aparecieron tres tomos. Hoy son cinco los tomos y más de 1,000 cartas las que publica Alfaguara de Julio Cortázar. Una labor de hormiga que ha tenido presa a Aurora Bernárdez, su albacea, y a sus colaboradores. Además, se publican cinco cartas inéditas, a modo de ejemplo, para conocer el lenguaje íntimo del narrador argentino. Hay una especialmente interesante, dirigida a Juan Carlos Onetti. Jorgelina Núñez comenta el epistolario en Revista Ñ:

La publicación en cinco volúmenes de la correspondencia del escritor en una edición corregida y aumentada en más de mil cartas respecto de la del año 2000 es una noticia tan feliz y nostálgica como el reencuentro con aquellas buenas cosas. La recopilación traza un arco que se inicia en 1937, cuando Cortázar es un maestro normal que da clases en la provincia de Buenos Aires y se extiende hasta enero de 1984, pocos días antes de su muerte en París. Es, desde todo punto de vista, un recorrido vital, la mejor biografía del escritor y probablemente su mejor novela, como bien lo señala Carles Alvarez Garriga en el texto preliminar. Las cartas ponen de manifiesto ?la formidable coherencia entre vida y obra, la absoluta falta de astucias o de renuncios, su gran disponibilidad?. Casi cincuenta años en los que no hay un mes en el que no le haya escrito a alguno de los muchísimos y variados destinatarios. Pero, ¿quiénes son los destinatarios? Todos aquellos a quienes Cortázar necesita dirigirse de manera perentoria, ya sea por cuestiones de amistad y cariño, lo que sucede la mayoría de las veces (un lugar privilegiado ocupan la familia Jonquières y el excéntrico Fredi Guthmann, con quienes el contacto epistolar se extiende durante décadas) o porque precisa comentar trabajos ajenos, responder las solicitudes de los estudiosos de su obra y compartir intereses con otros escritores (la lista, en este sentido, es larga y comprende, entre muchos otros, a José Lezama Lima, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Roberto Juarroz, Guillermo Cabrera Infante, Victoria Ocampo, José Bianco, Alejandra Pizarnik). En mayor o menor medida, todos son tratados como amigos con una generosidad que no sólo se manifiesta en la palabra siempre amable y divertida sino también en la extensión que les dedica. Cuando se piensa en las 3.000 páginas que llena esta correspondencia no se puede menos que reparar en la fatiga de redactarlas lejos de las facilidades de la escritura electrónica. ¡Y sin enmiendas! La fluidez, la elegancia y el ingenio revelan que las cartas son la continuación de su literatura por otros medios. Cortázar desarrolló su carrera como escritor cuando la figura del agente literario todavía no tenía suficiente peso. En este sentido, lo vemos afanarse en dos instancias que le resultaban igualmente importantes: el cuidado extremo en las ediciones y traducciones, y la necesidad de obtener un rédito económico que le permitiera vivir de la literatura. La correspondencia muestra hasta qué punto esto último le resultó difícil, de hecho no fue hasta bastante consolidado su prestigio cuando pudo renunciar a su cargo de traductor en la UNESCO. Con Francisco ?Paco? Porrúa, su editor en Sudamericana, mantiene una lealtad inquebrantable pero no deja de establecer pautas y proponer cómo deben negociarse los derechos de sus libros en el extranjero. Paul Blackburn, su traductor al inglés, fue un compañero entrañable de tareas y un destinatario insoslayable. No puede decirse lo mismo de Edith Aron, la mujer que presumiblemente inspiró a la Maga de Rayuela y con quien Cortázar terminó la relación luego de la pésima traducción de su obra que ella hizo al alemán. En las épocas de su compromiso con las revoluciones cubana y nicaragüense, pide información, ofrece colaboraciones, establece contactos, intercede en favor de distintas causas. Pero es en el territorio de lo doméstico donde la proximidad se instala de manera definitiva reforzada por el humor constante. A Aurora Bernárdez, su primera mujer, le cuenta situaciones desopilantes relativas a su torpeza y rasgos escasísimos de maledicencia. Será ella, desde siempre y para siempre, la encargada de velar por su intimidad, su memoria y sus papeles. La testigo omnipresente incluso cuando otras mujeres ocuparon su lugar. Quizá por eso, esta edición a su cuidado transmite el gesto delicado, el más perdurable, el del amor que sobrevive al amor.

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24 de enero de 2012
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La acusación de Rushdie

salman rushdie Hace unos días, una noticia anunciaba que Salman Rushdie había sido amenazado por una asociación de ortodoxos, que pretendían impedirle asistir al Festival de Jaipur, en la India. Ahora el caso ha dado un vuelco. Esto es lo que dice Rushdie:

El escritor británico de origen indio Salman Rushdie aseguró que la policía de India ?inventó una conspiración? para mantenerlo alejado del festival de literatura de la ciudad de Jaipur, India. El ganador del premio Booker manifestó ayer que se siente ?indignado y muy enojado? porque la policía de Rajastán, según él, dio falsa información para que no acudiera al evento, uno de los festivales literarios más importantes de Asia. ?He investigado y creo que realmente me mintieron?, afirmó el escritor del controvertido libro Los Versos Satánicos. Por su parte, el gobernador de Rajastán, Ashok Gehlot, defendió a la policía y dijo que el gobierno local nunca pidió a Rushdie que no acudiera al festival y preparó los dispositivos de seguridad para su visita.

De todos modos, Rushdie estará presente pero a través de una videoconferencia.

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23 de enero de 2012
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Vargas Llosa rechazó dirigir el Cervantes

Mario Vargas Llosa Alegando sus trabajos literarios, postergados durante el año-Nobel, Mario Vargas Llosa ha rechazado mediante una carta al Presidente dirigir el Instituto Cervantes, aunque dice que le brindará su apoyo. El gobierno de Mariano Rajoy no ha podido encajar así el gol de vestidor que pretendía en un año que se viene muy malo para el sector cultura con los recortes anunciados.  Dice la noticia en El País:

Mario Vargas Llosa ha declinado el ofrecimiento del Rey de presidir el Instituto Cervantes y convertirse en embajador del español en todo el mundo por considerar que el puesto es incompatible con su tarea literaria, según ha podido confirmar EL PAÍS en el entorno del Nobel. El escritor ha rechazado el ofrecimiento mediante una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que sin embargo ofrece su colaboración con la institución. El Rey Juan Carlos fue quien le propuso que ocupara el cargo de presidente (por encima del de director) en nombre del Gobierno. ?Si usted me lo pide, Majestad?, le respondió, ?me lo tengo que pensar? Entraba dentro de lo posible que la actitud de respeto al Rey retrasara la decisión del Nobel. Pero quienes conocían la densidad decisiva de su apuesta literaria en estos tiempos, y a su edad, intuían que su no debió de ser instantáneo. Los planes del PP para la institución que debe enseñar y promocionar el idioma y la cultura en español por todo el mundo son ambiciosos. Sus dirigentes pretenden que la lengua se convierta en la pieza clave de la acción cultural exterior, como ha apuntado en su estrategia tanto el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, como el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.

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20 de enero de 2012
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"La novela para mí es algo abierto y muy experimental en su esencia".

Jennifer Egan La editorial Minúscula ha traducido a la ganadora del Pulitzer y el National Book Critics Circle Award, Jennifer Egan, titulado El tiempo es un canalla. No se trata de una labor fácil, la novela es experimental y la autora ha dado rienda suelta a la libertad que le deja la ficción.  Edmundo Paz Soldán hace la reseña para ?Babelia?, donde se lee: ?El capítulo más arriesgado, un diario de alrededor de cien páginas que Alison, la hija de 12 años de Sasha, lleva allá por 2020 en formato PowerPoint encierra una de las metáforas principales de la novela: los gráficos, las flechas y los círculos que se repiten una y otra vez representan cuán conectados estamos todos en la era digital?. (Me imagino qué estará pensando ahora Egan (y Paz Soldán) con lo de la S.O.P.A y el cierre de Megaupload).   Además, en el mismo número de ?Babelia? Bárbara Celis entrevista a Jennifer Egan quien declara que su novela ?es como un disco de los años setenta?. Dice la entrevista:

 Trece capítulos que conviven entre ellos de forma autónoma, protagonizados por diversos personajes relacionados con la industria de la música, que van y vienen a medida que el tiempo pasa de forma no lineal y en los que las diferencias estilísticas son extremas. ?La novela para mí es algo abierto y muy experimental en su esencia. Basta con fijarse en los grandes genios de la literatura: el Quijote de Cervantes, flexible y totalmente abierto, o los libros de Laurence Stern. Los escritores tenemos libertad para explorar todos los territorios y si a eso le añades lo que traen las nuevas tecnologías las puertas son infinitas?. (?)

Sonriente, espontánea y exudando simpatía, lo comenta frente a un café con hielo una fría tarde de otoño en Brooklyn, un barrio en el que viven decenas de escritores neoyorquinos. ?Este libro nació, de forma abstracta, de un reto personal: me releí En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, y me hizo plantearme cómo sería escribir sobre el paso del tiempo hoy, pero de una forma más moderna, no tan detallista. Por otro lado, hace años que tenía curiosidad por escribir sobre la industria musical, un lugar muy interesante para hablar del paso del tiempo porque ha tenido problemas dramáticos para adaptarse al universo digital?. La combinación de ambas cosas creó, estructuralmente, ?un libro que es como un disco de los años setenta, como Tommy o Quadrophenia, donde cada tema es completamente diferente del anterior y donde aparentemente no hay unidad, pero al escucharlo como un todo entiendes el sentido?. La referencia a los discos de la banda británica The Who tampoco es casual: era el grupo preferido de Egan. Esta escritora, que descubrió su necesidad de escribir durante un viaje de juventud, nació en Chicago pero creció en el San Francisco de los años ochenta, donde vivió en directo el auge de la escena musical punk de la costa Oeste norteamericana, cuya fuerte presencia impregna todas las páginas del libro. ?La música tiene esa extraordinaria cualidad de hacerte viajar en el tiempo de forma inmediata. Cuando eres adolescente los grupos que escuchas son tu seña de identidad, no creo que haya otro momento en la vida en que la música sea tan esencial y cuando pasan los años y de repente escuchas alguna de aquellas canciones que marcaron tu juventud, el golpe del paso del tiempo es inmediato?. (?) Al terminar el libro, cuya estructura narrativa es muy libre, Egan temía que no se pudiera definir. ?Pero luego pensé: ¿qué más da? Es ficción y yo estoy básicamente siguiendo mi propio instinto. Mi objetivo es que esos personajes te atrapen y te entretengan y si puedes conseguir eso ¿qué más da cómo definas el libro??. Los críticos lo han hecho, calificando la novela de experimental, sorprendidos sobre todo por el capítulo escrito en Powerpoint en el que una niña de 12 años habla de la importancia de las pausas musicales en los temas de música rock. ?Me parecen interesantísimas. Crees que una canción ha terminado y de repente sigue y tienes esa sensación de alivio pero poco después la canción termina. Me parece una metáfora muy interesante sobre el paso del tiempo porque hay muchos momentos de pausa en nuestra vida pero después, la vida continúa. Explicarlo en Powerpoint, una herramienta que yo jamás había utilizado antes, me permitió explorar esa idea de forma mucho más gráfica?. (?) lo cierto es que su nombre está de moda, alimentado por las ventas de su último libro y por el boca a boca entre la gente joven. La cadena HBO además ha comprado los derechos para convertirlo en serie, algo de lo que ella se desentiende, como ya hizo con su libro The invisible circus, que llevó al cine Adam Brooks. ?La literatura y el cine son animales diferentes y yo prefiero mantenerme al margen de la imagen. Lo mío son las palabras?.

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19 de enero de 2012
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¿Aceptará Vargas Llosa presidir el Cervantes?

Vargas Llosa tentado por el Rey Una llamada del propio Rey Juan Carlos (?intermediario de lujo? lo califican) a Mario Vargas Llosa, pidiéndole que acepte presidir el Instituto Cervantes ha agitado el ambiente cultural de España. Mario Vargas Llosa agradeció el honor pero lo está considerando. El gobierno de Rajoy espera con los dedos cruzados que esta designación sea un comienzo con pie derecho en una administración que, sin dudas, debido a la crisis, tendrá recortes -y muchas críticas- en el rubro cultura. Juan Cruz califica de ?audaz? la propuesta en su blog en El País. Dice:

La propuesta de que Mario Vargas Llosa ocupe el cargo más relevante del Instituto Cervantes es audaz; ahora, según todos los indicios que aparecen desde ayer en este periódico, el premio Nobel se lo está pensando. Toda propuesta audaz requiere, en alguien tan responsable, y tan serio en su actividad pública, como el escritor de ´La verdad de las mentiras`, una reflexión detenida. No puede imaginarse al Mario Vargas Llosa lector, autor, pensador, polemista, contestando a bote pronto, como si fuera un defensa lateral de un equipo mediocre, una solicitud de tanta galanura. Y si se lo está pensando unos y otros pueden suponer una respuesta u otra, pues la solicitud no permite términos medios, me parece. Pero, independientemente de la respuesta, valoremos la propuesta. El Instituto Cervantes es, con el Museo del Prado, la institución cultural española (de raíz española: el Cervantes aspira a servir de altavoz institucional, docente y cultural a toda la comunidad hispanohablante) de mayor prestigio internacional; en primer lugar, porque opera con una lengua de muchísimo prestigio ganado gracias a una literatura de primer orden cuyo decaímiento, cuando se ha producido, no ha sido capaz de destruir la memoria viva de clásicos que son imprescindibles en el lenguaje mundial de la imaginación. Y esto lo ha logrado el Cervantes en pocos años, que son casi los años de la democracia; ha situado en su red de centros a personalidades diversas de la cultura o del funcionariado y ha conseguido instalar en ellos una vocación de servicio público del que se ha servido, sin duda, lo que los británicos llamarían el Servicio Exterior de la nación (y de Hispanoamérica). Así que, por decirlo así, el Cervantes es ahora un gran señor (o una gran señora), de modo que esta propuesta le va como animada por la imaginación de una buena mente al escritor de nuestra lengua que, en estos tiempos, más prestigio y honra le ha dado al español que hablamos todos, de un lado al otro del Atlántico. Vargas Llosa, además, es un hombre que se toma muy en serio, muy responsablemente, todas las tareas que le imponen las circunstancias de su vocación civil o literaria. De modo que no responderá para luego quedarse quieto, esperando que la gloria del cargo haga el resto; y si responde que sí todos debemos esperar de él lo que ya da, ilusión y dedicación en todas sus actividades, las que le hallan solo ante el folio, las que lo sitúan delante de los auditorios; y si responde que no, aún siendo tan audaz y adecuada la propuesta, todos debemos entender a qué se debe un escritor cuando está desgranando, día a día, corriendo o sentado, hasta cuando duerme, los proyectos que le aguardan en su escritorio tan móvil como su vida

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19 de enero de 2012
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Hoy aparece la nueva novela de Auster

Paul Auster

carátula de la novela Una estupenda noticia para los lectores en castellano de Paul Auster: su nueva novela, Diario de Invierno, será publicada primero en nuestro idioma (aparecerá recién en agosto en EEUU) en febrero, pero ya puede descargarse en versión digital desde hoy (aunque en América Latina tendremos que esperar para leerla en e-book). Como se sabe, Anagrama es la editorial encargada de publicar la nueva novela y, además, anuncia ediciones digitales de otros títulos del autor.  Dice la nota:

El libro digital se ha convertido, en pocos meses, en un imprescindible para muchos lectores y escritores. Paul Auster es el último de los grandes escritores estadounidenses en apuntarse al formato electrónico. La editorial Anagrama lanzará el 19 de enero la edición digital de su nueva novela, Diario de Invierno y en papel unos días más tarde, el 1 de febrero. ?El autor está muy ilusionado?, apunta Paula Canal, responsable de e-books y del departamento de derechos de autor de Anagrama. Canal asegura que tanto Auster como la editorial tenían muchas ganas de explorar este terreno: ?Lo hemos hecho por probar, por hacer algo diferente?.

Este ?experimento?, como lo llama Canal, solo estará por ahora disponible en Europa. Los lectores de Estados Unidos y América Latina tendrán que esperar hasta agosto para leer la novela autobiográfica del autor de La Trilogía de Nueva York en sus e-books. En Diario de Invierno, Auster narra sus experiencias vitales, en las que se sumerge cuando advierte la llegada de las primeras señales de la vejez. A partir de este viaje por el pasado, se suceden historias sobre sus propias vivencias sexuales, el recuerdo de sus padres, sus ataques de pánico o la lista de las 21 habitaciones donde el premio Príncipe de Asturias de las Letras vivió antes de llegar a su actual residencia, en Park Slope (Brooklyn, Nueva York). La edición digital de Diario de Invierno tendrá un precio promocional de 10,99 euros entre el 19 de enero y el 1 de febrero. A partir de esta fecha se podrá adquirir por 14,99 euros. Coincidiendo con el estreno de Auster en el mundo del libro electrónico el 1 de febrero, Anagrama pondrá a disposición de los lectores las ediciones digitales de otros títulos:Viajes por el Scriptorium (5,99 euros), La vida interior de Martin Frost (5,99),Brooklyn Follies (7,99), Sunset Park (7,49), Invisible (7,99) y Un hombre en la oscuridad (6,99).

Por otra parte, ayer en el blog ?letra pequeña? de El País Javier Rodriguez Márquez califica a este libro como ?el más francés? de Auster (quizá porque encaja en el género de la escritura del yo) y adelanta algo más -la novela está escrita en segunda persona y el protagonista es el mismo Auster y su familia- de la novela en un post titulado Vuelve Paul Auster, escritor francés. Dice:

Diario de invierno, traducido al castellano por Benito Gómez Ibáñez, es una suerte de memorias oblicuas, un libro fragmentario escrito en segunda persona en el que Paul Auster habla de su cuerpo y sus días como si fueran los de otro. Así, recorre cicatrices ?literalmente-, accidentes, achaques, amores y muertes. Y casas, las 21 de su vida: de la calle South Harrison, 75 en East Orange (Nueva Jersey) a ?cierto lugar? de Park Slope (Brooklyn), una vivienda de piedra rojiza de cuatro plantas con un pequeño jardín en la parte de atrás, su domicilio desde hace 18 años: ?Ahí es donde vives, y ahí es donde quieres seguir viviendo hasta que ya no puedas subir y bajar las escaleras por tu propio pie. No, más aún: hasta que ya no puedas subir y bajar las escaleras a gatas, hasta que te saquen de ahí para meterte en la tumba?. El resultado es el libro más francés del escritor más francés de Estados Unidos, y no solo porque una pequeña parte de lo que cuenta en él suceda en Francia sino porque, siendo un trozo de vida americana, tiene por momentos ese aire de recuento exhaustivo de los artefactos de Georges Perec. Escatológico en los dos sentidos pero no nostálgico, el diario reflexiona sobre el invierno de la vida de un narrador y poeta con al menos dos vías de exploración. Una va desde el impagable La invención de la soledad hasta Diario de invierno y nos habla de sí mismo sin dejarse atrás nada: ni la muerte de sus padres, ni su pasión por la escritora Siri Hustvedt, su mujer, y por su hija Sophie, ni una torpe visita adolescente a un burdel poco después de batir ?el récord norteamericano de masturbación durante los meses de 1961 y 1962?. Lo grande y lo pequeño. La otra vía es la que ha hecho del azar y la extrañeza todo un género. Hasta el límite y, por ello, con resultados desiguales porque lo literario, muchas veces, trabaja en contra de la literatura.

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19 de enero de 2012
Blogs de autor

¿Qué es un lectoespectador?

Vicente Luis Mora ¿Qué es Pangea? ¿Qué es un paradigma textovisual? ¿Y un lectoespectador? ?Una literatura que fusione letra e imagen y no se agote en la página, que guste del blog, de Google, Facebook, Twitter?? Así lo explica Daniel Arjona entrevistando a Vicente Luis Mora, autor de El Lectoespectador (Seix Barral) y propietario de esas ideas que me hacen doler la cabeza y que espero leer pronto, apenas llegue el libro a Lima (¿llegará?)  Dice la nota:

P: Al nuevo mundo unido en red lo llama Pangea. Pero la deriva continental une tanto como separa. Por no hablar de terremotos y volcanes? R: Pangea es un mundo unido por la idea de flujo, así que la imagen del magma volcánico es idónea para mi ensayo. Al principio quema, después procura un suelo. P: Apuesta por conjurar los riesgos actuales de desorientación y desmemoria con la crítica. Si su libro es una brújula, ¿cuál fue la suya? R: Muchos otros libros, claro, y una idea medular: de los muchos pecados que puede cometer un escritor, el peor es no estar a la altura de su tiempo. P: Señala que las resistencias son múltiples, desde los que llaman a cerrar Internet, al regreso de las utopías negativas. ¿Reaccionarios? R: Las distopías no son malas, las cerrazones sí. Los que quieren cerrar la Red o controlarla ideológicamente son déspotas y merecen escuchar sine die canciones de Justin Bieber. P: ¿Se siente aludido como uno de esos ?maoístas digitales? a los que Lanier acusa de ?picar tan fina la red de individuos hasta transformarlos en puré?? R: Lanier es un excelente técnico que pierde pie cuando teoriza. Espero que a mí me suceda lo contrario. P: ¿Google o barbarie? R: Bárbara elección. En esto seguiremos la agenda nicomaquea del punto medio. P: Pero afirma que Google no es nada sin criterio, sin las aclaraciones de internautas prestigiosos. ¿Regresa el argumento de autoridad? R: ¿Pero… cuándo se fue? ¿Se puede decir que Guardiola es un genio pero está prohibido decir que Pynchon es un gigante? ¿Quién puso esa estúpida regla por la cual las humanidades siempre pierden frente a las demás cosas? P: Llama a no desperdiciar las posibilidades del libro digital. ¿Quiénes son sus precursores?R: Los autores pangeicos que estudio en uno de los ensayos de El lectoespectador, y que entendieron que el libro no tiene por qué renunciar a la imagen. P: Si leer cualquier libro exige esfuerzo, ¿cómo concentrarnos frente al hiperlibro sobrecargado de estímulos que propone como modelo futuro?R: Porque precisamente entiendo que si alguien encuentra esforzada, por ejemplo, la lectura de El lectoespectador, es, quizá, porque había escasos estímulos visuales… P: ?Ver el mundo en modo tradicional, sin Internet, es ver mucho menos?. ¿Barrerá la Red a los?no aptos??R: Nadie es ?inapto digitalmente?, he ahí la confusión. Sólo hay que abaratar los medios y alfabetizar. Se nos olvida que a los niños les cuesta varios años aprender a leer libros correctamente.  (?)P: Después de siete años de crítico bloguero, ¿cómo ve el futuro de su Diario de Lecturas?R: No sé si soy notorio pero en todo caso voy a abandonar la crítica durante un tiempo. Necesito releer, aquilatar, asentar, revisitar clásicos. El lectoespectador será mi aportación teórica hasta verano: léase como si fuera un blog P: ¿De lo que no se puede tuitear, hay que callar? R: El Tractatus de Wittgenstein está compuesto por tuits. Hay uno que me gusta mucho, el 6.4311: ?nuestra vida es tan infinita como ilimitado es nuestro campo visual?.  

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19 de enero de 2012
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El Boomeran(g)
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