
Ficha técnica
Título: Bonavia | Autor: Dragan Velikic | Traducción: Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pistelek | Editorial: Impedimenta | Formato: 13 x 20 cm. | Presentación: Rústica | Fecha: marzo 2017 | Páginas: 352 | ISBN: 978-84-16542-80-2 | Precio: 22,80 euros
Bonavia
Dragan Velikic
Amores, desamores, generaciones y naciones, una familia y los estertores de la Guerra de Yugoslavia de fondo. Una de las grandes novelas europeas de los últimos años.
Dragan Velikic, el narrador serbio más importante del momento, nos presenta las vidas entrelazadas de unos personajes que intentan restablecerse tras los estragos de la guerra de Yugoslavia y su disolución. Miljan, un restaurador que huyó de su Belgrado natal para instalarse en Viena abandonando a su hijo recién nacido, se ocupa ahora de su nieto Sinisa. Marija, una filóloga con pánico a la soledad, conoce, ante el consulado húngaro, a Marko, un novelista frustrado que escribe una «guía para evitar disgustos». Kristina, cumpliendo la profecía que una adivina le lanzó la noche de su graduación, cruza «el agua grande» para comenzar de nuevo en Boston. Bonavia es la historia de un viaje que son muchos viajes, de una huida que nos conduce al lugar del que partimos y de lo que una generación deja, involuntariamente, a su sucesora. Un laberinto que nos demuestra que, aunque nos esforcemos en borrarlo, el pasado siempre vuelve.
A través de los destinos entrecruzados de sus personajes, Bonavia explora, remitiéndonos a grandes narradores europeos del siglo XX como Proust, Broch, Musil, Joyce o Kis, las consecuencias humanas del colapso y la disolución de un país.
«Dragan Velikic retrata con una visión precisa y cáustica la incapacidad de Serbia para llorar su pasado.» Süddeutsche Zeitung
«La historia de una familia inusual con demasiados padres ausentes y madres demasiado presentes…» Vreme
I
De vuelta a la escena del crimen, se dice a sí mismo. Si los pensamientos fueran visibles, ¡se armaría una buena!
Ella está sentada a su lado. Pensativa y ausente.
El taxi ha girado por la empinada calle Mikó, en dirección a la fortaleza. Las copas de los árboles recién reverdecidas conservan el frescor matutino, pese al sol de abril inusualmente cálido.
-Aquí vivió antiguamente Sándor Márai. -Al instante se lamenta de haberlo dicho. Marija le lanza una mirada cortante.
-¿Y a mí qué me importa? Además, ¿quién es ese Sándor Márai?
-Un escritor húngaro…
-Yo creía que era japonés.
-¡Qué graciosa! Te di sus diarios hace dos años… No, te los di hace más de tres…
-Lo recuerdo, un rollazo de tomo y lomo. De los que a ti te gustan. Cada mes te buscas un nuevo refugio. No construyes nada propio. ¡Ese eres tú!
-No exageres. -Se defiende instintivamente, sin pensar que ella exagera.