Javier Rioyo
Mientras algunos están leyendo, no muchos y sí un poco raros, la mayoría de la población, está viendo el fútbol. El escritor Eduardo Galeano sigue cerrado hasta que terminen los mundiales. Otros comparten como pueden su pasión, sus trabajos y sus días. La verdad es que mañana no imagino hacer otra mejor que ver ese partido de pasiones ibéricas. Ni hoy nada mejor que ver a los esforzados chilenos- tan queridos- intentar derrotar al gigante brasileiro.
El otro día hablaba de la felicidad de los "domingos de la infancia" que es el fútbol para Javier Marías. Y no olvido las páginas de Vázquez Montalbán al fútbol. Uno de sus últimos libros se llama "Fútbol: una religión en busca de Dios". Habla de aquello que Valdano un día le explicó para diferenciar fútbol de izquierdas: el creativo. Y fútbol de derechas: el de la fuerza, la marrullería y el patadón. Eso no debía contar al mediático Beckham cuando se lacaba las uñas de los pies y se ponía las bragas de su señora. Eso, como mucho es socialdemócrata. ¿Entenderán los chicos de la "roja" que deben hacer un fútbol de izquierdas? Lo dudo, pero mantengo la fe. Que es esa cosa ciega y con Dios.
El fútbol como religión. Se preguntaba Vázquez Montalbán, ¿puede existir una religión, aunque sea civil, sin Dios? Lo que sí existen es muchos dioses en eso del fútbol. Es una religión pagana. Que no hay que confundir con los clubs, esos que son algo más que una inmobiliaria aunque no lo parezcan.
Me voy a ver el partido. Como dice el querido Juan Villoro: Dios es redondo. Me voy un rato con esos soportables dioses. Y me voy a África.- por la tele, eso sí- dónde fue el origen del hombre y dónde se encuentra el futuro del fútbol.
Me llevo, eso sí, la biblia de estos días. La vida de cada día contada a desde el fútbol. Escrita por Alfredo Relaño, publicada en Martínez Roca y con 366 historias del futbol mundial. Un seguro de no aburrimiento mientras esperamos el partido.
Un día como hoy en Santander, y en presencia de Carlos Gardel, Rafael Alberti vio la final de Copa entre la Real Sociedad y el Barca. En ese día de lluvia y emoción el poeta gaditano dedicó un poema al guardameta del Barca, la famosa "Oda a Plattko". El que quiera leerla que busque el número de la revista "Litoral" dedicado al deporte, es una joya de bellas letras, bellos deportes y bellas fugas. Menos mal que nos queda un poco de Mundial.