Javier Rioyo
En París tomaron las calles. La utopía no tenía futuro. Al menos fue divertido y emocionante mientras duró. Teníamos 15 años, no sabíamos nada. No nos enteramos de mucho. Pero fuimos jóvenes marcados por aquellos sueños rotos.
En Madrid no hubo 68. Tuvimos que esperar diez años para salir a la calle sin peligro de nuestros huesos.
Ahora, en México, donde estamos cuarenta años después no quieren, ni deben, olvidar su octubre del 68. Fue un día como hoy, un 2 de octubre, cuando el movimiento estudiantil en las calles, en las plazas de México tomaba pacíficamente la ciudad. Más que utopías lo que pedían eran más escuelas, menos cárceles, más libertad.
El pensador Carlos Monsiváis publica un libro sobre aquellos momentos: "El 68. La tradición de la resistencia". En él se habla del espíritu crítico, contracultural y bastante ingenuo de los jóvenes de entonces. Recuerda que en una de las manifestaciones, un joven con pinta de progre de la época, pacíficamente se enfrenta a los policías uniformados con una ponencia dialéctica: "Amigo azul. Envaina tu furia y concédele el ocio a tu macana. Oye mis palabras y reflexiona. ¿Qué te han hecho los estudiantes, criaturas del saber preocupados por el destino de México? México no es el cuerno de la abundancia que tus jefes te pintan. Es tierra de sangre y lágrimas…" Y sigue diciendo Monsiváis que los policías trocan su recelo, su indiferencia en franca admiración y lo aplauden. El joven los exhorta a la lectura como oficio sagrado. Y grita:" ¡Viva la amistad entre el estudiantado y la policía digna". La ilusión duró unos minutos, fue un sueño breve, un espejismo.
Cerca de allí, unas horas después la policía cargó contra los jóvenes. Estaba comenzando la matanza de Tlatelolco. El miedo y la muerte se quedaron en la plaza de las Tres Culturas. Todavía hoy no se sabe exactamente cuántos, ni quienes fueron los muertos. Yo sé que podría haber sido uno de aquellos. Hoy, en México, no lo olvidamos. Hoy somos aquellos jóvenes que soñaron con un mundo distinto. En octubre, en México, mataron el espíritu de aquel 68.