Héctor Feliciano
Esbozaré un corto cuadro recapitulativo de los estados de Nuevo México y Nevada -indecisos aún- y donde el 4 de noviembre la población hispana jugará un papel importante. Nos ayudará a comprender las elecciones ese día.
Como hemos repetido, este año, en el electorado general y entre los hispanos, el tema de la inmigración ha cobrado muy poca importancia. Los temas que cuentan son la economía, la educación y los gastos médicos. Además, la plataforma del Partido Republicano, dura con la inmigración, se encargó de alejar a cualquier hispano que simpatizara con sus posiciones.
Nuevo México y Nevada tienen sólo cinco colegios electorales cada uno. Es cierto que 10 colegios electorales aparentan no ser gran cosa, pero, probablemente, terminarán por ser decisivos, pues cada candidato acumula los colegios de cada estado como puede, sumando, hasta que el vencedor obtenga los 270 necesarios para ganar.
En Nuevo México, el 38% de los votantes es hispano y el estado ha votado, a veces, demócrata y, otras, republicano. En 2006, por ejemplo, Gore ganó por 366 votos; pero en 2004, Bush obtuvo la victoria por 6.000.
En las elecciones de 2004 los temas favorecían a los republicanos, pues se concentraban en la seguridad nacional y en lo que aquí se le llama temas sociales conservadores, como la prohibición del matrimonio gay y del aborto. Los hispanos católicos del estado tuvieron mucho que ver con esa victoria de Bush.
En Nevada, el 12% de los votantes es hispano y Bush ganó con relativa facilidad las elecciones en 2000 y en 2004.
Pero, los estrategas demócratas ven un elemento nuevo que podría hacer girar la dirección del viento.
Nevada ha visto un gran crecimiento poblacional en los últimos diez años. Se debe, en gran parte, al éxito renovado de la ciudad de Las Vegas, que ha atraído a muchos nuevos trabajadores a la región. Se cree que esos nuevos residentes votarán, en su mayoría, demócrata.
Eso, sumado a la campaña general de inscripción, motor de la campaña de Obama, ha hecho que, desde las elecciones de 2004, el número de votantes hispanos inscritos de Nevada se haya duplicado, a 120,000. Ya veremos si tiene el resultado esperado.
Pero, más allá de todo lo escrito anteriormente, la pregunta que me hago es la siguiente, ¿Por qué, con una situación nacional e internacional favorable, añadida a las grandes sumas de dinero de las que dispone y a éstas cifras alentadoras entre los hispanos, los sondeos no dan todavía a Obama una mayoría abrumadora o por qué no logra, en éstos, una ventaja clara?
Creo que la respuesta indica que muchos electores del país no quieren votar por un negro.
Hoy, una encuesta de The New York Times afirma que un treinta por ciento de los electores dice que conoce a alguien que no votará por Obama debido a su raza. ¿Hablan de sí mismo?, ¿cómo se traducirá esa cifra en votos? Es una incógnita que sólo se revelará el cuatro de noviembre.