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25. Relato cruzado de Benet , González Sainz y Sánchez Ferlosio

Por 4 de mayo de 2015 Sin comentarios

Vicente Luis Mora

 Primera voz

 

            1. Entonces, si el caminante acierta a fijar un momento su atención -se levanta algo de polvo que va cubriendo también de blanco poco a poco las matas de hierba del arcén-, puede escuchar el murmullo de las hojas agitadas por el viento, el susurro del juego enigmático y recóndito por el que intercambian impenetrable e impávidamente sus posiciones los haces y los enveses de las hojas igual que si la intercambiabilidad fuese una ley y no sólo una ligereza del pecíolo, una versatilidad del rabillo de las hojas mientras el viento nos pesa y la plata no retorna a su reverso como si nunca hubiera desafiado en su innumerable fulgor pequeño al sol que la hacía relucir. 2. Es cierto, el viajero que saliendo de Región pretende llegar a su sierra siguiendo el antiguo camino real -porque el moderno dejó de serlo- se ve obligado a atravesar un pequeño y elevado desierto que parecen interminable. (…) A medida que el camino se ondula y encrespa el paisaje cambia: al monte bajo suceden esas praderas amplias (por donde se dice que pasta una raza salvaje de caballos enanos) de peligroso aspecto, erizadas y atravesadas por las crestas azuladas y fétidas de la caliza carbonífera, semejantes al espinazo de un monstruo cuaternario que deja transcurrir su letargo con la cabeza hundida en el pantano.

 

            3. De vez en cuando lanzaba una mirada hacia delante, no tanto aún para ver cuánto faltaba como, según mi intención por lo menos, para apreciar y contemplar el panorama del camino. (…) Pero ninguna de las muchas veces que había dirigido la mirada hacia delante había advertido sin embargo la presencia de un hombre mayor, un anciano enjuto y de baja estatura, que caminaba delante de mí a una distancia en realidad no tan grande como para que me hubiera pasado desapercibido hasta entonces. (…) Me le acercaba cada vez más, de que el sencillo movimiento de aproximación empezó a antojárseme también como algo extraño, como algo peliagudo y oscuro, comercial además, cuya naturalidad mera asimismo del todo inescrutable. Era como si desde el primer momento hubiera sido evidente que tenía que alcanzarle, como si hubiera sido incuestionable, pero también que, desde ese mismo momento, desde ese mismo primer momento remoto y elemental, fuese asimismo seguro que no podría adelantarle jamás.

 

Segunda voz

            4. Hace ya muchos años, yendo yo por los campos y dehesas que desde la carretera de Piedralaves hacia Pedro Bernardo y Arenas de San Pedro van bajando, ondulantes, hacia la orilla derecha del Tiétar, vi que me seguía, como a unos 10 o 12 metros de distancia, sin tratar de alcanzarme, un perro grande, un mastín, que arrastraba un trozo de cuerda que traía atado al cuello. Era, evidentemente, un perro ahorcado, que con su peso había roto la cuerda y había salvado la vida. ¿Qué vida? Aquel andar tan cansado, con la cabeza baja, aquellos ojos tristes y como entrevelados, ¿podían ser todavía la vida? La confianza en que aún alguien en el mundo lo acogiese la traía ya tan disminuida que se me fue quedando lentamente atrás hasta perderme de vista.

 

 

Primera Voz

            5. …mientras se piensa como yo ahora iba pensando, con la mirada gacha puesta todavía o más bien quizá ya definitivamente en el polvo del camino (…) Y que, ni siquiera ahora que estaba a punto de llegar a la orilla, a una orilla que tal vez tampoco veía más que en abstracto aunque levantara la vista de la tierra batida del camino, lograba atender y ver en sus justos términos de la misma forma que no había visto ni atendido antes, durante todo el recorrido, al anciano que caminaba todo el rato delante de mí.

 

 

 

*

 

[Origen de los fragmentos:

1. J. A. González Sainz, El viento en las hojas; Anagrama, Barcelona, 2014, p. 97.

2. Juan Benet, Volverás a Región; Bibliotex, Madrid, 2001, pp. 11-12.

3. J. A. González Sainz, El viento en las hojas; Anagrama, Barcelona, 2014, pp. 100-104.

4. Rafael Sánchez Ferlosio, Campo de retamas. Pecios reunidos; Random House, Barcelona, 2015, p. 38.

5. J. A. González Sainz, El viento en las hojas; Anagrama, Barcelona, 2014, p. 113.]

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Vicente Luis Mora

Vicente Luis Mora (Córdoba, España, 1970), es Doctor en Literatura Española Contemporánea y licenciado en Derecho. Ha trabajado como gestor cultural y profesor universitario. Estudioso de las relaciones entre literatura, imagen y tecnología, hasta el momento ha publicado la novela Alba Cromm (Seix Barral, 2010), el libro de relatos Subterráneos (DVD, 2006), y la novela en marcha Circular 07. Las afueras (Berenice, 2007). También ha publicado Quimera 322 (2010), inclasificable proyecto sobre la falsificación literaria desde la teoría y la práctica, a través de 22 seudónimos, que apareció como nº 322 de la revista Quimera. Como poeta, cuenta con los poemarios Texto refundido de la ley del sueño (Córdoba, 1999), Mester de cibervía (Pre-Textos, 2000), Nova (Pre-Textos, 2003), Autobiografía. Novela de terror (Universidad de Sevilla, 2003), Construcción (Pre-Textos, 2005) y Tiempo (Pre-Textos, 2009). Ha publicado los ensayos Singularidades. Ética y poética de la literatura española actual (Bartleby, 2006), Pangea. Internet, blogs y comunicación en un mundo nuevo (Fundación José Manuel Lara, 2006); La luz nueva. Singularidades de la narrativa española actual (Berenice, 2007) y El lectoespectador. Deslizamientos entre narrativa e imagen (Seix Barral, 2012). La parte de narrativa de su tesis doctoral, galardonada con premio extraordinario de Doctorado, aparecerá próximamente en la Universidad de Valladolid en una versión breve y actualizada bajo el título de La literatura egódica. El sujeto narrativo a través del espejo.  Ejerce la crítica literaria y cultural en su blog Diario de Lecturas (I Premio Revista de Letras al Mejor Blog Nacional de Crítica Literaria), y en revistas como Ínsula, Quimera, Clarín o Mercurio. Ha recibido los premios Andalucía Joven de Narrativa, Arcipreste de Hita de Poesía, y el I Premio Málaga de Ensayo por su libro Pasadizos. Espacios simbólicos entre arte y literatura (Páginas de Espuma, 2008).

Sus últimos libros son la novela Fred Cabeza de Vaca (Sexto Piso, 2017), el libro de poemas Serie (Pre-Textos, 2015), el ensayo La huida de la imaginación (Pre-Textos, 2019), la monografía El sujeto boscoso (Iberoamericana Vervuert, 2016), el libro de aforismos Nanomoralia (Isla de Siltolá, 2017), y la antología La cuarta persona del plural. Antología de poesía española contemporánea (Vaso Roto, 2016). También ha practicado el monólogo teatral, el hoax (Quimera 322, 2010), la literatura digital y hace crítica en su blog Diario de lecturas (http://vicenteluismora. blogspot.com).

Copyright de la foto: Racso Morejón

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