Clara Sánchez
Ya sabemos por qué la gente siente tan cercana a Tita Cervera, la popular baronesa Thyssen. No sólo porque se haya encadenado con el pueblo de Madrid frente a su museo (el fabuloso museo Thyssen-Bornemisza) en protesta contra la tala de árboles del Paseo del Prado. No sólo porque en su día fuese Miss España y porque tenga un pasado de subidas y bajadas que nos la hace reconocible y humana, no sólo porque sufra ante nuestros ojos como cualquier madre y cualquier suegra (por muchas mansiones y yates que tenga), sino porque hay algo en ella que por unos segundos nos hace olvidar su muchísimo dinero: el pelo.
Da la impresión de que se lo corta y se lo tiñe ella misma, lo que la pone en sintonía con la mujer que no puede pasarse las horas muertas en la peluquería (por poner un ejemplo, yo misma). Pero hay algo más en ella que intuíamos y que se acaba de confirmar: se viste de rebajas. A pesar de su inmensa fortuna, sabe lo que vale un euro, lo que la impide olvidar de dónde viene, y esto la hace entrañable.
Mañana más…